Por qué la saga 'Alien' sigue fascinándonos casi cuarenta años después

Por qué la saga 'Alien' sigue fascinándonos casi cuarenta años después
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El nombre de la luna, rebautizada como Acheron, sobre la que se asienta la colonia en la que se ambienta esa genialidad titulada ‘Aliens: El regreso’ (‘Aliens’) no es otro que LV-426. Una combinación alfanumérica que, pasada por el filtro de una buena estrategia de marketing, oculta una fecha que nos lleva al día de hoy: veintiséis de abril —4/26—, o “Alien Day”, como prefieran ustedes llamarlo.

Si a esto le sumamos el estreno inminente de ‘Alien Covenant’, que llegará a nuestras salas el próximo doce de mayo, y el reciente entusiasmo con la franquicia de un Ridley Scott que quiere rodar cuatro entregas más, no sabemos si por un interés real por el universo que creó en el 79, por un brote repentino de megalomanía, o por el delicioso olor de un buen manojo de billetes, parece que estamos en el momento idóneo para pensar cómo hemos llegado hasta este punto.

Y es que parece mentira que un legado como el de ‘Alien’, concebida hace prácticamente cuatro décadas detrás de un pitch tan simple y efectivo como “es ‘Tiburón’ en el espacio”, siga al pie del cañón, estrenando nuevo material y atrayendo al público a las salas sin necesidad de aludir al factor nostalgia tan en boga durante los últimos años. Motivos para que esta maraña de xenomorfos, sintéticos y colonos espaciales nos continúe fascinando, la verdad, no le faltan…

Renovarse o morir

Sin lugar a dudas, una de las claves para mantener viva una saga tan longeva, ya sea en lo que respecta al tiempo o en cuanto al número de largometrajes que engrosan sus filas se refiere, es mantener el frescor e intentar renovarse a cada secuela que pasa. Esta lección, que licencias como ‘The Fast and The Furious’ están comenzando a aplicar, queda ejemplificada a la perfección con ‘Alien’ y sus cinco filmes estrenados hasta la fecha —si exceptuamos ‘Covenant’ y los abominables spin-off ‘Alien vs Predator’—.

El modo en que la franquicia ha ido mutando junto a sus criaturas a cada paso que da, ya sea en cuestiones de género, tono o ambientación, se alza como el reclamo perfecto para dar continuidad a un espectador ávido de novedades y con fobia al deja-vu. Viajar del terror reposado y asfixiante de la primera parte al delirio futurista con clones de por medio de ‘Alien: Resurrección’ (‘Alien: Resurrection’) no sólo es una experiencia gratificante, sino que además, invita a ser disfrutada.

Alien3

Este batiburrillo genérico-tonal, por así llamarlo, viene de la mano de una selección de guionistas y directores que han impregnado su ADN en cada una de las entregas, diferenciándolas aún más si cabe del resto. Así pues, a lo largo de la pentalogía podemos encontrar desde al Ridley Scott más estilizado hasta a un James Cameron que, con esa joya en clave de acción que es ‘Aliens’, anuló por completo el sentido del tópico que dice que “segundas partes nunca fueron buenas”.

No obstante, y pese a constituir una de sus principales bazas, este “efecto autor” ha hecho, en ocasiones, flaco favor a una saga que se ha visto perjudicada hasta cierto punto por disparates como los palos en la rueda puestos a David Fincher y su arriesgada propuesta pseudomedieval para ‘Alien 3’, la comicidad y el exceso del tándem Jean Pierre Jeunet-Joss Whedon de ‘Resurrección’, o el afán de complicar las cosas hasta el absurdo para después no saber salir del pozo —también llamado “Efecto Lost” del guionista Damien Lidelof en ‘Prometheus’.

Aún así, y como se suele decir, en la variedad está el gusto, y gracias a esta retahíla de nombres y a lo heterogéneo de sus aproximaciones al material original de Ridley Scott y Dan O’Bannon, vamos sobrados de ella.

Un vasto universo aún por explorar

El atractivo de ‘Alien’ va mucho más lejos de la falta del espíritu continuista que adolecen muchas otras antologías cinematográficas. Junto a esto, el vasto universo que se ha ido construyendo orgánicamente, haciendo confluir razas extraterrestres, corporaciones con dudosas intenciones y personajes que ya forman parte del imaginario colectivo, actúa como un pegamento particularmente fuerte que nos mantiene adheridos a la franquicia.

Los grandes culpables del magnetismo del “Alienverso”, junto a los mencionados Scott y O’Bannon, son los artistas Moebius y, especialmente, el suizo H.R. Giger, quienes lo materializaron a través de diseños conceptuales y dando cara, ojos y forma a las criaturas encargadas de aterrorizar a Ripley y compañía respectivamente. Un trabajo que ha terminado trascendiendo a las películas y ha contribuido a posicionarlas dentro de un estatus “de culto” más que merecido.

Michael Fassbender Alien Covenant

Para más inri, esta bóveda que engloba el imaginario ‘Alien’, del que ahora estamos conociendo sus orígenes a través de la, a priori, trilogía de precuelas iniciada con ‘Prometheus’, resulta lo suficientemente amplio como para permitir que cada filme de la serie toque una temática subyacente sin desentonar con el conjunto.

De este modo, la primera entrega explotaría los conceptos de la violación y la paternidad a la hora de generar terror de forma subliminal, su continuación directa funcionaría como una alegoría a la guerra de Vietnam, y la tercera y cuarta partes tocarían los temas de la religiosidad y la familia. Esto evidencia una diversidad que hace soñar a los aficionados con lo que aún está por explorar en las cintas venideras.

Más allá del celuloide

Podrían correr ríos de tinta mientras tratamos de buscar los elementos clave que justifiquen el innegable calado de ‘Alien’ en la cultura popular. Su vuelta de tuerca al terror y la ciencia ficción en el 79 ha derivado en una vorágine de licencias que se han extendido más allá del celuloide y que han situado a la Teniente Ripley y a los terribles y babeantes xenomorfos en auténticos iconos pop.

La prueba de ello está en la nutrida y demencial selección de cómics con crossovers de las criaturas protagonistas de la saga y personajes tan variopintos como Batman, Vampirella o el Juez Dredd, en el longevo escarceo de la franquicia con el mundo del videojuego en joyas como el ‘Alien Versus Predator’, o el más reciente y brillante ‘Alien Isolation’, o en la incontable ristra de largometrajes influenciados directamente por la obra maestra de Ridley Scott como ‘Xtro’ o ‘Regen: Regeneración Mortal’ (‘The Terror Within’).

Sea como fuere, y a juzgar por las intenciones de su responsable directo, parece que aún tendremos tiempo de sobra para indagar sobre por qué ‘Alien’ es, y será, una de las pocas antologías capaces de sobrevivir cuarenta años sin sufrir los achaques propios de la edad, y dando de comer al público de la palma de su mano con cada nueva entrega que se anuncia.

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