'La chica de ayer' y sus secundarios imprescindibles

'La chica de ayer' y sus secundarios imprescindibles
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Si las cuentas no fallan y se confirma que la primera temporada de ‘La chica de ayer’ tendrá ocho episodios, el domingo vimos el episodio ecuador, el número cuatro. Claro está, con capítulos semanales de más de una hora de duración y con un objetivo a tan corto plaza las tramas avanzan a toda pastilla y en tan poco tiempo es fácil hacerse una idea de qué estamos viendo y de qué nos gusta más o menos.

Desde su estreno la serie ha perdido más de un millón de espectadores y aunque a mí me gusta Ernesto Alterio y su interpretación entre alucinada y alucinógena de Samuel Santos, creo que si ‘La chica de ayer’ sigue en la pelea es gracias a los secundarios, el trío que en la foto promocional de arriba aparece en un discreto segundo término.

Con un público más que resabiado en lo que a procedimentales se refiere, con una trama transversal que sigue siendo a estas alturas poco lúcida y confusa y a la que la presencia de unos padres demasiado buenos quita intensidad, y con una tensión sexual poco desarrollada entre los personajes principales, sólo nos queda agarrarnos a los secundarios para disfrutar de personajes sólidos, coherentes y bien interpretados. Las referencias a momentos del futuro en forma de gag también ayudan, como el “hasta luego, Lucas”, del último capítulo.

Joaquín Gallardo (Antonio Garrido), Raimundo García (Mariano Llorente), y José Cristóbal Mateo (Javier Rey), forman un trío clásico y bien engrasado. Quin, Rai y Cris son el alma de las tramas secundarias, la encarnación de lo más oscuro de los años 70 y un marcan un contraste necesario con la trama y el personaje principal, a pesar de que poco a poco se van acercando a él. Son los que hacen que todo en las tramas falle, sea imperfecto y se complique, y a mí me divierte su común falta de escrúpulos, su llaneza y su forma de resolver las cosas por el camino más corto.

Espero que en el desarrollo de los capítulos que faltan la serie se equilibre porque si no va a resultar perjudicial para la producción, que pierde espectadores semana a semana, pero creo que no de haber sido por estos personajes la tendencia a la baja habría sido más acusada. Son divertidos, tiernos, brutos, inocentes…,. Vamos, son unos malos como los de antes.

En ¡Vaya Tele! | ‘La chica de ayer’, buena adaptación

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