'Mercado de Ladrones', cine negro con elementos de drama social

'Mercado de Ladrones', cine negro con elementos de drama social
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Hace poco nos dejaba Jules Dassin (como guinda a una etapa de fatales desapariciones del mundo del cine, tanto en activo como no), quien no se sentaba en la silla de director desde 1980. Demasiado tiempo para saber si estaba vivo o no, la verdad. Pero dejando eso a un lado y que la muerte de cualquier ser humano siempre nos pone tristes, lo cierto es que se ha ido uno de los grandes del cine, al menos físicamente. Por suerte nos quedan sus grandes obras, algunas de ellas clásicos indiscutibles del cine negro, como por ejemplo, las ya tan comentadas estos últimos días 'Noche en la Ciudad' o 'Rififí', que junto con 'Topkapi' son probablemente sus films más famosos.

'Mercado de Ladrones' ('Thieves´ Highway', 1949) pertenece a su primera época americana, justo antes de ser perseguido por la famosa caza de brujas encabezada por el temible senador McCarthy en los años 50. La película narra las dichas y desdichas de Nick Garcos, quien descubre que su padre está paralítico por haber sido engañado por un duro hombre de negocios que se dedica a comparar todo tipo de alimentos al por mayor, embaucando al mayor número de gente posible. Garcos se hará con un importante cargamento de manzanas como anzuelo para poder recuperar todo el dinero que le deben a su padre, y de paso vengarse.

SPOILERS

'Mercado de Ladrones' es puro cine negro, y en ella no hay un sólo gangster o policía (estos últimos aparecen justo antes de que se cierre la película, por aquello de que los malvados sean encerrados entre rejas). El mundo de 'Mercado de Ladrones' está lleno de personas normales y corrientes, todas ella de clase social media/baja, personajes que podrían ser nuestros vecinos, sin ningún tipo de aureola excesivamente cinematográfica, a pesar de estar interpretados por actores más o menos conocidos (en aquella época muy conocidos). Lo único verdaderamente cinematográfico es la labor de Jules Dassin, absolutamente encomiable, a la hora de vestir esta sencilla historia en un thriller denso a la para que intenso, donde hay lugar para la traición, el robo, el amor e incluso el asesinato.

Con un punto de partida tan simple como la competencia de mercado entre distintos camioneros a la hora de ganarse el pan con importantes cargamentos de alimentos, Dassin construye todo un mosaico de sentimientos encontrados, a través de una galería de personajes matizada hasta la última línea. Casi todos perdedores con muy mala suerte, al servicio de un sistema, creado por los que están por encima en la escala económica, que los va engullendo hasta que no hay más salida que la desesperación, la cual lleva a la venganza. Lo más curioso del film es que éste tenga un final aparentemente feliz, en el que el villano recibe su merecido, y que por aquel entonces responde más a una necesidad del propio director, por reflejar en el microuniverso de 'Mercado de Ladrones' a la sociedad de aquellos tiempos, en los que el enemigo debía ser vencido a toda costa.

Además de la excelente labor de Dassin tras las cámaras con su puesta en escena, en la que una vez más, la fotografía en blanco y negro tiene una importancia vital, tenemos un plantel de actores bastante apropiado. Richard Conte es el protagonista, y por aquel entonces estaba en pleno apogeo, apareciendo en un buen número de films de género. Sin ser ninguna maravilla como actor, tenía una fuerte presencia que encajaba perfectamente con sus personajes. A su lado, brilla con luz propia, Valentina Cortese, en una de sus primeras interpretaciones dentro del cine americano, el de una mujer acabada al servicio del mejor postor. La actriz se compenetra a la perfección con Conte, estableciéndose entre los dos una química perfecta, con una tensión sexual evidente. Como malo de la función, el siempre excelente Lee J. Cobb, en uno de sus típicos papeles de mal nacido, que por conseguir más dinero, es capaz de las acciones más rastreras, no teniendo el más mínimo respeto ni por la vida ni por la muerte.

Lo que 'Mercado de Ladrones' tiene de maravilloso en su labor de dirección y actores, no lo consigue del todo en su guión, pero no porque la historia no interese, sino porque hay algunos fallos absurdos que estropean considerablemente al conjunto. Son apuntes argumentales que una vez vistos, uno se pregunta como fueron capaces de cometer semejantes errores. Por ejemplo, cabría citar lo importante es que cierto camión tenga siempre una de las ruedas pinchada (esto provoca toda una serie de acontecimientos en el film), para luego, en la parte final de la película, arrancar ese camión como si nada. O ya en la escena final, y para redondear el hecho de que los malos reciban su justo merecido, la policía, ausente durante toda la proyección, haga acto de presencia con los compinches del villano detenidos.

'Mercado de Ladrones' es una buena película, altamente disfrutable. Tal vez no haya que incluirla entre las obras magnas del cine negro, pero desde luego pasa por un film muy importante dentro del género, aunque sólo sea por apartarse de la tónica. La película no se haya editada en dvd en nuestro país (qué raro), pero podéis obtenerla al otro lado del charco, en una envidiable edición de Criterion. Eso sí, preparad la cartera.

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