Para fortuna de aquellos que afirman que "ya no se puede decir nada" porque se ofenderían a determinados colectivos (aunque a veces suena a que necesitan la comedia para soltar burradas porque sí), hay todo un archivo delicioso de comedias irreverentes y sin pelos en la lengua. Por algún motivo las terribles garras de lo políticamente correcto no las han borrado de la existencia, y en ocasiones hasta deciden regresar.
Resulta cuanto menos curioso que se hablen de los tiempos actuales como los más represivos para la comedia, con capítulos eliminados por chistes que han quedado demasiado anticuados, pero series como 'Hotel Fawlty' en su momento causaban problemas directamente con personajes recurrentes (en España se trató de cambiar el origen del camarero barcelonés Manuel que no entendía ni una palabra de inglés). Y aun así, llegó a ver la luz y hasta se puede disfrutar entera en Filmin.
Este hotel se cae a pedazos
Creada por uno de los mejores Monty Python como es John Cleese en compañía de su esposa Connie Booth, la sitcom nos metía en un pequeño hotel costero de Inglaterra regentado por un matrimonio algo desgastado, con varios empleados a su cargo como el camarero español y varios huéspedes recurrentes. En píldoras de media hora sigue la clase de peripecias y penurias que conlleva ser propietario de un negocio así, recurriendo a los elementos clásicos de la sitcom que esta serie ayudó a asentar.
La estructura que decide seguir como un reloj es lo que ayuda a hacer tan digerible y perfecto el caos que se desata en cada episodio, y ha resultado influyente para muchas producciones cómicas televisivas tanto en Reino Unido como en el extranjero. Cada episodio de 'Hotel Fawlty' consigue explotar lo máximo de unas situaciones desesperantes y unos personajes incorregibles (literalmente, nada aprendían al final de cada episodio y siempre terminan tropenzando con las mismas piedras).
Cleese quería empezar a pasar página de los Python y poder explotar la parte más venenosa y cínica de su humor, que solía ser de los más afilados en los sketches del grupo. El personaje de Basil Fawlty condensa muchas de las ideas que desarrollaba en el programa cómico, siendo un personaje completamente irascible además de patético por sus maneras de intentar salir de situaciones que encuentra detestables, ya sea porque no le dejan actúan en libertad o porque la gente a su alrededor resulta insoportable.
'Hotel Fawlty': vergüenza ajena y misantropía
'Hotel Fawlty' era más políticamente incorrecta que la media de aquel entonces, ya que no se cortaba con las bromas sobre barreras idiomáticas y hasta incluía a nazis en sus disparates. Cleese y Booth sacaban su parte más misantrópica en un ecosistema plagado de exagerados comportamientos, algunos sustentados en estereotipos, y que desmontan por completo la imagen intachable de modales impecables que se sigue asociando a los británicos.
La clave, eso sí, es que por muy incorrecta que decidiese ponerse, eran habilidosos para que el chiste recayese sobre todo en Basil. Al final él es el personaje más condenable, y por ello es el más hilarante en un mar de vergüenza ajena divertidísima. Por eso lograba ser una comedia tan cafre como exquisita y por eso es una de esas series cortas perfectas para desconectar un rato o para acompañar el breve rato de la comida o el café.
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