'Unbreakable Kimmy Schmidt' no dejará que nadie se rinda en su segunda temporada

'Unbreakable Kimmy Schmidt' no dejará que nadie se rinda en su segunda temporada

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'Unbreakable Kimmy Schmidt' no dejará que nadie se rinda en su segunda temporada

¿Qué aún no habéis descubierto 'Unbreakable Kimmy Schmidt'? ¿Ni siquiera os suena esta canción tan -"dammit!"- pegadiza? Ya estáis tardando en veros las dos temporadas al completo. La ex-serie de NBC (por poco tiempo) y ahora de Netflix es un soplo de aire fresco, en todos sus aspectos. Hasta la trillada Nueva York se muestra diferente en el mundo de Kimmy. Todo lo que Kimmy toca acaba como cubierto de purpurina.

La segunda temporada arranca dispuesta a poner en duda nuestras más firmes convicciones sobre la serie y sus personajes. Tal vez Kimmy no sea la disfuncional y sus quince años apartada del mundo, más que darle una visión distorsionada, le ha protegido de eso que Lillian llama "relatividad moral", la que rige Nueva York. Y bueno, el mundo, en general. Pero Kimmy sigue viéndolo con ojos de niña (y un unicornio interior que grita "wiiiiiii!!!" mientras galopa sobre un arcoiris).

Una 'coach' de la vida

UnbreakableKimmySchmidt_Kimmy

"Hablaré con Internet y le haré pedir disculpas".

Kimmy Schmidt

Después de una primera temporada para asentarse en la superficie -como la serie entre su audiencia- y de haber conseguido amigos, trabajo e incluso varios novios, Kimmy está preparada para enseñarles a los demás a no rendirse. No es fácil cuando "los demás" son: un aspirante a fenómeno viral con más ego que ingresos, una ex-mujer trofeo en mitad de una crisis existencial, o una casera en continua lucha contra los hipsters.

En esta segunda temporada -o eso apunta en su arranque- la serie está siendo más coral. Ahora que conocemos mucho más a Kimmy, es el momento de darles más perspectiva y más profundidad a los secundarios, convertidos en "roba-escenas" por momentos. Y también de experimentar con la dramedia, a su manera.

Temas como la gentrificación de las grandes ciudades, la maternidad (irresponsable) o los estereotipos raciales y sexuales también están presentes, como telón de fondo o giro inesperado de sus tramas de humor absurdo: Lillian creyéndose atrapada en una guerra entre bandas grafiteras, Jacqueline y su caja de vino para las 'Playdates' de los niños o Titus Andromedon mimetizándose en Gheisa y dando una lección de tolerancia a una pandilla de haters.

UnbreakableKimmySchmidt_Titus

Pero el epicentro sigue siendo Kimmy. O su mirada del mundo. Kimmy, que sigue sin entender las cosas más básicas (cómo se come un helado o cómo funciona Internet) y funcionando a su peculiar manera: con su sistema de rotación de coleteros, su nuevo trabajo de "elfo", sus chistes desactualizados o sus dudas existenciales sobre las cosas más nimias de la vida. Pero en algo ha cambiado: se ha empoderado. Ha tomado las riendas del grupo ahora que su vida parece tener ya una nueva rutina.

Creando el universo de Kimmy


Cada serie necesita su espacio de tiempo para crear su cosmogonía: hablamos de definir su esencia, y construir ese conjunto de elementos -como los running gag, la estética, el tipo de humor- que las diferencia de otras. En el mundo de Kimmy esto se traduce en momentos de magia en los que el universo casi se repliega sobre sí mismo creando otras dimensiones donde todo es posible: desde que un póster interaccione con un personaje hasta que una estación de tren retrase sus trenes para dar finales felices a las parejas que se persiguen a última hora. Y en momentos musicales y muchas coreografías.

No han faltado los guiños a otras series y otros universos. Incluso los guiños que unían varios de estos microcosmos. Con Jon Hamm entre el reparto -Tina Fey prometió que volvería, aunque fuera brevemente- no es de extrañar que le dediquen esta memorable frase a 'Mad Men' (Spoiler alert! no sigáis si pretendéis verla o aún no habéis llegado al final):

"El reverendo era un psicópata peligroso que decía que había creado un anuncio de Coca-Cola".

No es la única serie a la que homenajean, e hilando fino: Kimmy no sabe de casi nada, pero aprende a distinguir el sarcasmo gracias a sus conocimientos sobre 'Friends'. Tampoco faltan las referencias/zascas a otros elementos de la cultura popular americana con los que se muestran críticos y ácidos como la Cienciología, Apple o el fenómeno del contouring; curiosamente, todos ellos retratados al mismo nivel: como sectas.

UnbreakableKimmySchmidt_Jacqueline

En cuanto al desarrollo de los personajes, a destacar el postureo sioux de Jacqueline (sublime Jane Krakowsky) reconvertida en Jacke Lynn, aunque sólo le haya durado un capítulo en esta temporada. Pero nos regala momentos impagables. Tan perdida estaba con su cultura que había que hacerle regresar a Manhattan, donde definitivamente da cada vez más juego.

No es ya la mujer trofeo que conocimos, sino alguien dispuesta a reinventarse una vez más: ahora es Mrs. White y, como el resto, está bajo la influencia de Kimmy y la huella que ésta deja en su vida, aunque siga siendo esa divertida pija materialista con trastornos emocionales. Pero, también como el resto, necesitaba más trayectoria.

Con Lillian también se esfuerzan y con Titus (Tituss Burguess, ahora experto vinícola) no hace falta, porque él solo toma ventaja. Pero cada vez sabemos mucho más de él (y de todas sus vidas, pasadas y presentes). Titus es carne de spin-off. Pero junto al resto forma ese loco grupo al que nos encantaría tener como pandilla y que -qué difícil es esto- nos hace reír.

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