'Un asunto privado' intenta escapar de ser una serie de Bambú, pero este entretenimiento de Amazon termina cayendo en todos sus lugares comunes

'Un asunto privado' intenta escapar de ser una serie de Bambú, pero este entretenimiento de Amazon termina cayendo en todos sus lugares comunes

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Un Asunto Privado

Cuando uno ve el logo de Bambú en una serie, ya intuye lo que está por venir. No va a haber grandes peleas de ciencia ficción ni acción desorbitante: con toda probabilidad, será una serie española de época con un target muy marcado. La productora ha perfeccionado este tipo de series con 'Velvet', 'Las chicas del cable' o 'Alta mar' hasta convertirlas en casi un género en sí mismo.

Y 'Un asunto privado' no supone un giro de 180 grados... aunque un poco sí que se afana por cambiar.

Enola Holmes a la española

La nueva serie de Amazon Prime Video intenta innovar con un personaje femenino muy fuerte acompañado de su fiel mayordomo tratando de resolver una serie de crímenes en Vigo. Los primeros compases son estupendos y te dicen todo lo que tienes que saber sobre ella: es atolondrada, no cree en la autoridad, desafía a su familia y arremete contra los estándares femeninos de la época.

El problema es que, después, el guion se ve con la necesidad de repetirlo una y otra vez. Cuando la nueva ola de feminismo se coló en el mainstream, muchos de estos nuevos productos tendían a exagerar y remarcar el discurso para que quedara claro. El problema es que, en 2022, después de 'Fleabag' o 'Podría destruirte', los mismos cuatro trazos de personalidad básicos ya suenan a rancio. La historia ya es lo suficientemente interesante sin necesidad de meter en cada escena una referencia a lo tremendamente especial que es Marina Quiroga.

Un Asunto

Cuando la serie se deja llevar es cuando funciona: los momentos de investigación, la comedia inevitable entre Héctor y Marina, el flirteo entre esta y Pablo (interpretado por un fabuloso Gorka Otxoa)... Cuando abraza el espíritu del folletín vibra con voz propia, y se nota que todos los implicados se lo están pasando genial con esta aventurilla de época repleta de giros que, por cada escena que da esperanzas en el futuro de la serie, introduce otra que se hace pesada y nos recuerda a las obras anteriores de la productora.

Son dos detectives de lo más singular

Dejando aparte el continuo machaque con la diferencia que marca Marina respecto a la sociedad, 'Un asunto privado' se aleja de la serie de época estándar, esa en la que tenemos que conformarnos con tiros de cámara planos y estética televisiva. Cuando está inspirada, la imagen está en movimiento continuo, con algún que otro plano que se sale de lo habitual y que trata de ir más allá de lo que uno podría esperarse.

Asunto Privado

Al final del episodio 2, por ejemplo, el episodio se suelta la melena y muestra una escena de persecución que no huele a bajo presupuesto y que culmina con un plano final más que digno. Casi se olvida que para llegar aquí hemos tenido que aguantar a personajes caricaturescos (ese policía malvado que fuma puros, esa madre casamentera) y situaciones de primero de guion. Y es que al final, aunque Bambú se vista de seda, Bambú se queda.

Aunque Jean Renó parece desorientado a veces, es esa extrañeza con la que casi parece que se ha aprendido el diálogo de forma fonética la que hace que su personaje sea a veces hilarante, independientemente de lo que el guion pretendiera hacer con él. La vis cómica del actor sumada a la decisión de una Aura Garrido que sabe perfectamente el tipo de serie en la que se ha metido, son las dos bazas más fuertes para continuar durante los ocho episodios de la serie (de los que hemos visto, de momento, dos).

Viaje al pasado

Pero en el fondo, tengo que ser sincero con mi oficio: por más que exponga mi opinión argumentada, todas estas quejas, aciertos y detalles no tienen ningún sentido. 'Un asunto privado' es muy consciente del tipo de público que va a verla, y lo que pide de ella: Bambú cumple al cien por cien las expectativas puestas en ella, e incluso da un pasito más allá tratando de contentar y llegar a otro tipo de público.

Los enredos, los trajes de época, los giros de guion, los personajes femeninos fuertes, la autoridad que frustra sus planes y el aire de folletín están ahí, y lo tiene todo para ser un éxito: más presupuesto que en sus series anteriores, una acción mejor rodada y unos actores de élite, entre los que se encuentra, por cierto, una fantástica Ángela Molina.

'Un asunto privado' es una serie perfecta para el público que ha disfrutado de las anteriores producciones de la empresa, y no engaña a nadie sobre sus intenciones. Puede que a su guion le faltaran aún unos cuantos repasos para eliminar obviedades y repeticiones respecto al carácter de su protagonista, pero compensa con unas escenas rodadas con brío que no intentan alejarse de la novela de veinte duros, tan funcional y divertida como olvidable. Como una buena serie de Bambú.

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