Sacha Baron Cohen, el provocador

Sacha Baron Cohen, el provocador
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Acaba de estrenar su última película 'Brüno', con un notable tirón y cuyas cifras de recaudación a buen seguro lo colocarán en el número uno. ¿Que tiene Sacha Baron Cohen para conquistar al público? Pues una gran capacidad para llevar sus personajes a la máxima capacidad de provocación, con grandes dosis de humor gamberro, paródico y con abundantes dosis de grosería.

Alcanzó enorme trascendencia con 'Borat', donde daba rienda suelta a su peculiar estilo, llevando a uno de sus personajes a liderar taquillas internacionales. Pero tras el personaje, con el que se fusiona hasta el extremo, está un cómico británico de exitosa trayectoria televisiva y, ahora cinematográfica, al que le queda, a partir de ahora, un intrigante futuro. ¿Será capaz de continuar logrando éxitos con nuevos personajes?

Y es que su galería parece ya agotarse. Tras saltar a la fama con Ali G, expandir su notoriedad con Borat y, ahora, continuar con Brüno, mucho tendrá que trabajar si quiere continuar el camino de la provocación, de la parodia y del falso documental con clara finalidad crítica (aunque bastante más políticamente correcta de lo que pretende y aparenta).

A pesar de que es todo un experto en promocionarse. Basta ver cómo ha llevado su personaje de Bruno a muchos escenarios para darse a conocer, para explotar su actitud provocadora y para reirse hasta de su sombra, aunque eso le lleve a casi perder su verdadera identidad. Sacha Baron Cohen, de formación universitaria, siempre se veía como un cómico capaz de atraer la atención. Así, la televisión fue el medio donde se dio a conocer y que le sirvió para dar rienda suelta a su creatividad. Por ello, a finales de los noventa contaba con fama suficiente con sus personajes más aclamados (Ali G, Borat y el propio Bruno) como para tener su propio show 'Da Ali G Show', que bien supo aprovechar y convertir en todo un bombazo. Acumuló premios, carcajadas, aplausos y un puñado notable de fans, entre los que se contaban desde celebrities de todo pelaje hasta la propia reina de Inglaterra.

En territorio británico ya lo tenía conquistado y por ello, gracias al cine, desembarcó en Estados Unidos. En 2002 estrenó 'Ali G anda suelto' (Ali G Indahouse'), una película sin demasiada relevancia, pero que suponía su debut con su personaje por excelencia y la expansión de su fama.

Un personaje que resume las principales cualidades que Baron Cohen impregna en sus creaciones: provocar hasta la molestia, ser un idiota integral e intentar, a través de la comedia hacer crítica social y política. Particularmente Ali G, un pasota rapero convertido en héroe ocasional, no logró convencerme en el film dirigido por Mark Mylod, es más, me resulta bastante mediocre (aunque el doblaje español realizado por Gomaespuma la convirtió en una película casi diferente, mejorando mucho los diálogos absurdos, pero desvirtuando al personaje casi por completo).

Se nota, quizás, que era su primera incursión con el mero objetivo de explotar al personaje con el que emergió en el Reino Unido (por cierto, territorio donde únicamente la película obtuvo buenos resultados). Baron Cohen en su esencia, haciendo sus habituales estupideces, su lenguaje soez y su habitual homofobia, machismo y chistes escatológicos.

Con 'Borat', estrenada en 2006, afinó más a la hora de plasmar su personaje y con el hábil Larry Charles en la dirección plasmaron un guión más elaborado, que intentaba sacar todo el partido vistiéndolo de falso documental. El reportero kazajo que aterrizaba en Estados Unidos para burlarse de todo lo yanki lograba convencer. A pesar de incluir todo lo ya comentado acerca de la idiosincrasia del personaje, el resultado lograba ser bastante más inteligente, reflexiva y mordaz de lo que se esperaba. Rompía la barrera de comedia paródica, para contener momentos hilarantes, no exentos de polémica no apta para todos los públicos, con una finalidad clara: un incisivo análisis social con fuerte crítica paralela.

Baron Cohen había logrado acertar a la hora de llevar al cine uno de sus principales personajes, había encandilado a más público y había logrado reirse de la sociedad estadounidense, como pocas veces se recuerda, siendo aceptado y hasta aplaudido por grandes mayorías.

Tras intervenir en 'Sweeney Todd' haciendo en un personaje creado a su entera medida (y poner voz a 'Madagascar 2'), Sacha Baron Cohen se ha vuelto a poner la máscara, esa en la que se ampara para hacer el gamberro, transformándose en Bruno, un reportero de moda austríaco y homosexual que intenta lograr la fama a toda costa. Las primeras críticas parecen indicar que no ha llegado artísticamente a las cotas de 'Borat', pero sí que ha parece haber conquistado a cada vez más público y ya se ha erigido en un cómico venerado en todo el mundo. A pesar de que su humor no es precisamente apto para todos.

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