'¡Ay, Señor, Señor!', Nostalgia TV

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Una de nuestras secciones favoritas es Nostalgia TV. Sus contenidos se convierten en la excusa perfecta para sentarnos al calor del ordenador y hablar y repasar los programas que más nos marcaron y con los que disfrutábamos sin plantearnos grandes hipótesis. Ahora seleccionamos con mucho mimo las series a las que dedicamos nuestra atención, pero todos empezamos igual: frente a nuestra tele, sintonizando esa serie que simplemente... nos gustaba.

En nuestro repaso por las series y programas que poblaron el pasado, dedicamos hoy esta sección a la serie de Antena 3: '¡Ay, Señor, Señor!', una ficción que se emitió en 1994 y 1995. En aquel entonces, las teles privadas empezaban a funcionar como un tiro y la apuesta por la ficción nacional fue muy importante. Las series españolas empezaron a colarse en los prime-times que antes ocupaban ficciones americanas o, a lo sumo, concursos patrios. La apuesta por estas series fue esencial para el desarrollo industrial del audiovisual.

Un cura inusual

'¡Ay, Señor, Señor!' nos contaba las aventuras del padre Luis, interpretado por Andrés Pajares. La historia arrancaba cuando este sacerdote aterrizaba en un barrio obrero madrileño para comenzar a ejercer como cura principal en la parroquia, en sustitución del padre Claudio (el gran Cesc Forteza), un sacerdote que estaba a punto de retirarse y que necesitaba "traspasar" sus funciones. La peculiaridad y el interés de la serie radicaba en la personalidad del nuevo padre.

Luis era un hombre conciliador, bienintencionado, generoso y entregado a la parroquia, pero sus métodos no eran exactamente los más ortodoxos y su mentalidad resultaba más "abierta" de lo que se suele esperar de un sacerdote. Vestía vaqueros, hablaba informalmente, era un hombre con ideas modernas que revolucionaba por completo al barrio en cada uno de los capítulos.

Uno de los puntos por los que esta comedia consiguió triunfar fue por el contraste que ejercía el padre Luis con el también párroco padre Ángel. Este personaje dio a conocer a un jovencísimo Javier Cámara y hemos de agradecer a la serie que nos descubriera a este estupendo actor. El padre Ángel era el contrapunto de Luis: pese a su juventud, estaba chapado a la antigua. Seguía fielmente los dictados de la Iglesia, resultaba remilgado y un poquito cursi pero totalmente adorable pues, al final, siempre seguía a Luis en sus disparatados planes. Sin duda, un gran personaje para un gran actor.

Humor y temática social

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Además, en el barrio, Luis se reencontraba con quien había sido su amor de juventud: Beatriz. Este personaje, curiosamente, estaba interpretado por la entonces pareja de Andrés Pajares, Chonchi Alonso. Era una directiva de banco que siempre trataba de ayudar al padre Luis. A pesar de que su relación se trataba de una manera muy blanca e inocente, era curiosa la innegable tensión sexual que se establecía entre los personajes.

La arrolladora personalidad del padre Luis era el motor de la serie. Era un hombre entregado al servicio público, aunque para ello tuviera que saltarse ciertas normas. Normalmente, en cada capítulo se planteaba el problema de un feligrés (económico, social, familiar) y el padre Luis se prestaba a echarle una mano ideando los planes más descabellados e incluso poniendo en riesgo su integridad.

Y es que '¡Ay, Señor, Señor!', con su humor tan inocente y familiar, se preocupaba por tocar temas sociales e incluso polémicos: prostitución, delincuencia, drogas, maltratos... Eso sí, la resolución siempre era feliz para unos personajes que algunas veces caían en el maniqueísmo de los buenos y los malos. Pero que el bien triunfara en la tele de los 90 era un clásico ¿verdad? Incluso el gemelo "malvado" de Luis (otro clásico de la comedia) acababa por no ser tan fiero como lo pintaban.

La comedia española en los 90

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El recuerdo de esta serie, dirigida por Fernando Colomo, nos lleva a reflexionar un poco sobre el tipo de televisión que se desarrolló en un momento en el que todo estaba por hacer y en el que el público había redescubierto la ficción nacional. Las series que se hicieron en esta época tal vez no tuvieran la resolución técnica más apabullante, a lo mejor podían ser hasta previsibles o un poco banales, pero el hecho es que el público español estaba sediento de ellas y así, con su tono blanco, sus chistes facilones y sus personajes estereotipados, resultaban también frescas, entretenidas y carismáticas.

Además, '¡Ay, Señor, Señor!' contó con la virtud de recuperar a un cómico como Andrés Pajares, que se hizo muy popular en el cine de los 70 con el género del destape y que, de esta manera, aglutinó a una audiencia que ya le conocía. Eso sí, con el padre Luis, dio la vuelta completamente a los personajes que solía interpretar en esas historias y a través de las dos temporadas y 28 capítulos de '¡Ay, Señor, Señor!', logró conectar de nuevo con el público.