Nuevo jueves y nos hemos despertado con un nuevo episodio de la temporada 2 de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder'. La serie de Prime Video supera el ecuador de esta nueva tanda y después de un capítulo en el que han estado bastante ausentes, es el momento de ver qué ha pasado después de entregar los anillos de los enanos.
Por supuesto, a partir de aquí spoilers de 'Palacios de piedra', el episodio 2x05 de 'Los anillos de poder'.
El estado del bienestar enano
Después de la forja de los anillos de los enanos en el episodio 3, arrancamos este capítulo en Khazad-Dûm, con Durin III (Peter Mullan) poniéndose su anillo y manos a la obra para picar piedra donde le dicta el talismán. Hay que devolver la luz a las simas morianas. Comienza una nueva era de prosperidad para los enanos.
Sin alejarnos mucho, en Eregion, Celebrimbor (Charles Edwards) presenta su nuevo regalo (que si nos fijamos ya estaba trabajando en capítulos anteriores en él). Con Narvi (Kevin Eldon) de emisario enano, es presentado una estructura que sin duda hará respingar a los fans de Tolkien: las puertas de Durin, aquella entrada pétrea y encantada cuyo santo y seña tendrían que averiguar Gandalf, Frodo y compañía miles de años después.
Hastiado de la celebrativa reunión, Annatar (Charlie Vickers) se retira no sin ser observado por el anfitrión. Se produce entonces una conversación en la que el primero va a volver intentar convencer al maestro elfo de la necesidad de darle anillos a los hombres. La preocupación por Númenor, el auge de Mordor y ejemplos de notables humanos —Eärendil (bueno, este es peredhil), Tuor, Beren...— son su principal argumento. La respuesta de Celebrimbor sigue siendo no. La réplica de Annatar es que lo hará él mismo.
Así, la forja se pone en funcionamiento en un proyecto de construir nueve anillos para los humanos. Ajeno a lo que pasa, Celebrimbor tendrá que intervenir cuando Mirdania (Amelia Kenworth) tiene un accidente y al ajustar el tamaño del anillo se vuelve invisible... y entra en ese mundo terrible de lo no visto, lo invisible. Neblina y oscuridad, un ser alto con la piel hecha de llamas, hedor a muerte...
Consciente de que es su viva descripción, Sauron/Annatar decide, a la vez de explicar que ha entrado en un mundo oscuro que muestra las cosas como son, desviar la atención y asegurar que teme por que Celebrimbor se haya vuelto vulnerable a las tinieblas.
Volviendo a las montañas, se empiezan a ver las secuelas de portar el anillo en Durin. Advertido por Disa (Sophia Nomvete), Durin (Owain Arthur) también se dará cuenta de que el rey se ha vuelto más codicioso: el impuesto de los anillos, solo dará los anillos al resto de los reyes a cambio de la mitad de lo que excaven... y hará oídos sordos a la noticia de que Disa ha presenciado el surgir de un mal desconocido, antiguo y peligroso en las zonas oscuras de Khazad-Dûm.
Es entonces cuando Durin "junior" decide hablar con Celebrimbor y compartir sus inquietudes y su sospechas en torno a Annatar. Tras despedirle, el elfo habla con el ser para preguntarle si manipuló los anillos de algún modo. Sauron contesta que fueron ambos lo que los manipularon, ya que fueron realizados en pleno engaño, tras mandarle la carta a Gil-Galad (Benjamin Walker) asegurando que habían cerrado la forja. Carta, por cierto, que despierta los recelos del rey elfo.
Juego de Númenors
Hablando de humanos, vayamos a la 'Juego de tronos' de la serie: la lucha por el poder en Númenor con la reina (Cynthia Addai-Robinson) depuesta pidiendo a Elendil (Lloyd Owen) que no incite a rebelión ni nada por el estilo ya que cree que con Pharazôn el catastrófico destino de Númenor se está evitando.
Y lo intenta, vaya que sí. Sin embargo el capitán sigue siendo muy popular y las tensiones van creciendo. Lo que quizás no nos esperábamos es que el primer y trágico disturbio se localizase en el Santuario, durante una ceremonia memorial por los caídos. Ahí se producirá un enfrentamiento entre Elendil y Kemen (Leon Wadham), que derivará en combate contra Valandil (Alex Tarrant) y la traicionera estocada mortal a este.
El episodio termina con los tambores de guerra: Elrond (Robert Aramayo) avisa a Gil-Galad de que un ejército de orcos se dirige a Eregion tal como vimos la semana pasada. El monarca elfo niega la petición de enviar sus propias fuerzas bajo una premisa oscura: sospecha que es Sauron quien está detrás de todo y no podrá hacer frente ni al señor oscuro ni a Adar. Un Adar que tiene retenida, recordemos, a Galadriel... como «posible aliada».
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