'Un Príncipe para Corina', elevando la trospidez a la enésima potencia

'Un Príncipe para Corina', elevando la trospidez a la enésima potencia
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Tróspido. Esta esdrújula palabra que puede funcionar como adjetivo, adverbio y nombre y que fue inventada por el usuario de Twitter El Hematocrítico ha definido un estilo de hacer televisión. Aunque la palabra se originó durante la última temporada de '¿Quién Quiere Casarse con mi Hijo' los usuarios han seguido utilizándola para definir el tipo de trash tv que lleva las situaciones al extremo y genera una mezcla de vergüenza ajena y gracia en el telespectado que atrae inexplicablemente.

Las cadenas conocen este efecto y como no puede ser de otra manera lo quieren aprovechar al máximo. Y eso es lo que ha hecho Cuatro después de mucha promoción al estrenar 'Un Principe para Corina'. Este programa que bebe directamente del estilo de los tróspidos originales (por aquello que el programa está hecho por el mismo equipo) le da una vuelta a la idea de las citas entre gente parodiada, buscando una única protagonista y trayendo diferentes estilos de pretendientes que atraen al espectador de maneras totalmente diferentes.

Trospidez con una pizca de 'The Bachelor'

Un Príncipe para Corina

'The Bachelor' es un formato estadounidense que le busca pareja a lo largo de citas a un soltero o soltera de oro. 'Un Príncipe para Corina' coge la idea de este formato y le da una vuelta añadiéndole esos toques de trospidez que tenía el programa de los hijos y las madres que tanto nos gustó. Personalmente, creo que Mediaset ha tenido una muy buena idea al mezclar un, digamos, estilo de éxito con un formato con el que no acertó demasiado debido a no escoger adecuadamente al protagonista del programa. Y es que muchos aún recordamos el desastre que fue aquel 'I Love Escassi' que pasó sin pena ni gloria por la parilla de Telecinco.

Al contrario que con Escassi, con Corina es diferente. A falta de tener una opinión más formada de ella con los episodios venideros, me arriesgo a decir que han acertado de pleno con la protagonista. Corina, la soltera que busca el amor, es una persona cercana, simpática, extrovertida y con una asertividad que raras veces se ha visto en una protagonista de un reality. Esta característica, la asertividad, hace que el público congenie enseguida con ella y que te caiga bien por sistema, algo completamente necesario cuando el programa gira completamente en torno a ella.

Un cásting y guiones muy preparados

El Ken de Corina
Este es el Ken de Corina

Aunque hay gente que lo ignora, este tipo de programas están muy guionizados, tanto a nivel de diálogos y situaciones como de cásting. En 'Un Príncipe para Corina' esta guionización se eleva hasta límites cercanos a la exageración. Todo está minuciosamente estudiado, desde la presentación de los pretendientes donde las frases clave están escogidas al milímetro hasta el montaje de las escenas, donde se intercambian gestos y diálogos que, aunque no pertenecen a la misma secuencia, quedan perfectos para contar lo que el guión quiere sin importar si es cierto o no lo que está ocurriendo.

Si bien el añadir efectos sonoros y visuales a los montajes es característica de este tipo de programas, lo de hacer montajes irreales a mi me ha parecido un gran fallo. Y es que aunque en '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' también se hacía, el montaje era mucho menos exagerado y obvio que lo que hemos podido ver en el primer programa. Al notarse tanto la manipulación de las escenas hace que te creas mucho menos el programa, por lo que espero que sea algo que solucionen en posteriores entregas.

Estructura y ritmos perfectos

Que un programa dure casi dos horas es criticable, sobre todo teniendo en cuenta que en los tiempos en los que vivimos las horas de sueño son una parte muy importante de nuestra vida. Sin embargo, este primer programa tuvo un ritmo perfecto, consiguiendo que en ningún momento decayera el interés, manteniéndonos así pegados al televisor en todo momento. Las dos pruebas de eliminación fueron lo suficientemente rápidas y ágiles para no aburrir, así como el momento de la eliminación con las calabazas, el cual me parece un sistema perfecto para no meterse en grandes sentimentalismos ni dramas a la hora de decir adiós a un concursante.

Corina

Mención aparte merece la presentación de Luján Argüelles. Es cierto que un servidor tiene una gran debilidad por ella, pero este tipo de programas están diseñados para Luján. La presentadora sabe poner el tono justo a las situaciones tanto a nivel de su dirección como de sus gestos, los cuales nos pueden llegar a divertir más que la propia escena. Se nota que disfruta haciendo este tipo de programas y eso es un plus, ya que consigue una fidelización con el espectador mucho mayor que si hubiera un presentador completamente neutro.

Un gran potencial

Si hubiera que ponerle una nota al primer programa de 'Un Príncipe para Corina' este sería, sin lugar a dudas, un notable. El reality ha tenido muy pocos fallos y nos ha dado todo lo que prometía, surrealismo exagerado por todos los lados con la búsqueda del amor como disculpa. No hay dinero suficiente para pagar las risas que me eché con este primer programa, por lo que imaginarme lo que puede ocurrir a medida que pasen los episodios sólo consigue que aumenten mis ganas de que llegue el próximo domingo parar disfrutar de una ración más de Corina y compañía.

En definitiva 'Un Príncipe para Corina' es un gran programa' para los que nos gusta este tipo de televisión. Algunos lo tildarán de vulgar, vergonzoso y sin lógica pero lo que no entienden, pobres ellos, es que el trash tv es así: entretenimiento sin lógica alguna. Y bien que nos lo pasamos.

En ¡Vaya Tele! | Cuatro prepara 'Un Príncipe para Corina'

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