Cómic en cine: 'TMNT. Tortugas ninja jóvenes mutantes', de Kevin Munroe

Cómic en cine: 'TMNT. Tortugas ninja jóvenes mutantes', de Kevin Munroe
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Ya desde el comienzo de este larguísimo especial de Cómic en cine —y como se puede constatar en la breve entrada introductoria del mismo que publiqué allá por julio de 2013— la intención del que esto suscribe no era otra que incluir en él la práctica totalidad de las adaptaciones que el séptimo arte ha hecho a lo largo y ancho de su historia sobre el muy vasto universo de las viñetas, no importando en principio —algo que también es más que comprobable recorriendo los artículos que hasta ahora lo componen— la calidad final del producto ni si era poco o nada conocido.

Desafortunadamente, errar es de humanos, y aunque abundantes fueron las ocasiones en las que revisé la lista inicial de títulos que irían apareciendo por aquí —una lista que ha ido mutando sobremanera con el paso de los meses— varias han terminado siendo las ausencias involuntarias en las que he ido incurriendo durante el transitar por las películas que se han repasado. Y aunque es de esos errores que quizás hubiera sido innecesario corregir, la entrada de hoy sirve para enmendar la ausencia de las tres películas que, durante los años noventa, llevaron a la gran pantalla a los reptiles charlatanes con nombres de artistas del renacimiento.

'Teenage Mutant Ninja Turtles', el cómic

Tmnt Comic

Según lo que siempre han contado Kevin Eastman y Peter Laird, el gérmen de lo que terminaría convirtiéndose en las Tortugas ninja surgió de una tarde de brainstorming y mala televisión compartida por ambos allá por principios de los años ochenta. Ambos se habían conocido de forma casual y, buscando la forma de abrirse camino en el mundo del cómic, decidieron autopublicar un tebeo que sirviera de parodia de cuatro de los títulos más populares de aquél primer lustro de hace treinta años: 'Daredevil', 'Los Nuevos Mutantes', el 'Cerebus' de Dave Sim y el 'Ronin' de Frank Miller.

Poco podían imaginar los por aquél entonces veinteañeros que su alocada creación terminaría convirtiéndose en una de las franquicias más rentables de principios de los años noventa, con una inmensa cantidad de merchandising inundando el mercado estadounidense —y por ende el mundial—, y una serie de animación y varias películas adaptando las páginas originales publicadas por Mirage Comics. Unas páginas, eso sí, que nunca han llegado a encontrar precisa traslación en sus innumerables incursiones en el medio audiovisual.

Interpretadas siempre como un producto dirigido a niños y jóvenes adolescentes, ni la televisión ni el cine han sido capaces de servir de fiel reflejo de la violencia y el marcado tono adulto que los cómics de las Tortugas Ninja ostentaron desde un principio —algo que puede observarse en las 42 páginas que componían su primer ejemplar—, unas cualidades que sus muchísimas iteraciones han sabido conservar en mayor o menor medida y que siempre han conseguido que, aún compartiendo personajes, ambos universos —aviñetado y de imagen en movimiento— hayan discurrido cada uno por senderos bien diferentes.

'TMNT. Tortugas ninja jóvenes mutantes', la mejor de todas

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Y nada mejor para aprehenderse de dicha diferencia que las tres producciones cinematográficas que la New Line estrenaba entre 1990 y 1993. Una terna que comenzaba con esa estupidez que fue 'Tortugas ninja' ('Teenage Mutant Ninja Turtles', Steve Barron, 1990) —de la que el recuerdo sólo salvaría los animatronics de la compañía de Jim Henson— cuyo tremendo éxito de taquilla motivo la aparición de dos infumables secuelas que sirvieron para alejar aún más de la saga el término calidad y dejaron claro que, en lo que a la gran pantalla respectaba, la probabilidad de volver a ver a Leonardo, Rafael, Michelangelo y Donatello era, como poco, exigua.

Potenciando el humor sobre cualquiera de las otras cualidades inherentes al cómic de Laird e Eastman, pero errando por completo en aquél que aparecía en las páginas del mismo, las aventuras de los reptiles quedaban pues relegadas a la caja tonta mientras que los rumores acerca de una posible nueva encarnación en la gran pantalla se iban sucediendo con el transcurrir de los años. Pero todos ellos se quedarían en eso, en simples rumores —el primero que se produjo sobre una versión CGI de los personajes afirmaba que John Woo sería el director— hasta que la Warner decidió en 2005 comenzar la producción del regreso de las tortugas a los cines de medio mundo.

Considerando que las tres cintas previas habían resultado cada vez menos rentables, el rodar una cinta de animación generada por ordenador era, a priori, la opción más viable desde el punto de vista económico si se quería evitar un batacazo de taquilla como el que había sufrido 'Tortugas Ninja III' ('Teenage Mutant Ninja Turtles III', Stuart Gillard, 1993) —que sólo llegaba a recaudar 43 millones de dólares frente a los 135 que había amasado la primera parte—. Dicha circunstancia vino a unirse al deseo de Kevin Munroe, guionista y director del filme, por dotar al mismo de una cualidad más cercana al cómic que, además, ayudara a la suspensión de credulidad de tan increíbles personajes.

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Así era pues como, finalmente, quedaba preparado el terreno para que 'TMNT. Tortugas ninja jóvenes mutantes' llegara a los cines en 2007, consiguiendo convertirse en un moderado éxito de taquilla que casi triplicaba lo invertido en ella y, al mismo tiempo, se elevava —en la modesta opinión del que esto suscribe— como la mejor versión que los héroes de Nueva York han tenido en cualquiera de sus muchas encarnaciones en movimiento. ¿El motivo detrás de esta afirmación? El hecho de que, por primera vez, y aún manteniendo el humor como baza con la que se juega durante todo el metraje, la acción se contamine de cierta "oscuridad".

Caracterizados así sus 87 minutos con un tono menos ligero, la historia escrita por Munroe echa mano, de una parte, de seres inmortales que llevan arrastrándose por el mundo desde la época de los aztecas mientras que, de la otra, juega a separar a los cuatro hermanos para dibujar sus personalidades con mayor precisión y plantear la semilla de la discordia que animará el cotarro durante gran parte de la duración de la cinta. Ambos factores, unidos a un espléndido ritmo y a unas soberbias secuencias de acción —el clímax es trepidante— terminan jugando en favor de la notable valoración que servidor hace de tan honroso esfuerzo.

Para finalizar, y por si alguien se lo está preguntando, la respuesta es un NO rotundo. Ni loco traeré por estas líneas ese esperpento largo y aburrido perpetrado por Jonathan Liebesman que fue el pasado verano de 2014 la última traslación de las tortugas a la gran pantalla. Prefiero olvidar el amargo regusto que dejó su visionado y pensar, al igual que con la saga original de los noventa, que son productos a borrar de la memoria dejando sólo espacio para la cinta animada que hoy ha ocupado nuestro tiempo y que, reitero, es la que mejor ha interpretado a los personajes para el séptimo arte.

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