'Mistress America', la otra cara de Frances Ha

'Mistress America', la otra cara de Frances Ha

1 comentario Facebook Twitter Flipboard E-mail
'Mistress America', la otra cara de Frances Ha

No han pasado ni cuatro meses del estreno de 'Mientras seamos jóvenes' de Noah Baumbach y ya llega a nuestras pantallas su nuevo trabajo, 'Mistress America', donde vuelve a reunirse con su musa / co-guionista / pareja, la siempre fantástica Greta Gerwig que, como ya hiciera en la ya de culto 'Frances Ha', co-escribe y -en este caso- co-protagoniza este nuevo trabajo que tuvo su presentación oficial en el Festival de Cine de Sundance del pasado mes de enero.

En 'Mistress America' se afianzan tres aspectos que ya nos iban advirtiendo desde 'Greenberg' (2010): Baumbach como uno de los mejores retratistas generacionales y de crisis existenciales del momento, sin necesidad de caer en historias intensas; Greta Gerwig como una de las actrices más refrescantes y divertidas de su generación; y por último, que el cine independiente neoyorquino sigue vivo y se ha renovado sin perder su esencia. Con este nuevo trabajo, Baumbach se aleja del neoyorquino hipster y bohemio del blanco y negro, para mostrarnos la desoladora realidad de la juventud actual y a la vez, reinventar el screwball comedy.

¿Y si Frances Ha no hubiera encontrado su camino?

Mistres

Tracy se acaba de mudar a Nueva York para estudiar en la universidad, esperando vivir una experiencia universitaria ídilica. Pero ni la ciudad que nunca duerme ni las clases y sus compañeros de clase cumplen con las expectativas. Ante la soledad en la gran urbe se pone en contacto con Brooke, la hija del futuro marido de su madre que resulta ser todo lo que andaba buscando: alocada, despreocupada, cosmopolita, freelance y residente en Times Square, la zona más bulliciosa de Nueva York, donde nadie más vive.

Todos nos hemos sentido un poco Tracy alguna vez, decepcionados con nuestra nueva etapa vital y con la necesidad de encontrar la inspiración y ese algo que nos devuelva la ilusión. Para Tracy ese algo es Brooke, siempre con miles de planes, adicta a exponer sus teorías en Twitter, a las clases de spinning y a vivir en el lugar donde nadie vive, pero el más neoyorquino de todos. En Brooke, Noah Baumbach nos muestra qué le hubiera pasado a su -nuestra- querida Frances Ha, si ésta no hubiera encontrado su camino: sigue negándose a madurar y es consciente de que no puede seguir así, pero sigue empeñada en aferrarse a la locura juvenil.

Brooke se convierte, así, en la nueva heroína -bueno, más bien antiheroína-, retratada por Tracy, aspirante a escritora, que escribe -y sirve de voz en off- sobre su admiración por esa Mistres America, ese retrato universal de la juventud neoyorquina y mundial, decepcionada, perdida y aún así, capaz de buscar la diversión en cualquier lugar y rincón. Y juntas, forman el tándem perfecto para describir la amistad entre mujeres a través de algo tan básico y común como la maestra y la discípula, la que necesita aprender y la que necesita ofrecer su sabiduría.

Mistress America2

Greta Gerwig y Lola Kirke son las encargadas de dar vida a esta pareja de amigas que se necesita mutuamente. La primera, nos muestra la otra cara del personaje que la hizo famosa en 2013 y se confirma como una de las actrices más especiales y divertidas de su generación. Lola Kirke -vista en la serie de Yahoo! 'Mozart in the Jungle'-, hermana de Jemima Kirke -de la serie 'Girls'-, se revela como un talento a seguir gracias a su ingenuidad y ansias de experimentar. Juntas, y con ayuda de los brillantes y a veces absurdos diálogos de Baumbach y la propia Gerwig, dotan al film de ese toque surrealista que desprende cuando interactúan.

Aunque puede que a muchos esa fotografía que parece sacada de un filtro de Instagram les eche para atrás, lo cierto es que 'Mistress America' es la prueba clarividente que el cine indie neoyorquino sigue reinventándose, adaptándose a los nuevos tiempos y preocupándose de las nuevas generaciones de jóvenes treintañeros con futuros improbables y lejanos que intentan aferrarse a lo que les funcionaba hasta ahora: la locura juvenil.

Comentarios cerrados
Inicio