'Todo es mentira': 25 años de la comedia maldita del cine español

'Todo es mentira': 25 años de la comedia maldita del cine español

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Estamos de acuerdo en que 'Arrebato', la obra maestra de Iván Zulueta, tiene un halo de malditismo difícil de superar, pero la primera y magistral película de Álvaro Fernández Armero, 'Todo es mentira', no se queda corta. Celebramos los 25 años de una de las mejores y más injustamente tratadas óperas primas de nuestro cine con su director.

Los días y las noches

Mucho más que una excelente ópera prima, 'Todo es mentira' puede ser la más importante historia generacional del último cuarto de siglo de nuestro cine. De nuestra vida.
El brillante reparto clava a unos personajes patéticamente encantadores, familiares y perennes que hoy siguen estando vigentes. Todos ellos, del yonqui brasas al vendedor de caldo (Santiago Segura ya pedía publicidad cuatro años antes de su Torrente y uno antes de Josemari, el satánico de Carabanchel) ofrecen el más fidedigno retrato de quiénes fuimos y a donde nos aproximamos, queramos o no.

La historia de un tipo que descubre que no siempre llueve a gusto de todos es una que protagonizamos todos a diario. Pasen 25 o 50 años. Pero ahora vamos a viajar un rato por el tiempo. 

En 1993, un jovencísimo Álvaro Fernández Armero tuvo una idea que cambiaría su vida para siempre. "Mi primer trabajo con algo de autoría fue en Tve. Tendría 21 años, y entré como guionista en un programa para gente joven que se titulaba ‘Pasando’. Venía a ser ‘La bola de cristal’ diez años después. También con Lolo Rico, pero en ese caso no funcionó". 

"Me dedicaba a escribir piezas cortas, con voces en off, pero en uno de los que hice, que trataba sobre relaciones amorosas, vi algo que me gustó más que el resto y lo guardé para mí. Estuve a punto de enviarlo a producción, pero al final me lo quedé. Un día lo llevaba encima y Coque, que entonces era el novio de mi hermana, lo leyó. Le gustó y me dijo ‘vamos a hacerlo, yo te hago la música y el protagonista'. Me había tocado un cuñado guay".

"Me puse a buscar dinero y Nacho Cano me dejó lo que necesitaba. Todo aquel que leía el guión de ‘El columpio’ quería implicarse. Enviamos el guión a Ariadna Gil y le gustó. Todo salió muy fácil”.

'El columpio' es una prodigiosa muestra de una noche de pasión que nunca sucedió y que sigue tan fresca como el primer día. Algo que también pasará en su ópera prima, animada por una llamada telefónica y una oferta a ciegas por parte de un legendario productor español. Y también presidente de un equipo histórico de nuestro fútbol.

La llamada

“Después del estreno del corto recibí como seis propuestas para hacer una película. Y Enrique Cerezo llamó el primero, en agosto. Luego recibí más, pero Enrique llamó antes. Tenía un mensaje en el contestador y no sabía quién era. Al día siguiente llamé y resulta que me estaba ofreciendo rodar una película". 

"Me dijo que me pasara con el corto para verlo, pero la propuesta ya la había hecho a ciegas. Yo vivía muy cerca de su oficina, prácticamente enfrente, así que me pasé de inmediato. Vimos el corto, le hizo gracia y ahí me preguntó si tenía alguna historia que contar. Le dije que por supuesto, pero que mejor se lo contaba la semana que viene, cerrando el contrato y todo. Y la verdad es que no tenía nada. Llegué a casa y me puse a pensar en ideas. Yo nunca he sido de apuntar muchas cosas, pero siempre he tenido mis cosillas".

“Entonces me di cuenta del ambiente que me rodeaba. Yo estaba pasando por una crisis de pareja asquerosa. Mis amigos también. Cristina y Ray, Coque con mi hermana, otra pareja de edades distintas… y pensé ‘joder, qué fuerte’. Todo el mundo a mi alrededor se quería separar. Podía ser que la mañana siguiente nos separemos seis personas del mismo grupo, y empecé a escribir sobre eso".

“Arranqué el guión con lo único que escribí que me había pasado personalmente y que al final no está en la película. Una bronca que salió de otra relación mía anterior. Una bronca colosal. De veinte frases, diecinueve eran insultos. De ahí se iba a negro y aparecía el título de la película: ‘Los días y las noches’, se titulaba entonces. Le conté eso a Cerezo y le pareció bien. En realidad le daba igual, yo creo. Y ahí me puse a escribir”.

El imperio del terror

A pesar del fabuloso ritmo, de un casting inmejorable, de un retrato generacional eterno y de ser completamente honesta, la película no cayó bien cuando llegó la prensa.

“Tocó presentar la película a los medios. Me preguntaron cómo había surgido todo. Yo, a mis veintipocos años respondí de buen rollo: ‘Ahí estaba yo con 300 pesetas en el banco (dos euros, jóvenes lectores), recibiendo la llamada de Enrique y diciéndole que tenía una película en la cabeza cuando no tenía nada, así que la escribí en tres días’. Todo el mundo se reía mucho, pensando ‘qué gracioso el niño’". 

"Y con esas nos fuimos a San Sebastián. Allí Carlos Vasallo, el otro productor, recordó la anécdota de los tres días y esa fue nuestra sentencia de muerte. Nos machacaron. Luego se olvidó porque han pasado 25 años, pero yo no lo olvido, yo lo pasé fatal. Durante años fue la mayor masacre del cine español en cuanto a crítica. Me fui del festival. Vi las críticas, cogí un avión y me vine a Madrid. Fue brutal y unánime. De todos modos ‘Brujas’ fue casi peor. En la página de las estrellas de las revistas llegué a tener todo ceros”.

Promesas de juventud

Cuando Armero junta el reparto, la cara más llamativa, por todas las razones  imaginables, era la de Penélope Cruz. La actriz ya había llamado la atención de todo el planeta cinéfilo en dos hitos como 'Jamón jamón' o 'Belle Epoque'. Si hay algo más bonito que 'Todo es mentira', es el modo en que director y estrella cruzaron sus caminos.

“Cuando se hizo el videoclip de 'La fuerza del destino' mi hermana salía con Nacho Cano. Fue años antes de salir con Coque (de hecho es la protagonista de ‘El 7 de septiembre’).  Ahí también conocí a Bus producciones, que luego harían ‘El Columpio’ conmigo. El caso es que nos fuimos a hacer el vídeo de Mecano a Villaviciosa, a casa de mis padres. Yo iba con mi hermana Coloma como 'jefe de la casa'". 

"Quería dedicarme a eso y allá fui con 18 años. La única persona que había de mi edad por allí era Penélope, que tendría 15. Yo quería hablar con ella, porque el resto eran mayores y era la única persona más o menos de mi edad. Entonces, una noche que no podía dormir, me di una vuelta por la casa y allí estaba ella probándose un vestido para el rodaje".

"Entonces le dije que no podía dormir, y nos fuimos a su cuarto a charlar. Éramos dos niños, todo fue súper inocente, y nos pasamos la noche hablando. Ella me dijo que quería ser actriz, y yo le dije que quería ser director. Hicimos un pacto como los niños que éramos. Luego pasaron unos años y la llamé. ‘¿Recuerdas aquella noche?’ Y sin leerlo me dijo que sí.

La gran pelea

Si algo se recuerda de 'Todo es mentira' es la secuencia de la cocina. En el momento de más tensión de la historia, una pelea antológica hace estallar a los protagonistas, dejándonos claro que ante todo, estábamos viendo la dulce, imposible e inestable historia de amor de dos psicópatas.

Con la peli fui descubriendo cómo se rueda, pero también el pulso de la historia lo iba descubriendo a medida que rodábamos. Descubrí que la escritura era más apasionada que el lenguaje cinematográfico convencional. Cuando llegué a rodar la escena de la cocina, me di cuenta de que ir a cortes la volvía estática".

"Decidí hacer un plano secuencia siguiendo a los personajes. El director de fotografía (Antonio Cuevas) iluminó los techos para que no se vieran y tener 360 grados de acción. Puse cacharros y cosas en la cocina y le di a cada uno un arma arrojadiza para que lo usaran. Hicimos un ensayo por encima, sin más que movimiento. Y fue interesante. Penélope me dijo ‘siéntate, que van a pasar cosas’”.

Ultima Claqueta

Cuanto más lo ves, más prodigioso parece la elección de montaje y planificación de una escena que rompe con la narración sencilla y tierna que habíamos disfrutado durante tres cuartas partes de la película.

“Esa escena, parecida, nos ha pasado a todos. En ese momento yo estaba viviendo la misma historia dentro y fuera de la película. Yo quería contar la realidad. Así son las broncas. Hicimos cuatro tomas, y mezclé los mejores momentos. Es lo que se ve en la película. Decían más o menos lo mismo dentro de una estructura, había cuatro partes que están recogidas en el resultado final".

"Al poner lo mejor de cada una de las tomas, la violencia es aún mayor. No te esperas esa ruptura tonal en lo que se supone que es una comedia. Yo creía que no había escrito una comedia, había escrito una movida de la manera en que yo cuento las cosas. Cuento tragedias un poco para la risa. Pero parece que al final sí que hicimos una comedia, aunque yo tenía miedo de estar pasándonos de la raya. Luego la película conectó porque creo que era honesta. Ese humor conectó y se transmitió entre los fans".

Que te abrace tu puta madre

A pesar de las puertas que se supone que una primera película como ésta debería abrir para un cineasta, su director tiene una relación de amor odio con 'Todo es mentira'.

“Lo bueno y lo malo que tiene ‘Todo es mentira’ es que ha condicionado mi carrera. Me puso un techo inalcanzable para mí. Esa falta de miedo, lo poco que me lo creo cuando intento hacer algo parecodo... Es una película que me persigue. No tengo nada que pueda alcanzarla y por eso le tengo algo de manía".

Además, la película no parece que vaya a tener la oportunidad de encontrar una nueva vida en el formato físico doméstico o en plataformas de streaming. Que nunca más vuelvas a ver 'Todo es mentira' es una posibilidad real.

“Carlos Vasallo, uno de los productores de la película, la tiene en su poder y no tiene ningún interés en que pueda o no estar editada en España. Ni haciendo el favor. no terminó bien su relación con la producción, con el reparto de títulos ‘Todo es mentira’ terminó en su poder. Agarró todo su catálogo de producciones españolas y mexicanas y se largó a Miami con él”.

No conseguí nada después de intentarlo en muchos encuentros. Se la pidieron de Tve para Historia de nuestro cine el verano pasado, pero pasó una cosa horrible. La película está en un Betacam del año 94 que nunca se ha retocado, y los formatos van despedazándose quieras o no. Y eso fue lo que envió. Una calidad ínfima que casi no se emite. Apenas se escuchaba nada. No me llegó demasiado feedback, pero supongo que la gente que la vio se sabe los diálogos de memoria y no le importó”.

“Es una película maldita y tengo que vivir con ello. No está y punto. El destino o la mala suerte ha querido que sea así y ya lo he asumido. Tal vez eso lo haga más de culto”. 

Afortunadamente aún podemos ver la maña de Álvaro Fernández Armero en su trabajo en la espléndida 'Vergüenza', junto a su colega y amigo Juan Cavestany, y tendremos un nuevo asalto al cine el próximo otoño, donde estrenará su primera aportación en el mainstream con la ambiciosa comedia de Telecinco Cinema, 'Si yo fuera rico'. Que haya suerte y feliz aniversario.

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