A El gran quiz le sobró show

A El gran quiz le sobró show
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Llamadme maniática pero cuando me dispongo a ver un concurso espero ver exactamente eso, un concurso, y cualquier ornamento adicional me sobra y me molesta. Comprendo que en prime time hay que ofrecer algo más a la audiencia pero la estructura de El gran quiz se me hizo pesada, anticlimática y contrapoducente en lo que respecta al apartado del concurso puro y duro.

Empezaron, como viene siendo habitual últimamente, recurriendo a la estrategia de dividir en dos el programa para salir beneficiados en las cuentas de los audímetros y ofrecieron en primer lugar un resumen de las distintas fases de los castings. Es de agradecer que no se prodigaran en el exceso de lágrimas pero estaba cantado que iban a aprovechar la coyuntura para mostrar los fallos garrafales del personal. Para colmo, no dudaron en meter la cuña de su "Innsbruck" y hay que ver qué pesados están en Cuatro con este asunto.

Con el apartado de los castings intentaron curarse en salud en lo que respecta al target del programa. Hicieron especial hincapié en que El gran quiz es un concurso para todas las edades, para gente de cualquier profesión y la puntilla fue la moraleja de la chica que decidió retomar sus estudios gracias al programa. Moralina de la barata.

Respecto a la fase del concurso en sí, para empezar tengo que decir que el falso directo se notaba a la legua pero claro, la parte de show del concurso exige simular un directo porque, de lo contrario, pierde parte de la gracia. La Quiz Room, una habitación en la colocan a los concursantes reserva para que vayan comentando el concurso, me pareció del todo innecesaria y las "conexiones" rompían la dinámica del concurso. Lo mismo opino de los vídeos de presentación de los concursantes y de las intervenciones de Nuria Roca que, más que contribuir a aumentar la tensión, hacían que el programa se desinflase.

El jurado me resultó soso y tuvieron varios fallos a la hora de leer las preguntas. En un concurso en el que las pruebas incluyen cronómetro este tipo de deslices son de difícil aceptación. Jaume Figueras y su insistencia en las preguntas de cine me resultó cansino, a Marta Sánchez le faltan tablas y su interpretación de los guiones fue lamentable. El que estuvo más acertado fue Carlos Blanco quien, consciente de sus limitaciones, se limitó a desarrollar el papel con el que se hizo famoso en Crónicas marcianas.

Me pregunto por qué hicieron un resumen de lo acontecido hasta el momento después de la publicidad, por qué la infografía de los paneles de la prueba final es tan cutre y por qué omitieron un dato tan importante como es el hecho de que Manuel Romero y Javier Dávila son dos magníficos de Saber y Ganar. Romero, además, ganó un bote millonario de Pasapalabra. Creo que si de lo que se trata es de que el espectador conozca a los concursantes que va a ver compitiendo durante varias semanas, estos datos habrían sido un gancho perfecto para la audiencia.

Más información | Web de El gran quiz En ¡Vaya Tele! | El gran quiz sólo es memoria

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