'Godzilla', tan espectacular como emocionante

'Godzilla', tan espectacular como emocionante
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Uno de los grandes hábitos de los blockbusters americanos es su tendencia a mostrar destrucción de una forma abrumadora, pensando que esto equivale a esa espectacularidad que los productores buscan con empeño para conseguir llevar al público a las salas. El problema es que llega un punto en el que lo más habitual es que sea simplemente aparatoso y repetitivo, ya que no hay tantas formas atractivas de destrozar cosas y al final acaba siendo más de lo mismo, pero peor.

Me quedaba la duda de si 'Godzilla' (Gareth Edwards, 2014) iba a ser otro ejemplo más de eso. Ojo, hay algunas que hasta son entretenidas y del regreso al cine de uno de los monstruos más famosos de todos los tiempos podía esperarse que apostasen por esa vía --aunque no les salió demasiado bien en la versión dirigida por Roland Emmerich--. No ha sido así, ya que se trata de una película que arriesga en su forma de abordar la historia para equilibrar la necesidad de ser un espectáculo de primer nivel con su aspiración de ser un tenso drama humano.

'Godzilla', una película equilibrada

El monstruoso Godzilla

Los que hayan visto 'Monsters' (2010) ya sabrán de la predisposición de Gareth Edwards a utilizar a criaturas llamativas a modo de catalizador de las emociones de sus protagonistas, pero no era lo mismo hacerlo con un título de presupuesto ínfimo que en una película que ha costado 160 millones de dólares. Por suerte para nosotros, Warner ya sabía a quién fichaba y ha dejado que 'Godzilla' se convierta en un blockbuster inusual con multitud de atractivos --y también algún problema--.

El primer acierto de 'Godzilla' es su enfoque, dando mucho peso a unos personajes que el guión de Max Borenstein desarrolla con sencillez, lógica y solidez. Como resultado de ello, las apariciones de Godzilla y el resto de criaturas se dosifican muchísimo, consiguiendo así el efecto deseado siempre que aparecen en pantalla. Soy consciente de que habrá quien quisiera ver a monstruos gigantes combatir cada dos por tres y no seré yo el que niegue el atractivo de dicha idea, pero aquí las peleas tienen una razón de ser más allá de su poderosa fuerza visual.

Bryan Cranston en

Tengo que reconocer que me hubiera gustado ver más minutos en pantalla a Godzilla, ya que tarda bastante en aparecer y es solamente en la impresionante y magnífica lucha final cuando su poder se desata para dejar al espectador al borde de su butaca de la emoción, pero me gusta, y mucho, la propuesta de Edwards y Borenstein y su parentesco con el original nipón de 1954. Es ahí donde entra en escena la importancia del factor humano y de todo lo que rodea a lo que se ve como una tragedia que podría acabar con la vida en nuestro planeta.

Sin embargo, Edwards y Borenstein tienen en mente una idea ya explorada de forma parcial en alguna de las secuelas del original asiático para que 'Godzilla' sea una curiosa exploración de la fricción entre la ambición de la humanidad y las fuerzas de la naturaleza. Todo ello adornado con un conseguido tono tenso gracias al protagonismo que Edwards otorga a los pequeños dramas humanos, aunque luego sea ahí donde surjan las mayores debilidades de la película.

El lado humano de la historia

Aaron Taylor-Johnson en

Estoy convencido de que hay una importante minoría de espectadores que sienten más interés del que tendrían hacia 'Godzilla' por el hecho de que Bryan Cranston está siendo vendido como el gran protagonista humano de la función, pero lo cierto es que el peso dramático acaba recayendo en un Aaron Taylor-Johnson algo errático a la hora de canalizar las emociones que debía transmitirnos. Y tampoco encaja demasiado bien su familia, ya que es el único momento que queda la sensación de estar desconectando de la historia por el único motivo de dar más peso a las motivaciones de Taylor-Johnson. Como consecuencia de ello, Elizabeth Olsen tampoco termina de encontrar su sitio en 'Godzilla'.

Esto resulta aún más molesto porque cuando Cranston, el inolvidable protagonista de la televisiva 'Breaking Bad' (2008-2013) era el eje humano de la historia, la película funciona prácticamente a la perfección, introduciendo con mucho acierto los dos grandes golpes de efecto utilizados y consiguiendo conectar con las emociones del espectador de forma impecable, sobre todo en las escenas que comparte con Juliette Binoche.

Por lo demás, eficiente corrección realzada por el trabajo de puesta en escena de Edwards, el cual nos deja varias escenas para el recuerdo, para lo que también resulta decisiva la notable importancia de la excelente banda sonora de Alexandre Desplat durante el tramo final, momento en el que se prescinde casi por completo de los diálogos y es a través de la música gracias a la que se consigue transmitir multitud emociones de una forma tan contundente como sutil.

En definitiva, 'Godzilla' es una notable superproducción que no tiene problemas en arriesgarse para ofrecernos su peculiar forma de mostrarnos al mítico monstruo protagonista, algo que consigue que su fallo más importante en ningún momento llegue a ser una losa demasiado pesada que quite brillo a lo entretenido y emocionante que es todo lo demás. No creo que acabe formando parte de mi lista de películas favoritas de este año, pero lo que sí puedo garantizaros es que va a ser uno de los blockbusters más estimulantes de 2014.

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