El absurdo planteamiento de las ayudas a la creación de guiones (I)

El absurdo planteamiento de las ayudas a la creación de guiones (I)
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El día 1 de marzo cumplirá el plazo de entrega de la documentación necesaria para optar a las ayudas para la elaboración de guiones para películas de largometraje. Se ha retrasado la comunicación de las bases, sin que el plazo haya sido ampliado, debido a una protesta por parte del sector que ha dado como resultado el aumento de la dotación —40.000 € en lugar de 24.000 €—, pero a cambio de la reducción del número de becados —quince en lugar de cincuenta—.

Además de información sobre la persona que lo ha escrito y diversos formularios, es necesario presentar: «memoria explicativa suscrita por el autor, sinopsis argumental, tratamiento cinematográfico secuenciado del proyecto de guión con una extensión de entre 15 y 30 páginas, e historial del autor, que incluya cualquier ayuda pública recibida con anterioridad para la elaboración de guiones y acreditación documental suficiente de los estudios realizados».

Por comentar absurdos, podría empezar por señalar que en el B. O. C. M. —la Comunidad de Madrid concedía sus propias becas— ponía “sipnosis” en un texto procedente de La Consejería de Cultura… ejem. Quizá no esté mal y se refieran a un resumen del argumento que te hipnotiza… en fin, lo dejo, que no era de eso de lo que quería escribir. Tampoco quiero hablar de la pertinencia de las subvenciones al cine en general, dejemos eso para otro debate, por favor.

Se concede cuando el trabajo está casi hecho

Lo que quería comentar es el siguiente requisito: el envío de un «tratamiento cinematográfico secuenciado del proyecto de guión con una extensión de entre 15 y 30 páginas». Para que todos nos entendamos, el tratamiento secuenciado es casi igual que un guión literario, con la única diferencia de que no tiene diálogos. Si es necesario señalar que un personaje dice una cosa —lo cual ocurrirá en contadas ocasiones—, se hace en modo indirecto, o sea: «Fulanito le dice a Menganita que…» en lugar de irse a otro párrafo, poner los márgenes de los diálogos, indicar el nombre de quien habla y especificar cómo se dijo exactamente. Todo lo que no sean diálogos, ya estará incluido en este tratamiento.

Si la ayuda que ofrecen consiste en un dinero con el que la persona que crea el guión pueda mantenerse durante unos meses para dedicarse en exclusiva a escribir, es absurdo ofrecerla cuando se ha concluido este extenso documento. Lo más probable es que, cuando se disponga de un tratamiento secuenciado, se haya hecho más trabajo en el guión del que queda por delante.

Hasta ese momento ha sido necesario decidir qué se contaba, cómo se enfocaba, de qué manera se daban a entender las intenciones… Asimismo ha sido imperativo determinar la estructura, el ritmo de avance de la historia, la dosificación de la información, los personajes… Y no vale con saber todo ello grosso modo, en ocasiones es necesario fijar qué número de secuencias habrá y qué ocurrirá en cada una de ellas. Antes la extensión solicitada era de entre 30 y 40 páginas, por lo que se presuponía una división en escenas, ahora, con esta reducción de la longitud, quizá no sea imprescindible.

Para llegar a una buena estructura probablemente han sido necesarias varias versiones de una misma idea, ha hecho falta colocar y recolocar las escenas, eliminar algunas, inventar otras nuevas… Un trabajo similar habrá hecho falta para dar con un tono adecuado, para guardarte la información hasta los momentos necesarios, para elaborar los clímax y esos momentos previos a ellos que hacen que los disfrutes más…

Parte de la definición del personaje estará en cómo habla, se me podría argüir, sí, pero sólo parte. El resto de su retrato saldrá de una primera descripción física y de su ambiente, para completarse con sus reacciones y decisiones ante las eventualidades que le surjan en la trama… y todo ello ya debe contenerse en un tratamiento como el que solicitan.

Qué queda por hacer tras obtener la ayuda

Lo único que quedaría sería dialogar, pero eso es un trabajo menos complicado. No deseo, ni mucho menos, despreciar la labor de dialogar. Lo que quiero decir es que quienes plantean esta subvención están mensopreciando la labor de todo lo que no es dialogar. Así que, sin decir en absoluto que escribir diálogos sea sencillo o rápido, lo que reivindico es que todo lo que no son diálogos tampoco es nada sencillo ni rápido de plantear. Incluso en los casos en los que se quiera cuidar mucho los diálogos o cuando se trate de autores a los que esta parte les cueste especialmente, el trabajo es menor que el de lo anterior… aunque sólo sea porque toda la exploración que has hecho de los personajes ya te ayuda a saber cómo hablan y porque sólo tienes que elegir la forma de decirlo, pues las cosas que se van a decir también se han decidido a estas alturas.

Se me antoja que las personas que han definido los criterios para conceder esta ayuda provengan de una cultura teatral, ya que en los libretos la confección de los diálogos sí puede suponer el grueso del trabajo.

Si acaso, podríamos suponer que nos toparemos con dificultades a la hora de finalizar el guión con las que no contábamos. Por ejemplo: podría aparecer una escena en la que se da a entender el estado de ánimo o los pensamientos de un personaje. Más adelante será necesario determinar la forma de transmitir eso al espectador. Ahí habría un trabajo de guionización mayor que la mera escritura de diálogos que nos encontraríamos al pasar de tratamiento a guión literario. Lo que ocurre es que sólo nos toparíamos con esto si al elaborar el tratamiento, no hubiésemos tenido en cuenta que escribíamos para cine y que todo lo que había que incluir debía ser visible o audible. Por lo tanto, un tratamiento perfecto no daría pie a estas dificultades.

Cada maestrillo tiene su librillo y cada autor escribe de una forma, pero lo normal es que el paso del tratamiento secuenciado se dé muy hacia el final y que ya quede poco por aportar. Es bastante habitual incluso que no se llegue a pasar nunca por este proceso y que directamente desde una sinopsis o un tratamiento corto —de entre cinco y diez páginas— se proceda a dialogar al mismo tiempo que se decide cuántas escenas habrá y qué ocurrirá en cada una.

Por ello, a veces hacer este tratamiento largo no es sólo casi tanto trabajo como el de crear el guión entero, sino que puede ser incluso más: puede ser un paso que se dé al final y con la única intención de concurrir a esta ayuda. Es tanto lo que hay que hacer para llegar a un buen tratamiento secuenciado —que en inglés se llama step outline— que sería muy posible haber pasado ya por una versión completa y dialogada del guión para luego volver atrás y crear un documento sin diálogos superior al que saldría sin saber qué nos ocupan éstos. No es lo mismo el tratamiento que le sirve al autor para seguir trabajando que uno que se quiere presentar, así que es muy probable que haya que escribirlo específicamente para el concurso.

Se me ocurren ejemplos de películas donde lo importante eran los diálogos, como ‘Juno’, que parte de una premisa manida y simplona, pero que es grande gracias a sus frases. Con este film en mente, se justificaría de sobra la concepción de esta ayuda. Sin embargo, también se me ocurre pensar qué haría Kim Ki Duk con una subvención como ésta, cuando tuviese que añadir cinco líneas a su tratamiento para llamarlo guión.

Si somos sinceros, lo que vemos aquí es que el dinero no le viene mal a nadie, incluso aunque ya haya dedicado el tiempo que le tenía que dedicar al guión en sus ratos libres o viviendo de alguien. Así que la beca está muy bien, aunque la ayuda se utilice con efecto retroactivo para suplir las privaciones que te has impuesto mientras escribías. A pesar de lo que estoy escribiendo, os animo a que participéis en esto y tratéis de recibir un dinero por el trabajo que le hayáis dedicado a vuestros proyectos.

Pero lo que no se puede es venderla como un fomento para que más personas se dediquen profesionalmente a la escritura de guiones. Puede ser que lo único que hubiese que cambiar fuese su descripción y en lugar de «ayudas para la elaboración de guiones para películas de largometraje», hubiese que decir «retribuciones por la elaboración de guiones para películas de largometraje».

Continuará:

Haz clic en este enlace para leer la segunda parte de este artículo, donde hablo de otros problemas que le encuentro a esta ayuda y planteo las soluciones que se me ocurren para todo lo suscitado.

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