'Sono Yo No Tsuma', Ozu y el cine negro

'Sono Yo No Tsuma', Ozu y el cine negro
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La obra de Yasujiro Ozu es bastante extensa y aquí conocemos una mínima parte. Dejando a un lado algunas películas emitidas en algún ciclo en alguna de las ciudades de nuestra geografía, y un pack de siete títulos, imprescindible para todo amante del cine, el resto de títulos es bastante difícil encontrarlos por vía "normal y corriente". Claro que si se conoce a Raúl Rosales, excompañero en éste nuestro querido blog, y tienes la suerte de caerle bien, es posible que te permita el acceso a la mejor web de cine clásico que hay ahora mismo para conseguir títulos que por otros medios sería prácticamente imposible. Y no sólo referente a Ozu, si no a un montón de películas, muchas de ellas inéditas en nuestras pantallas, tanto grandes como pequeñas. Me refiero, cómo no, a divxclasico.com, el séptimo cielo para todo cinéfilo que se precie de serlo, donde por cierto, encontraréis muchas más cosas que cine clásico, y todo muy bien ordenadito, y hecho muy seriamente.

Allí encontré esta película de Yasujiro Ozu, dirigida en 1930, y perteneciente a su etapa muda. Una película de tan sólo 65 minutos de duración, aunque eso no es óbice ni circunstancia para asistir a una historia perfectamente estructurada y narrada en ese tiempo. Y además encontrarnos con alguna que otra sorpresa en las formas empleadas por Ozu.

'Sono Yo No Tsuma' cuenta como un ladrón es perseguido por la policía, los cuales no le dan el más mínimo cuartel. Mientras tanto, en una casa, una madre y su hijo enfermo esperan a que el padre vuelva al hogar, un padre que no es otro que ese delincuente que huye de la policía, y que trata por todos los medios de volver a casa sin ser visto.

Asi que a los que ya conocéis a Ozu veréis que una de las constantes de su cine está presente también en esta película: las relaciones paternofiliales. Quizá aquí no son tratadas tan de lleno como en otras películas del autor, ya que el film tiene otro enfoque y se concentra más en lo que el padre siente por el niño que viceversa. Sin embargo, y sin saber nada de la película cuando me puse a verla, tenía la expectativa de que me encontraría con un drama intimista tan en la línea del director japonés. Y cuál ha sido mi sorpresa que no me he encontrado sólo con eso, si no con un thriller al más puro estilo americano. Por cierto, Ozu no se priva de realizar algún pequeño homenaje al mismo, con algún pequeño detalle argumental, como el hecho de que el protagonista tenga en su casa posters de películas americanas conocidas de la época. Curioso.

Otra de las cosas que llaman la atención es el lado técnico. Ozu normalmente es contemplativo en su forma, me explico, sus planos suelen ser, la mayoría, estáticos, fijos. Aquí hace un alarde de virtuosismo con la cámara, que deja completamente alucinado al personal. Travellings de todos los tipos animan una historia de ritmo frenético, y a la vez pausado. Frenético por los acontecimientos que se dan lugar, y pausado por los pensamientos internos de los personajes. Un equilibrio entre ambas cosas, verdaderamente conseguido, y que sólo alguien de la capacidad expresiva de Ozu podría lograr. Todo un prodigio para el año en el que fue rodada.

En cuanto a los actores, resaltar a los dos principales masculinos, y antagonistas en la historia. El ladrón que sólo quiere que su hijo se cure, interpretado muy convincentemente por Tokihito Okada, actor que moriría de tuberculosis cuatro años después. Y el policía que le persigue, un hierático y al mismo tiempo expresivo, Fuyuki Yamamoto, quien quizá proporciona los mejores momentos de la cinta, sobre todo al final.

Una buena película, a la que quizá haya que reprocharle que su argumento sea algo simple y escueto, aunque Ozu solía convertir historias mínimas en grandes historias universales. Aquí ya empezaba a hacerlo. Por último decir que la película también es conocida con su título en inglés, 'That Night´s Wife'.

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