'The Virtues', Shane Meadows firma una magistral historia sobre el perdón y la familia, tan directa como un puñetazo en el estómago

'The Virtues', Shane Meadows firma una magistral historia sobre el perdón y la familia, tan directa como un puñetazo en el estómago

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'The Virtues', Shane Meadows firma una magistral historia sobre el perdón y la familia, tan directa como un puñetazo en el estómago

Shane Meadows lleva más de veinte años narrando las desventuras de las zonas marginales de su memoria británica personal, pero también creando historias asombrosas de horror puro, como la magistral 'Dead Man's Shoes', documentales al servicio de bandas tan legendarias como The Stone Roses o creando miniseries continuistas de sus obras más carismáticas. Tras cuatro años sin tener noticias, regresa con 'The Virtues', su gran obra de madurez.

La vida rota

Con el Gran Premio del Festival y Premio al Mejor Actor en la última edición de Series Mania, la nueva creación de los autores de 'This is England', Shane Meadows y Jack Thorne, es una desgarradora, oscura y muy compleja historia de amor y redención que hacen de 'The Virtues' un trabajo maestro y el título más privado del director. Prácticamente un exorcismo.

Toda la esencia Meadows está aquí condensada en cuatro apasionantes episodios. En tres horas y media, el director y su guionista de confianza ponen en bandeja la mejor interpretación de la carrera de Stephen Graham y Niamh Algar. Ambos rebosan dolor y naturalidad, y cargan sobre sus espaldas una historia horrible donde, al igual que las baldosas de los caserones sombríos del pasado que han quedado abandonados, tampoco queda ni un corazón que no esté resquebrajado.

The-Virtues

Si algo funciona de la manera en que lo hace la nueva miniserie de Meadows es porque es real. Jodidamente real, que diría cualquiera de sus personajes. "Tuve síndrome de memoria reprimida por algo que me había sucedido cuando era un niño de nueve años", afirma Meadows. "No lo descubrí hasta que tuve 40 años y fui a ver a un psicólogo. Es poderoso darse cuenta de que en la infancia pueden ocurrir cosas tan traumáticas que las bloqueas por completo. Inicialmente, mi respuesta fue golpear a alguien muy fuerte en la mandíbula, pero tenía esta otra salida para hacer algo más catártico".

Siempre ha habido mucho de autobiográfico en la obra de Meadows, pero en el caso de 'The Virtues', se trata de un trabajo mucho más personal. Joseph, el protagonista al que encarna de manera inmejorable, superlativa, Stephen Graham, es el propio director: un hombre destrozado por un desgarrador trauma del pasado que regresa a su tierra natal para intentar poner orden en su vida.

Una historia verdadera

Para poner en marcha esos recuerdos borrados, PJ Harvey aporta la música y un potente tema principal, mientras Nick Gillespie, veterano de las cámaras británicas, fotografía con realismo la cruda historia. Gillespie, asistente de cámara en el cine de Ben Wheatley o en la reciente 'El Gordo y el Flaco') realiza un trabajo orgánico aportando un enfoque poco habitual: "Había usado una la típica cámara de video de Panasonic cuando era un niño, así que cuando Shane llegó al set con una no tuve ningún miedo de usarla".

Toda esa libertad se propaga por el ambiente y entre un reparto lleno de personajes con secretos y verdades a medias, que irán cocinando a presión todos los asuntos pendientes de cada uno.

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Sin ser necesariamente un thriller, Meadows sabe dotar de ese ritmo a su obra, por lo que las emociones irán aumentando junto al interés, logrando alcanzar un insospechado clímax muy diferente al que se presumía en su primer y doloroso episodio.

'The Virtues' es una historia de horror, familia, perdón, y dolor muy valiente y descarnada. Su comprometido carácter autobiográfico y post-traumático hace que nos replanteemos una trayectoria ya de por sí íntima. Una obra maestra directa al mentón que se antoja como una de las grandes triunfadoras de la temporada televisiva.

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