'Abyss', el clasicismo de James Cameron

'Abyss', el clasicismo de James Cameron
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En el excelente especial dedicado a James Cameron que mi compañero Adrián Massanet realizó en Blogdecine, éste con el buen hacer que le caracteriza, sentenció que ‘Abyss’ (‘The Abyss’, 1989) era uno de los fallidos e impersonales films de Cameron. No me deshago yo en elogios hacia la persona del director de ‘Terminator’ (‘The Terminator’, 1984) como lo hace mi compi, que piensa es uno de los mejores directores de la historia —cada vez que se lo oigo decir me parto de la risa—, señalando siempre el hecho de que se trata de uno de los mejores directores de Sci-Fi y aventuras, y con una gran capacidad para hacer creíbles los mundos que nos retrata. Da igual que sea un futuro apocalíptico en el que el futuro de la humanidad depende de unos pocos, o un grupo de marines enfrentándose al mayor terror de sus vidas en un planeta lejano, o la odisea de un barco mítico bañada con un buen número de Oscars. Cameron siempre ha logrado que nos creyésemos —al menos un servidor— lo que nos estaba contando.

Sus películas siempre han estado surtidas de lo último en avances tecnológicos. De hecho, este señor ha cambiado tres veces el curso del cine en cuanto a efectos visuales se refiere, y no por casualidad cinco de sus películas han ganado el Oscar en dicha categoría. La primera de esas veces fue en la presente ‘Abyss’, uno de sus proyectos más personales, en la que empezó a juguetear con los CGI —la famosa secuencia del tentáculo marino— para terminar de perfeccionarlo en su siguiente película, ‘Terminator 2: El día del juicio final’ (‘Terminator 2: Judgment Day’, 1991). Pero esto no convierte a Cameron en un director moderno; si algo le caracteriza es poseer una capacidad narrativa que le acerca a los clásicos. ‘Abyss’ es la prueba más evidente de ello.

La trama de ‘Abyss’ es de lo más sencilla —que no simple—, narrando las aventuras de un grupo de perforadores oceánicos de petróleo que deben colaborar con los marines para llegar hasta donde se ha hundido un submarino nuclear y evitar un incidente internacional. Una vez en el fondo del mar se encontrarán con el mayor descubrimiento al que la raza humana se ha enfrentado, una raza de alienígenas que permanecen ocultos al ojo humano en el fondo abismal del título y controlan el agua. Con guión del propio Cameron nos encontramos ante un film de Sci-fi puro y duro que se adentra en el sempiterno tema de encuentros entre humanos y aliens, algo en lo que el director se encuentra muy cómodo y que siempre ha sido del interés por parte de los espectadores de todas las épocas. Curiosamente la respuesta en taquilla de ‘Abyss’ no fue la esperada, de hecho hablamos del mayor fracaso en la carrera de James Cameron, si obviamos evidentemente su muy olvidable ópera prima en la que también había elementos acuáticos.

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La película ha ido ganando adeptos con el paso de los años y hoy día es reivindicada por muchos como una obra de culto. No encuentro ninguna obra maestra en la filmografía de Cameron —aunque tres de ellas rozan la maestría— pero ‘Abyss’ con todos sus fallos —es un film demasiado largo, sobre todo su director´s cut— me parece una de las obras de este cineasta que deberían reevaluarse —operación que según el jovenzuelo Alvy Singer debe realizarse cada cierto tiempo—, y comprobar que su poso es el mismo que dejan películas mucho más antiguas. Posee una inocencia e ingenuidad que Cameron sólo volvió a aplicar en su monumental ‘Avatar’ —¿un ajuste de cuentas?— y que nos devuelve un tipo de cine que es muy raro de ver sobre todo en las grandes superproducciones. Sólo cineastas como Steven Spielberg son capaces de hacer cine como el de antes —Clint Eastwood también pero sin tantos millones de dólares—, y precisamente Spielberg es un nombre que viene a la mente cuando se visiona esta ‘Abyss’, tanto en el momento de su estreno como más de 20 años después.

Muchos vieron, no sin razón, una especie de ‘Encuentros en la tercera fase’ (‘Close Encounters of the Third Kind’, 1977) en el fondo del mar, pero donde Spielberg se lucía manteniendo el suspense incluso en su conclusión, Cameron da una vuelta de tuerca poniendo en manos de los visitantes el futuro de la humanidad, lo cual no deja de tener su gracia, pues éste se decide en el fondo del mar, en el lugar más oscuro y solitario que el hombre haya conocido jamás. Los extraterrestres poseen rasgos de bondad que una vez más nos acercan a Spielberg y cierto entrañable amigo del espacio, y su visita no es con vistas a dominar nuestro planeta como en multitud de títulos de los años 50, sino completamente pacifista al modo de algunos de las películas que empezaron a jugar con la premisa de los extraterrestres bondadosos, tal es el caso del mencionado film de Spielberg o ‘Starman’ (id, John Carpenter, 1984).

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Al menos eso es lo que se deduce del montaje estrenado en cines en el que Cameron nos presenta la resurrección del ser humano en dos secuencias clave. La primera de ellas, la resurrección del personaje interpretado por Mary Elizabeth Mastrantonio, que da vida a otra mujer fuerte típica en el cine del director, un auténtico tour de force en el que brilla con luz propia un sobresaliente Ed Harris y la inusitada utilización del silencio por parte de Cameron. La segunda resurrección es cuando la nave extraterrestre se eleva hacia la superficie y en un final algo precipitado el ser humano puede soñar con un nuevo y maravilloso día tras la tormenta. Sin embargo en el director´s cut la cosa se asemeja más a ‘Ultimátum a la tierra’ (‘The Day the Earth Stood Still’, Robert Wise, 1951); los aliens dan un aviso al ser humano por su mal comportamiento a lo largo de la historia y lanzan enormes olas contra las costas retirándolas en el último instante un poco incomprensiblemente. Ciertamente es más sugerente y eficaz el montaje estrenado en cines, aunque el segundo posee escenas muy espectaculares llenas de efectos visuales.

Puede que ‘Abyss’ sea un poco autocomplaciente tal y como dice mi compañero Adrián, y es cierto. Parece como si Cameron estuviera encantado con su material, sus personajes, su historia y se regodea en todo ello alargando el film más de la cuenta enrollando una premisa de lo más sencilla. Afortunadamente ‘Abyss’ posee más virtudes que defectos, su visionado se disfruta más allá de los extraordinarios efectos visuales —nunca una película había sido filmada bajo el agua con tanto despliegue de medios—, y nos arrastramos, nunca mejor dicho, por la aventura de unos personajes al límite y con los que Cameron se desvela más clásico que nunca. La situación sentimental de los personajes de Ed Harris y Mary Elizabeth Mastrantonio recuerda, salvando las distancias, a la de Cary Grant y Rossalind Russell en ‘Luna nueva’ (‘His Girl Friday’, Howard Hawks, 1940) o Grant y Katharine Hepburn en ‘Historias de Filadelfia’ (‘The Philadelphia Story, George Cukor, 1940), aparentemente no se soportan pero llegado el momento de la verdad están hechos el uno para el otro. Sus diferencias personales representan en cierta medida, las diferencias entre todos los seres humanos, y la odisea que atraviesan demuestra que cuando peor están las cosas y no existe la esperanza aún se puede hacer algo para evitar una catástrofe, ya sea personal o de índole mundial.

Michael Biehn, uno de los actores fetiche de James Cameron, al menos en aquellos años, sorprende aquí por su composición de marine desquiciado que será la única y verdadera amenaza a la que se enfrenten los demás gracias a que aquél se ha hecho con un bomba nuclear que piensa hace detonar en el fondo del mar convencido de que los aliens son en realidad enemigos rusos. La productora hizo campaña para que Biehn estuviese nominado al Oscar al mejor actor secundario, algo que no le hubiese venido nada mal a un actor tan carismático como Biehn, quien con el paso de los años ha ido cayendo en el olvido. En el apartado técnico mención especial para Alan Silvestri en la banda sonora, y Mikael Salomon en la fotografía en uno de sus últimos trabajos, demostrando que el color azul debe ser el favorito de James Cameron. Aquel año Salomon realizaría otro impresionante trabajo en la injustamente menospreciada ‘Always’ de Steven Spielberg, que guarda no pocos parecidos con este ‘Abyss’, por lo que respecta a hacer un tipo de cine totalmente extraviado en un tiempo en el que el espectador ha perdido su inocencia.

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