'Hasta que la boda nos separe': una simpática comedia que aspira a ser el nuevo gran éxito del cine español

'Hasta que la boda nos separe': una simpática comedia que aspira a ser el nuevo gran éxito del cine español

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Cartel Hasta Que La Boda Nos Separe

El cine español parece haber encontrado una mina de oro en los remakes de comedias extranjeras visto el éxito de títulos como ‘Perfectos desconocidos’, ‘Padre no hay más que uno’ o ‘Si yo fuera rico’. No dejan de ser apuestas menos arriesgadas que ya se sabe que han funcionado fuera de nuestras fronteras y aquí le damos un toque nacional y el público, al menos por ahora, está respondiendo bien.

La próxima en llegar es ‘Hasta que la boda nos separe’, una nueva versión de la producción francesa ‘La Wedding Planner’ con Dani de la Orden ocupando la silla del director. Es también probablemente la mejor película dentro de esta nueva moda del cine español, ya que se estamos ante una simpática comedia romántica con un buen trío protagonista, arropado además por un efectiva selección de secundarios.

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Hasta Boda Separe Escena

‘Hasta que la boda nos separe’ sigue la fórmula de chico conoce chica, se lían y más tarde se descubre que uno de ellos ya está emparejado, siendo entonces cuando comienza la verdadera película. Afortunadamente, esos primeros minutos no son un mero trámite, ya que el guion de preocupa en perfilar al personaje de Belén Cuesta y al mismo tiempo hacer especial hincapié en las posibilidades cómicas del relato.

Empezando por un trauma infantil y continuando por los problemas que van surgiendo en una boda que ha organizado, la película va ganándose nuestro interés, ya que sabe manejar su falta de sutileza -el prólogo ya puede poner a la defensiva a muchos espectadores- mediante una combinación de talento interpretativo -en estos primeros minutos es Belén Cuesta la auténtica protagonista, aunque cuenta con apoyos reseñables como el de Gracia Olayo, también su compañera de reparto en ‘La llamada’- y un saber hacer de De la Orden tras las cámaras.

Siendo justos, no hay ningún aspecto en el trabajo de puesta en escena de ‘Hasta que la boda nos separe’ que destaque especialmente, pero la película posee una fluidez notable que permite que ni siquiera lo que podrían ser pausas narrativas con una clara finalidad cómica -pienso por ejemplo en las apariciones de unos divertidos Malena Alterio y Jordi Sánchez- se sientan como tal. La clave está en eso, ya que habría sido muy fácil de ceder a la tentación de potenciar secciones concretas, pero se siente como una obra compacta en ese apartado.

Todo en su lugar

Imagen Hasta Boda Sepa

Sin duda ayuda tener un guion que sepa equilibrar eso, pero también contar con un reparto bien escogido. Recuerdo que uno de mis problemas con ‘Si yo fuera rico’ es que nunca terminaba de ver química entre Álex García y Alexandra Jiménez, pero eso no sucede en ‘Hasta que la boda nos separe’, pues funciona muy bien tanto cuando con Cuesta como con Silvia Alonso. De hecho, también resulta más palpable con Adrián Lastra que en 'Si yo fuera rico', quedando claro que el trabajo de casting ha sido esencial para potenciar los puntos fuertes de la película.

Cuesta ya había demostrado en multitud de ocasiones lo bien que se maneja en la comedia y aquí vuelve a refrendarlo una vez más pero sin dar la sensación de ser algo que esté potenciando, sino que son las situaciones a las que va enfrentándose las que disparan el lado más cómico del relato. Por su parte, García parece estar especializándose en los roles de canalla pero con buen corazón y lo hace sin dar la sensación de estar repitiéndose a sí mismo, sino explorando nuevas facetas, mientras que Alonso es la tercera en discordia y cumple con soltura pese a ser el personaje con menores posibilidades de lucimiento.

A esto se le añade una buena galería de secundarios, tanto que los que aparecen de forma puntual -Antonio Resines durante la boda del arranque- como los que tienen un mayor recorrido. Es verdad que ninguno resulta hilarante, pero todos cumplen y como mínimo te dejan con una sonrisa en la boca. Ojalá más que eso, pero tampoco es precisamente poco.

En resumidas cuentas

‘Hasta que la boda nos separe’ es una buena comedia en la que nada desentona. Sí que le falta esa chispa de brillantez para que realmente vayamos a acordarnos de ella, pero para pasar un buen rato cumple más que de sobra y a veces uno simplemente quiere eso. De ser tu caso, no dudes en darle una oportunidad.

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