Voy a ser completamente honesto: estaba convencido de que, este año, Ibai se la iba a pegar con La Velada, entre otras cosas porque el propio presentador ya apenas hace streams, más centrado en su cambio físico y las colaboraciones para YouTube. Además, Twitch está de capa caída, perdiendo espectadores a ritmo constante, y los luchadores de este año parecían, al menos a priori, café para los muy cafeteros, con nombres desconocidos para la mayoría de nosotros, como Tomás Mazza, Peereira7, Alana, Gaspi o Rivaldios. Probablemente toda una generación se estaría llevando las manos a la cabeza con estos contendientes, pero para el resto de la humanidad, más allá de TheGrefg y RoRo, no había nadie que suscitara el más mínimo interés. O eso creía. Obviamente, me equivoqué de lleno una vez más.
Dale a tu cuerpo alegría, Ibai Llanos
La Velada del Año V ha pulverizado de un puñetazo el récord anterior de visionados en Twitch, con más de 9 millones de dispositivos (9,19 millones exactamente) conectados al mismo tiempo en su momento más álgido. De hecho, las cifras asustan: la media fue de 6 millones de dispositivos, 20 millones de espectadores únicos y un total de 144 millones de views a través de toda España y Latinoamérica. Por hacernos una idea, lo más cerca que ha estado la televisión de igualar esta cifra en 2025 fue con los penaltis del Portugal-España de la Copa de la UEFA, donde llegó a 9.032.000 espectadores.
En algún momento de las 7 horas de show, los presentadores hicieron referencia a que, quizá, en años anteriores, Twitch no contó los visionados del todo bien, sorprendidos por su propio éxito y viendo cómo rompían su propio récord. Otra posibilidad, que algunos apuntaban en redes sociales, es que el servicio inflara las cifras de manera artificial para sacar fuerza, pero me temo que es algo que nunca sabremos. En todo caso, Ibai se ha apuntado un gol por la escuadra que le ha dado aire para continuar con su estrategia de estar en el candelero sin meterse de lleno como antes, trabajar menos y volver por todo lo alto tan solo en los eventos.
No somos capaces de hacernos una idea de hasta qué punto ha dado beneficios La Velada del Año 5. No solo por los cientos de miles de suscriptores que Ibai ganó a lo largo de la noche, sino porque cada elemento de los combates estaba patrocinado: el casco de Alsa, el suelo de Revolut, la mesa de comentaristas de Grefusa, las infografías de Coca-Cola. El evento grandilocuente de un Ibai pletórico es una auténtica máquina comercial disfrazada de evento entre colegas, y todo lo que las marcas hayan pagado les va a parecer poco después de la relevancia y la exposición que han tenido. No importa la cifra que penséis que Infojobs ha pagado para estar ahí: es mucho mayor. Y volverían a invertirla una y mil veces.
De todas las hadas, escogí la vel-hada
Aunque hoy en la máquina del café del trabajo se hable de los penaltis de España contra Reino Unido, no os confundáis: hay toda una generación, a la que el fútbol le da absolutamente igual, que lleva desde ayer hablando de la victoria pírrica de Abby, la actuación de Aitana y los puñetazos de Grefg frente a WestCol. No son profesionales, no tienen experiencia, ni falta que les hace: para los luchadores, esta es una manera de ganar notoriedad, dinero y estar en el centro del mundo influencer durante varios meses. Salir en La Velada del Año te asegura nuevos seguidores, nuevas relaciones y, con ellos, más dinero. Al final, todo se reduce a eso: una adoración al famosete repintada con aires de falsa modernidad.
La cosa, por cierto, no tiene visos de acabar. Ayer, en un momento álgido del combate, Illojuan retó a Xokas para la sexta Velada, demostrando que esto va a seguir, en parte porque, en el crecimiento infinito al que Internet fuerza, no les queda otra. Han demostrado que pueden hacer que casi diez millones de chavales estén pendientes de combates de boxeo y actuaciones -de Los Del Río, nada menos- durante 7 horas plagadas de publicidad y autopromoción para los streamers, con un estilo más parecido a 'Sálvame' de lo que muchos querrían reconocer: un eterno organigrama de enfrentamientos y relaciones tan fascinante como incognoscible para aquellos que estamos fuera de él.
En su día, con el boom de Twitch en la pandemia, se le dio en llamar "la nueva televisión". Hoy ya queda claro que, en realidad, se parecía sorprendentemente a la de toda la vida: han cambiado los famosos y la manera de relacionarse, pero los formatos, la publicidad y las retransmisiones interminables siguen siendo las mismas, en un ciclo eterno que seguirá funcionando, disfrazado de juego infantil que han montado en el patio de atrás de casa, mientras entre dinero. Como siempre, cambia lo justito para que todo siga igual.
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