'Coche policial', el irregular thriller de Jon Watts que le llevó a 'Spider-Man: Homecoming'

'Coche policial', el irregular thriller de Jon Watts que le llevó a 'Spider-Man: Homecoming'

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'Coche policial', el irregular thriller de Jon Watts que le llevó a 'Spider-Man: Homecoming'

'Coche policial' ('Cop Car') comienza de forma que invita al optimismo, disminuye la marcha de forma constante, se alza cerca hacia la mitad y finalmente se aplana en su clímax, que resulta, a lo sumo, correcto. Había una buena promesa, principalmente debido a la presencia del indispensable Kevin Bacon haciendo una de su especialidades: un cabrón elegante. Pero el aspecto sólido de la fotografía no logra maquillar las inconsistencias tonales.

El fracaso final de la película es que no consigue comprometerse con su humor oscuro en la historia de dos niños, Travis y Harrison, que han huido de su casa con unos diez años de edad. Bueno, una de esas huidas de casa que todos teníamos en la cabeza cuando éramos críos de diez años. A través de las llanuras de Colorado se encuentran con el coche de un sheriff escondido entre algunos árboles y deciden subirse y conducirlo, sin saber que pertenece a un policía corrupto (con bigote épico).

Cop Car 2

Premisa interesante

Un punto de partida tremendo, la persecución de un policía a unos muchachos imprudentes, que además consigue ser creíble en los momentos de complicidad de los chicos, gracias a una comprensión inusual de la ingenuidad y la lógica infantil, logrando sacar un partido humano de sus jóvenes actores que explica el interés de Marvel por el trabajo de John Watts, fichado para 'Spider-Man: Homecoming'. Un factor costumbrista con el que la nueva versión del trepamuros podría implementarse de forma sorprendente, por su sensibilidad para captar relaciones cotidianas.

El villano también es un adecuado híbrido entre la caricatura y lo temible. Las escenas en las que los personajes descubren, tanto en el lado de los niños como en el pánico de Kretzer, al ver que no está su coche, se manejan de forma casi magistral y, una vez los chicos descubren un secreto sobre el auto, se establece el enfrentamiento en el que las conexiones son demasiado ambiguas con las alianzas y sus motivaciones, estirando as escenas más allá de su resistencia a la tracción, dejando una sensación de material desapegado a su núcleo inicial.

Copcar 1

Bacon vuelve a deleitar con su interpretación, independientemente del resultado desigual del conjunto, su enloquecido policía muestra una línea con sarcasmo cuando pasa de desesperado a degenerado, un villano letal que frente a los niños se vuelve una amenaza enorme. Los dos chicos, interpretados por los recién llegados James Freedson-Jackson y Hays Wellford, hcen un papel suficiente para lograr la conexión del público en la película, pero a veces se echa en falta un poco más de aplomo y autenticidad en su supuesto desafío hacia lo precoz.

'Cop Car': desenlace decepcionante

Jon Watts, que había dirigido anteriormente la mediocre y algo plomiza ‘Clown’ (2014), sabe cómo enmarcar eficazmente los planos e hilvanar sus escenas. El problema es que ‘Cop Car’ tiene un gran concepto que no acaba de contar una historia completa. En cierto modo es como ver la mitad de una película sin final real. Se toman una serie de decisiones creativas para llegar a una bifurcación narrativa en el camino de estos dos niños que parecen sacados de otra película.

El caos intenso y sangriento, con los niños en medio de un tiroteo feroz y despiadado cambia el tono de forma dramática, sin complementarse con la idiosincrasia de su primer acto y sin conseguir tampoco el clímax oscuro que se pretende, lo que da lugar a la insatisfactoria conclusión que estropea, casi de forma radical, una buena carta de presentación para el que está encargado de uno de los regresos más esperados del cine de acción y fantástico recientes.

Lo bueno del conjunto es que, con sus ochenta minutos, es concisa y clara a medida que se desarrolla prácticamente en tiempo real, lo que casi elimina pausas innecesarias para la exposición, y deja intervenir más factores de casualidad y circunstancia. En este sentido, el guion se queda corto en convertir la empresa en algo más que un pasatiempo pasajero, que podría estar en el catálogo de producciones instantáneas a las que accedemos en el interfaz de Netflix para pasar la tarde.

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