'Fahrenheit 11/9': Michael Moore vuelve para meter el dedo en la llaga de la América de Trump

'Fahrenheit 11/9': Michael Moore vuelve para meter el dedo en la llaga de la América de Trump

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'Fahrenheit 11/9': Michael Moore vuelve para meter el dedo en la llaga de la América de Trump

El cineasta y activista más popular (o más odiado) norteamericano está de vuelta. Michael Moore invierte el título de su celebrado trabajo anti George W. Bush de 2004 'Fahrenheit 9/11', para analizar, entre otras cosas, cómo demonios fue posible la victoria de Trump en las elecciones de 2016.

Como viene siendo habitual en los trabajos de Moore, habrá quien lo tache de populista o demagogo (algo que en parte es, además de un personaje muy cargante), pero lo cierto es que la película documental revela una serie de datos impactantes y sorprendentes que nos recuerdan nuestro miserable estatus en la vida. La nueva dosis de Michael Moore lleva por título 'Fahrenheit 11/9' en honor al 9 de noviembre en que Trump ganó las elecciones, y duele tanto como cabría esperar

Puede gustar más o menos, pero Michael Moore es necesario. Su nuevo trabajo documental se ceba/centra en tres aspectos principales: el horrible caso del envenenamiento de aguas en Flint, el terrible suceso de Parkland y la llegada del presidente Trump al poder.

Adiós, esperanza

Durante sus dos horas, Moore sintetiza el estado de Norteamérica a través de gente perteneciente a todos los ámbitos sociales. Pobres y ricos desfilarán por la pantalla presentando unos testimonios que no dejan indiferente a nadie. Ni siquiera a un Moore al que cada vez le gusta más mimetizarse en su personaje.

Moore rompe con Trump

Michael Moore está más cabreado que nunca. Su país solo le da disgustos, así que ha decidido volver a las armas que mejor conoce y tras '¿Qué invadimos ahora?' (su trabajo previo sobre Donald Trump fue decepcionante) regresa a lo que mejor sabe hacer: remover entre la basura del poder.

Uno de los aspectos menos reconfortantes del asunto Trump es comprobar cómo el mundo artístico, con esos activistas que pelean por concienciar desde su trono de oro, compartiendo miedos e inquietudes con nosotros, el pueblo, se dan de bruces con la realidad. Moore y docenas de estrellas de todo tipo han malgastado palabras durante demasiado tiempo. Y no ha servido de nada.

Michael Moore ha perdido la esperanza, aunque ponga el foco en esas nuevas generaciones, casi formadas por supervivientes (Parkland, recuerdo, es el tercer camino del documental) o por campañas políticas puerta a puerta, es posible que nunca podamos librarnos del mal. Y, por si fuera poco, al cineasta han dejado de hacerle caso en los medios. Medios que, por otro lado, tampoco salen muy bien parados.

Entre bromas, datos y dardos envenenados, el documental presenta un retrato de Trump como un personaje despreciable y abusón, además de proporcionar una imagen sospechosa como padre. La imagen que ofrece de su relación con su hija Ivanka en el único momento del documental en el que a Moore se le va la mano hacia un amarillismo extremo más cerca del 'Sálvame Deluxe' que de un trabajo riguroso.

De esta agua no beberé

Otro punto caliente del documental es el escandaloso (y repugnante) asunto de las aguas contaminadas de Flint, Míchigan, y de cómo tras las obras de un nuevo canal, el reparto de agua de uno de los estados más pobres de Norteamérica se dividió en dos: la contaminada con plomo para los vecinos, y la limpia para la nueva fábrica de General Motors.

Moore, cual justiciero urbano, no dudará en plantar un camión de aguas de Flint en la puerta del mismísimo gobernador Rick Snyder, uno de los grandes villanos de la película. Claro que la historia de Moore y Flint viene de lejos.

El director de 'Bowling for Columbine' tampoco olvida el papelón de Barack Obama a su paso por Flint, recordando un incómodo episodio demasiado interpretativo y forzado de un hombre que llegó como la gran esperanza y defraudó a infinidad de personas. Siendo uno de sus trabajos más dinámicos de los últimos años, el documental peca de exceso de subrayado por parte de Moore, alguien que, por otro lado, es experto en eso mismo. Su película se entendería igual sin la necesidad de doblar un mitin de Hitler con la voz de Trump. Un Trump que, recordemos, también ha sido elegido por el pueblo.

'Fahrenheit 11/9' es la vida misma. Llorarás de rabia y apretarás los dientes, pero al menos descubrirás que todavía queda algún ser humano luchador, valiente y peleón por ahí. Aunque a veces la oscuridad no deje verlo.

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