Animales televisivos: Mayra Gómez Kemp

Animales televisivos: Mayra Gómez Kemp
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Adorable en todas y cada una de sus numerosísimas intervenciones a través de la pequeña pantalla, Mayra Gómez Kemp es uno de esos animales televisivos que te llevarías a casa para ponerlo en el lugar más destacado de la mejor de tus estancias. Durante años fue la nieta, hija, nuera, hermana, tía, prima y sobrina que todos hubiésemos querido tener, pero Mayra sólo había una, así que nos tocaba compartir pasión con el resto de los millones de espectadores a quienes nos embelesaba cada vez que se asomaba a nuestros hogares.

Por su simpatía, locuacidad, alegría y amabilidad, por su dinamismo, naturalidad y espontaneidad, capaz de entretenernos sin necesidad de recurrir a grandes artificios, Mayra Gómez Kemp viene a acompañarnos hoy en nuestra sección de animales televisivos.

Nacida de padres artistas en la Habana prerrevolucionaria, a los dos añitos y medio ya se puso a las órdenes de un director de series de televisión para interpretar el papel de la hija de su propia madre, lo que no le debió de costar mucho esfuerzo, y desde ese debut Mayra ha hecho un poco de todo en esta vida: teatro, cine, radio, tele y hasta circo. Exiliándose toda su familia tras la llegada de Fidel Castro al poder, en quien el padre de Mayra vio a un demagogo, Mayra Gómez Kemp pasó por Puerto Rico y Venezuela antes de acabar estudiando Periodismo en Florida, y ya entonces hizo su debut en el 7º arte en una peli en la que la chica chillaba mucho: 'La venganza de Tartu', una cinta de esas que el día menos pensado nos cascan en las noches de Veo7 o de Intereconomía.

Pero como la chica no acababa de ver claro eso de vivir como un hispano en una gran ciudad de Estados Unidos, a principios de los setenta Mayra aprovechó un viaje que hizo a España para estar junto a una amiga que necesitaba a alguien de confianza a su lado, vino para tres meses y se quedó aquí, y en 1974 sacó su vena más artística para figurar en el cartel del musical de teatro 'The Rocky Horror Show', que es esa obra que tiene una versión en celuloide que como vayas a verla sin disfrazar y sin tirar cosas a la pantalla quedas más raro que Matías Prats en un anuncio del BBVA.

Mayra decidió explotar su veta como actriz, lo que en 1976 la llevo ante Chicho Ibáñez Serrador, que estaba preparando una nueva temporada del 'Un, dos, tres...', un éxito que venía rodado desde 1972 con la presencia del showman Kiko Ledgar, y a esas alturas de la fiesta el equipo del programa ya estaba formado, así que Chicho le lanzó una de esas preguntas clave que a veces se nos presentan en la vida: "y tú, ¿qué sabes hacer?", y Mayra respondió con lo primero que se le vino a la cabeza: "Pues yo sé... imitar acentos"; y de ahí, a hacer de actriz ocasional en el concurso, para que luego digan que la improvisación no es buena. Esta fue su primera aparición en el programa:

Mayra, de cantante a presentadora

Pero Mayra dejó sus apariciones en el 'Un, dos, tres...' y se lanzó al mundo de la canción junto a dos ex azafatas del concurso, Beatriz Escudero y María Durán. Acuario fue el nombre del trío que hacía las delicias de propios y extraños cada vez que las muchachas cantaban 'Rema, rema, marinero' y algunos éxitos más, siendo el boom erótico festivo del momento. En 1978 Mayra abandonó el grupo para cantar en solitario, pero ella estaba llamada a ser presentadora de la tele.

Aquel mismo año, Mayra se puso al frente de '625 líneas', un espacio heredero de otros muchos que era como si cogiéramos ¡Vaya Tele! y le pusiéramos un plató en vez de una pantalla de ordenador y unas cuantas actuaciones musicales y de humor para separar las entradas. Más tarde, en 1980, el director de '625 líneas', José Antonio Plaza, propuso a Mayra para copresentar junto a Andrés Pajares 'Ding Dong', un concurso gastronómico que por la estética recordaba muy mucho al 'Un, dos, tres...' y la química entre Mayra y el formato funcionó.

Después de presentar, también a las órdenes de Plaza, el programa infantil de las mañanas de los sábados 'De 12 a 2', que luego sería 'Sabadabadá', y 'Dabadabadá' cuando lo pasaran a las tardes de los jueves, en 1982 Mayra Gómez Kemp fue designada por Chicho Ibáñez Serrador para hacerse cargo del 'Un, dos, tres...' después de que Kiko Ledgar se cayera de un segundo piso posando para una sesión de fotos. Para que luego digan que el oficio de artista no es arriesgado.

Presentadora de 'Un, dos, tres...' desde 1982 hasta 1988

Ahora que veo esta primera edición del 'Un, dos tres...' presentada por Mayra Gómez Kemp, desde luego las entradas a plató por la escalera principal, con una Mayra saludando aquí y allá, marcaron un estilo que sólo otra persona en nuestra tele se ha atrevido a emular, una tal Isabel Gemio. Pero entre la una y la otra no hay color, dónde va a parar.

Poco se puede decir del 'Un, dos, tres...' que no se haya dicho ya, aunque focalizando la cosa en la figura de Mayra podemos hablar de la subasta del programa como uno de esos sitios a los que las parejas iban a pelearse antes de que existieran los sábados en Ikea y los programas de testimonios en la televisión, y Mayra Gómez Kemp supo recoger el testigo del especialista en regateos Kiko Ledgar y darle una nueva dimensión a todo lo que rodeaba a la mesa de la subasta.

Su signo de distinción para ganarse el favor del público tenía un nombre: picardía. Leía las tarjetas que le iban dejando sobre la mesa y las aderezaba con frases de su cosecha, como aquel recurrente "yo nunca miento, pero tampoco digo toda la verdad" con que se libraba de las iras que a otro presentador le habrían costado siete costillas y un esternón, y cuenta ella misma que su archiconocido "hasta aquí puedo leer" surgió por casualidad en el primer programa, cuando al ver la tarjetita se puso nerviosa al encontrarse en medio del texto unos puntos suspensivos y dijo para sí misma eso:

... y hasta aquí puedo leer.

La audiencia adoraba aquella forma de hacer que quedaba entre el engaño y la honestidad, y a todos les encantaban sus tarjetas lanzadas al aire mientras Mayra decía aquello de "otra tarjetita por ahí", y los papelitos voladores pronto se convirtieron en objeto de deseo para todos aquellos que asistían como público. Fue la primera mujer en presentar un concurso en toda Europa, y ese mérito lo ganó sólo nueve días antes de comenzar la grabación del primer programa en los Estudios Roma, tras pasar por delante a Emilio Aragón, Raúl Sénder y Chicho Gordillo para convertirse en la persona que más tiempo se mantuvo al frente del legendario programa, con 168 ediciones en su haber.

Del reconocimiento popular al mito

Mayra se hizo más que popular, popularísima, y fue combinando la presentación del concurso con su faceta radiofónica en Antena 3 de Radio. En 1990, con la irrupción de las privadas, dio rienda suelta a su vena periodística en la nueva tele de Antena 3 dirigiendo y presentando 'Simplemente Mayra' a la vez que contentaba a las audiencias con concursos como 'La ruleta de la fortuna' y, dentro de la factoría Gestmusic, el remake de 'Ding, dong' llamado 'Tomates y Pimientos' y la adaptación patria del holandés 'Honeymoon Quiz' con el título de 'Luna de Miel' en las teles autonómicas de Andalucía, Euskadi, Madrid y la Comunidad Valenciana. Eso, y unas cuantas apariciones más a lo largo y ancho de varias cadenas locales y autonómicas para mantener viva su presencia en el medio.

¿Y Chicho? Pues cuentan las lenguas, ni buenas ni malas sino todo lo contrario, que hubo un enorme desencuentro entre Chicho y Mayra, que al cabo de un tiempo se medio arreglaron las cosas entre los dos, pero que ya nunca nada volvió a ser como era, que hubo dimes y diretes y una de esas heridas que ni el tiempo cierra. Sobre esto, Mayra ha explicado que ella se enteró por la prensa de algo que él le debía haber dicho en persona. No sé de qué va ni de qué viene la cosa, pero no parece precisamente que fuera algo como cuando lees que a un amigo le ha tocado la lotería.

A principios de 2009 a Mayra le diagnosticaron, casi por casualidad, un cáncer de lengua por culpa del tabaco que la ha tenido durante todo este tiempo dedicada a su recuperación "si no al 100%, al 99,99%", como ha dicho ella misma, que Mayra tiene determinación y persistencia para eso y para mucho más. Vital y valiente para superar ese trance y cuantos le vengan, Mayra Gómez Kemp es de esos animales televisivos que merece la pena cuidar.

Ficha en Imdb.com | Mayra Gómez Kemp En ¡Vaya Tele! | Animales televisivos

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