'Duck Dynasty', el fenómeno "paleto" que dobla la audiencia de 'Breaking Bad'

'Duck Dynasty', el fenómeno "paleto" que dobla la audiencia de 'Breaking Bad'
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El pasado lunes, mientras todo el mundo comentaba el nuevo récord de audiencia de ‘Breaking Bad’, con 5,9 millones de espectadores viendo el primero de sus capítulos finales, A&E estrenaba la cuarta temporada de ‘Duck Dynasty’, un reality que sigue a la familia Robertson y su negocio de fabricación y venta de reclamos para cazar patos en un pueblo de Louisiana. Cuando debutó, en marzo del año pasado, lo vieron casi dos millones de espectadores, pero para el estreno de la tercera entrega, en febrero de este año, la popularidad de los Robertson explotó de un modo inaudito, rivalizando con 'The Walking Dead' en cuanto a los programas más vistos del cable. Y el primer episodio de la cuarta entrega se ha convertido en el programa de cable de no ficción más visto en la historia de la televisión estadounidense, con 11,8 millones de espectadores, casi el doble de lo que consiguió 'Breaking Bad' y dejando a la altura del betún los casi tres millones de personas que vieron la primera entrega de 'Here comes Honey Boo Boo', el fenómeno del verano pasado.

'Duck Dynasty' no es el primer reality de rednecks, gente de entornos rurales a los que podríamos llamar "paletos", que programan canales como Discovery, TLC, la propia A&E o History (que ha construido su audiencia base con cosas como 'Swamp people' o los programas de tiendas de empeños), pero es el más exitoso de todos porque está diseñado como si fuera una sitcom, aprovechando el potencial cómico de personajes como el tío Si y sus ideas extrañas, o el contraste entre los hombres Robertson, con sus largas barbas y su ropa de camuflaje, y sus mujeres, que parecen salidas de un especial de 'The Real Housewives of Atlanta'. En este reportaje del USA Today explican que los guionistas del programa se reúnen con la familia y les piden que les cuenten historias sobre su día a día, y recrean algunas para el show sin dejar de ser ellos mismos. Y ahí parece estar el secreto de su éxito.

Un ascenso meteórico

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Lo realmente fascinante del fenómeno de 'Duck Dynasty' es cómo su audiencia ha subido como la espuma con cada temporada. En la primera, como decimos, tuvo 1,8 millones de espectadores, que subieron a casi cuatro en la segunda y superaron ampliamente los 8,5 millones en la tercera. Y todas estas entregas se vieron entre marzo de 2012 y este pasado mes de febrero. Mientras tanto, los Robertson fueron invitados a la Cena de los Corresponsales de la Casa Blanca y se recorrieron casi todos los talk shows, ocupando en cierto modo el trono de celebridades de reality que hasta hace muy poco ocupaban los chicos de 'Jersey Shore', y hasta firmando un nuevo contrato con aumento de sueldo incluido.

Lo curioso del tema es que Phil Robertson, fundador de la empresa Duck Commander, y sus hijos ya eran bastante adinerados antes de que empezara el reality, pues el negocio de los reclamos de patos les funciona muy bien y hasta tienen una webserie, más centrada en la temporada de caza de patos en sí, patrocinada por la casa de escopetas Benelli. Pero lo que funciona de ellos es en lo que se basa siempre este tipo de telerrealidad, sus personalidades. Es habitual que se gasten bromas entre ellos y no es nada extraño que conecten tan bien con el público medio estadounidense. Pero mientras 'Duck Dynasty' es todo un fenómeno de los realities de rednecks, a principios de este año hubo un caso de MTV que no salió tan bien.

'Buckwild', cuando las cosas salen mal

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En enero, MTV estrenaba 'Buckwild' con la esperanza de que fuera su nuevo 'Jersey Shore'. Seguía a varios jóvenes de una zona rural de Virginia Occidental, para los que el entretenimiento veraniego puede ser irse al bosque a conducir su camioneta por el barro, cazar ardillas o dar fiestas, lo que le granjeó varias críticas de ese estado por considerar que no ofrecía un retrato acertado de sus habitantes. Los doce capítulos de su primera temporada, de media hora cada uno, no funcionaron mal en audiencia, por lo que MTV lo renovó por una segunda temporada. Realmente parecía que había encontrado a los sustitutos de los guidos entre los rednecks del sur de Estados Unidos pero, entonces, las cosas se torcieron.

Uno de sus protagonistas, Shain Gandee, fallecía por intoxicación accidental por dióxido de carbono junto con su tío y un amigo durante una excursión, y la cadena se veía forzada a suspender primero la producción de esa segunda temporada y, después, a cancelar el programa. Hubo críticas de todo tipo de que MTV se había aprovechado de los participantes en 'Buckwild' y hasta de que sus productores pretendían reflotar el reality con otro reparto, aprovechando la visibilidad que les había dado ese incidente, pero al final se ha quedado en nada. Lo que sí representa en ese interés en la televisión estadounidense por estos docurrealities de "paletos", bastantes de los cuales funcionan más como sitcom, caso de 'Duck Dynasty', o que casi parecen más estar riéndose de sus protagonistas. Que es algo que explica también el éxito de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'.

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