'Kingsman: Servicio Secreto', acción y diversión de primera

'Kingsman: Servicio Secreto', acción y diversión de primera

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'Kingsman: Servicio Secreto', acción y diversión de primera

Siempre diré que el objetivo mínimo que ha de cumplir una película es entretener al espectador. Poco importa la forma de conseguirlo –incluso que en realidad sea mala y simplemente nos lo pasemos bien a su costa- mientras uno realmente pueda disfrutar con su visionado. No obstante, hay muchas producciones pensadas para que ese sea casi su único objetivo que acaban fracasando de forma estrepitosa por recurrir a soluciones genéricas a la hora de abordar lo que ellos consideran como puro entretenimiento.

Los buenos comentarios que había ido cosechando ‘Kingsman: Servicio Secreto’ (Kingsman: The Secret Service) me hicieron ser optimista sobre la posibilidad de que la nueva obra pudiera ser un gran pasatiempo. Sin embargo, lo que acabé encontrando fue mucho mejor, ya que aúna acción y diversión como muy pocas otros largometrajes habían hecho con anterioridad, convirtiéndose así en una seria aspirante a formar parte de mis películas favoritas de 2015 por mucho que aún falten más de diez meses para que llegue el momento de hacer dicha lista.

’Kingsman: Servicio Secreto’, una cuestión de tono

Los protagonistas de

Uno de los problemas habituales del cine palomitero es que no termina de encontrar el equilibrio entre la sana diversión y el hecho de tener que contarnos cómo se lidia con una amenaza realmente respetable. Incluso en Marvel están teniendo serios problemas con esto, ya que la abrumadora mayoría de sus villanos son demasiado genéricos y eso acaba por volverse en su contra. Nada de eso sucede en ‘Kingsman: Servicio Secreto’, ya que Vaughn consigue un pequeño milagro a la hora de establecer el tono perfecto en todo momento, siendo esa la primera clave para convertirla en un magnífico pasatiempo.

Este logro es el resultado de una puesta en escena que sabe dotar de elegancia a una historia en todo momento encaminada a no ser más que un entretenimiento de primera, por lo que apuesta por un enfoque resolutivo en el que el guión y los actores son las grandes estrellas. Eso sí, Vaughn controla a la perfección los ocasiones excesos formales que introduce en determinadas escenas de 'Kingsman: Servicio Secreto', ya que funcionan maravillosamente de forma individual -memorable especialmente cierta batalla campal con la canción 'Free Bird' de fondo-, pero también están integradas de forma impecable dentro del conjunto.

Además, Vaughn sabe manejar con maestría los cambios de tono del guión que él mismo ha escrito junto a su colaboradora habitual Jane Goldman inspirándose libremente en el cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. Habrá a quien pueda molestarle un poco lo autoconsciente que llega a ser sobre el hecho de estar haciendo algo que podríamos calificar como guay -hay varias líneas de diálogo para subrayarlo aún más abiertamente-, pero yo no tengo el más mínimo problema con ello si lo que realmente vas a ofrecer al espectador está a la altura de lo que estás intentando venderle -la coreografía de explosiones del tramo final hasta me dio ganas de ponerme a aplaudir-.

Grandes personajes y mejor reparto

Colin Firth y Taron Egerton en

La gran duda que me quedaba era saber si Vaughn había acertado al contratar al desconocido Taron Egerton para liderar el reparto de 'Kingsman: Servicio Secreto', ya que un actor soso e insustancial podría haber hundido todo lo demás. Afortunadamente, Egerton es toda una revelación, hasta el punto de que ya me encantaría que se convirtiera en el nuevo Spiderman, aunque los últimos rumores indican que eso sería totalmente imposible. Con todo, ojalá llegue a ser una estrella, que aquí demuestra que tiene todo lo necesario -carisma, talento y presencia- para ello.

Eso sí, Egerton se ve muy beneficiado de tener a unos compañeros de reparto de lujo, en especial un Colin Firth superlativo en una actuación que nada tiene que envidiar a los mejores trabajos de su carrera -y poco me sorprendería que le lloviesen las ofertas para protagonizar cintas de acción-. Tampoco me gustaría olvidarme de un estupendo Samuel L. Jackson como el gran villano de la función, tanto por la peculiar apuesta sobre su dicción como por el hecho de que realmente consigue equilibrar el ser una amenaza creíble con su lado más divertido. El resto de protagonistas también cumplen con holgura, aunque, obviamente, sus posibilidades de brillar son un poco más reducidas.

En definitiva, 'Kingsman: Servicio Secreto' es un entretenimiento de primera categoría que funciona estupendamente tanto en su faceta más espectacular como en su notable contenido cómico. Todo ello aliñado con un reparto muy inspirado, un guion a la altura y un trabajo de puesta en escena difícilmente mejorable. No os la perdáis.

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