'A Todo Gas: Tokyo Race', las prisas no son buenas

'A Todo Gas: Tokyo Race', las prisas no son buenas
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Si no es un remake, es una segunda o tercera o cuarta o vigésimonovena parte. Así están las cosas en Hollywood. Y es que el dinero manda señores, y me parece bien, si se hiciera algo decente, claro. Dados los enormes beneficios que consiguieron las dos entregas anteriores era de suponer que quisieran seguir explotando a la gallina de los huevos de oro. Yo sólo vi la primera, dirigida por Rob Cohen, y me había parecido una floja película, un remake encubierto de 'Le Llaman Bodhi', pero Cohen nunca tendrá la garra visual y narrativa de Kathryn Bigelow, por cierto, excelente directora que parece haberse perdido, ¿qué será de ella?.

La segunda parte ya ni me molesté en verla. Por cierto, aún sin Vin Diesel en su reparto fue bastante más taquillera que su predecesora. Lo cierto es que no sé qé me ha movido a ver la tercera parte. Quizá quería evadirme un rato sin necesidad de prestar demasiada atención, o quizá fue el querer comprobar cómo ahora Hollywoood empieza a estar interesado sobremanera en todo lo que sale de Asia, hasta el punto de introducirlo en su propio cine. Tanto es así que esta nueva entrega la han rodado en Tokyo, con la mayoría de actores orientales. Con eso no han logrado absolutamente nada. Seguimos asistiendo, y en este caso es todavía peor, a la típica película para descerebrados. El argumento es simple, pero delirante si nos paramos a diseccionarlo debidamente: el nene de turno, con 18 años, amante de la velocidad y con un coche viejo preparado para correr como el que más, participa en una carrera para disputarse a la novia de otro tío, que es una tipa de los más tonta. O sea que para empezar, tenemos a un protagonista que es retrasado mental. Como evidentemente estamos al principio de la película, la carrera sale mal y los pilla la policía. A la pareja de novios, como tienen papis influyentes no les pasa nada, pero a nuestro héroe pues hay que echarle una buena bronca. ¿Y qué decide la madre? pues enviarlo a junto de su padre para que aprenda un poco de disciplina y se olvide del mundo de los coches. Y mira tú por donde que el padre es un militar que en estos momentos vive nada más y nada menos que en Tokyo. El pobre hombre recibe a su hijo en su apartamento de 10 metros cuadrados y le dice que vivirá en tremenda mansión bajo sus reglas, si no ya puede ir pirándose. ¿Y qué hace el nene? ¿Vosotros qué creeis? ¿Acatará las órdenes de sus preocupado padre? ¿se olvidará para siempre de las carreras ilegales de coches chachi guays? ¿Conseguirá a la chica de sus sueños? ¿hablará perfectamente el japonés cuando la ocasión lo requiera? Descubridlo vosotros mismos.

Justin Lin que consiguió cierto renombre en su momento con 'Better Luck Tomorrow' no dirige la película, simplemente pone su nombre tras el famoso "Directed By". Y se acabó. Ni siquiera se preocupa de filmar unas escenas de acción que podrían haber estado mucho mejor y haber sido mucho más espectaculares, aprovechando el nuevo escenario en el que se desarrollan. Pero no, no hay el más mínimo estilo ni la más mínima personalidad en dichas secuencias, en las que por cierto, se abusa de efectos digitales.

El guión, si podemos llamarlo así, está lleno ya no de incongruencias, si no de estupideces supinas hasta más no poder. Todo ocurre a una rapidez asombrosa, y aún siendo conscientes de que el Cine permite ciertas licencias, nada de lo que pasa nos interesa, porque simplemente nos resulta increíble por idiota. Y no hablo de las posibles carreras imposibles donde los coches cobran importancia, no. Me refiero a las distintas situaciones por las que pasa el personaje principal. Algunas verdaderamente delirantes y de vergüenza ajena.

Esta vez no han tirado de ninguna estrella famosa, sino de Lucas Black, un actor más o menos conocido (recientemente le hemos visto en 'Jarhead'), y lo cierto es que Black no aporta absolutamente nada a la película. De hecho, la estropea más todavía, ya que el actor está francamente insoportable. A su lado Bow Wow, rapero metido a actor, que no creo que haya tenido ningún problema para interpretarse a sí mismo. ¿Y quién creeis que sale en un cameo especial? Pues alguien conocido por todos ¿Quién será? ¿quién será? Nada, hasta justo el final de la película no lo sabreis.

Un bodrio espantoso, de esos que insultan verdaderamente el Cine, y lo hacen con ganas. Por cierto, el subtítulo original es 'Tokyo Drift' ¿A qué viene lo de "Race"? ¿Suena mejor? ¿Es más espectacular? ¿Irá más gente a verla por eso?

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