'Mátalos Suavemente', la decadencia de Estados Unidos

'Mátalos Suavemente', la decadencia de Estados Unidos
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Son tres los estrenos de hoy de los que os voy a hablar. Empecé por la lamentableContrarreloj‘ (Stolen, Simon West, 2012), continué con la simpáticaA Roma con amor‘ (To Rome with love, Woody Allen, 2012) y concluyo ahora con ‘Mátalos suavemente‘ (Killing them softly, Andrew Dominik, 2012), que es, con diferencia, la mejor película del trío. Se trata del tercer trabajo tras las cámaras de Andrew Dominik tras ‘Chopper’ (2000) y ‘El asesino de Jesse James por el cobarde Robrt Ford’ (The Assassination of Jesse James By The Coward Robert Ford, 2007), el cual también se ha encargado del guión de todas sus obras. En la ocasión que nos ocupa, ya os avanzo que brilla con fuerza en una de las dos facetas, pero falla en la otra.

Un director con mucho talento

Imagen de Brad Pitt y Scoot McNairy en

No pasan ni tan siquiera minutos hasta que uno es consciente de que detrás de ‘Mátalos suavemente’ hay un director que sabe lo que quiere plasmar en pantalla y tiene la capacidad para hacerlo realmente bien. Además, demuestra una versatilidad brutal entre la frialdad expositiva de algunos momentos y los (justificados) alardes visuales de otros. Eso sí, estamos ante una película en la que priman los diálogos por encima del resto de situaciones, ya que aquí no disparan y preguntan luego, sino que lanzan la pregunta o amenaza, charlan, hacen cosas y al final pasa lo que todos sabíamos que iba a pasar. La gran virtud de ello es que Andrew Dominik sabe qué teclas pulsar (no faltan ciertos excesos violentos) para que la sensación de suspense no decaiga en ningún momento. Si acaso le pondría una pega, y es cierta explosión en la que se pierde totalmente el realismo del que ‘Mátalos suavemente’ hace gala en el resto de su metraje.

Centrándonos en temas más concretos de puesta en escena, Dominik hace un uso magistral de la tensión, la cual puede llegar a través de silencios aparentemente interminables (los prolegómenos del robo durante la partida de póker) o a través de ciertos manierismos visuales como una brillante utilización de la cámara lenta (el asesino de cierto personaje). Y encima aún tiene tiempo para pequeños interludios para explicarnos con detalle historias que con sólo contarlas por encima ya hubiera sido más que suficiente (los antecedentes del personaje de Ray Liotta), pero no sólo no deja la sensación de ser innecesario, sino que es una riqueza añadida que sabe utilizar con posterioridad. La cuestión es que todo tiene un sentido, convirtiendo así a ‘Mátalos suavemente’ en una de las películas mejor dirigidas de lo que llevamos de año (y que haya visto, claro está).

Un guionista demasiado evidente

Brad Pitt y Richard Jenkins en

Uno de los aspectos más comentados sobre la película es su interpretación como crítica del sistema capitalista en general y del gobierno americano en particular. Dominik ya remarca eso desde el inicio con un discurso de Obama alternándose con contundentes cortes con los diferentes nombres de los créditos iniciales, consiguiendo así una rápida inmersión del espectador en una película que quiere ir mucho más allá de ser un mero ajuste de cuentas de la mafia contra unos maleantes que roban a los participantes de una timba ilegal. Eso es algo digno de aplauso a priori, pero pierde mucha fuerza cuando está subrayándolo de forma constante, ya sea a través del uso de declaraciones reales del actual presidente de Estados Unidos o por las quejas de los diferentes personajes sobre la situación económica actual.

Este afán discursivo es el mayor lastre de ‘Mátalos suavemente’, ya que es la única justificación razonable para la inclusión del personaje de James Gandolfini, el cual, por otro lado, lo borda en su papel de asesino deprimido. Es cierto que hasta cierto punto también podría funcionar a modo de espejo de lo que podría acabar pasándole al de un estupendo (y algo más envejecido de lo habitual) Brad Pitt, pero su función elemental es mostrarnos lo jodidas que están las cosas, algo que se recalca de forma constante por otros medios. Su desaparición de pantalla también refuerza la sensación de ser un añadido innecesario del guión bien salvado por el trabajo del protagonista de ‘Los Soprano’. Es cierto que este discurso desolador resulta tan actual que los abusivos incisos en el mismo pueden parecer un certero reflejo de la actualidad, pero la realidad es que dañan la profundidad del contenido de la película, impidiendo que pueda convertirse en la gran obra que podría haber sido.

Otros apuntes sobre ‘Mátalos suavemente’

Ben Mendelsohn en

Ya he comentado que Dominik demuestra ser un gran director de actores, pero me gustaría pararme un momento a hablar de varios de los integrantes del reparto. Y es que me sorprendió sobremanera el trabajo de Scott McNairy y Ben Mendelsohn, dos intérpretes muy poco conocidos que brillan con luz propia como los dos ladrones de la partida de póker. El primero es más calmado y temeroso de lo que pueda pasar (algo que refleja a la perfección en el tramo final de la película), mientras que el segundo está más que convincente como el drogadicto un tanto alejado de la realidad. Y es que uno ya se podía esperar una gran actuación de Brad Pitt, que la hace, pero siempre sorprende agradablemente descubrir el talento que tienen actores con los que no estabas familiarizado.

Me gustaría apuntar también que en el reparto hay multitud de rostros conocidos, pero todos ellos tienen una función bastante secundaria dentro de la trama, algo que no impide que Richard Jenkins, Ray Liotta o James Gandolfini den lo mejor de sí mismos, pero aún mejor es que no estamos ante uno de esos casos en los que uno desearía que hubieran tenido más presencia en pantalla. Sí que pagaría por ver un spin-off centrado en el primero, pero aquí no tenía sentido que apareciera más. Y es que he criticado el guión de Dominik por sus excesos en lo discursivo, pero en el resto de aspectos (diálogos, desarrollo y tono de la historia, etc.) raya a un nivel bastante alto.

Imagen de James Gandolfini en

En definitiva, ‘Mátalos suavemente’ es una muy recomendable película que no consigue ser realmente brillante porque se excede a la hora de remarcar sus intenciones discursivas. Sin embargo, una dirección de primera (al fin alguien que utiliza la cámara lenta con talento) y el estupendo trabajo de todos los intérpretes (muchos se quedarán con Pitt, pero Scoot McNairy y Ben Mendelsohn son la gran sorpresa de ‘Mátalos suavemente’) compensan con creces esa evidente debilidad del, por otro lado, notable tercer trabajo tras las cámaras de Andrew Dominik.

Otra Crítica en Blogdecine: Dominik cautiva con ‘Mátalos Suavemente’

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