Madrid. Final del verano. Una pareja que comparte reflexiones filosóficas en la cama, libro en mano, un grupo de amigos artistas y una tremenda devoción por el cine y la literatura. Podría ser el escenario de cualquiera de las siete películas de ficción de Jonás Trueba, pero a la vez constituye una entidad única dentro de ese compendio de fragmentos de vida que componen su filmografía.
'Volveréis', presentada a competición en Quincena de los cineastas en el Festival de Cannes, es otra pequeña pieza del gran puzzle del opus de Trueba sobre los sentimientos y las relaciones. Otra tirada de la baraja de las mismas cartas que el cineasta madrileño reordena con cada mano, como aquellas películas de historias fragmentadas que comparten actores y cambian personajes a cada nuevo relato.
En 'Volveréis', Jonás Trueba abandona la celebración de los nuevos hitos y los comienzos para centrarse en la satisfacción de los finales y la deconstrucción por convicciones de lo moldeado por el paso del tiempo, para dejar paso a nuevas vidas.
Al atardecer de la última luz estival, una eterna pareja decide que es hora de pasar página. No hay motivos, sólo una idea repetida como un mantra: se separan. Sin más. Después de 14 años, es hora de poner punto y final a su relación y, como con el fin del verano, dejar que su tiempo juntos se les escape de las manos para que entre el aire fresco de un nuevo comienzo.
La pareja formada por Itsaso Arana y Vito Sanz, que firman el texto como coescritores, han tomado la decisión de mutuo acuerdo y quieren celebrarlo con sus amigos organizando una anti-boda el último día del verano. No es un drama, los dos están "bien". O al menos eso es lo que repiten una y otra vez para su convicción por acumulación y la de los demás, que saben incluso mejor que ellos que esto sólo es un punto y seguido. O más bien unos puntos suspensivos.
Un argumento de poco recorrido reformulado con una estructura en bucle como énfasis de ese proceso de convencimiento basado en la duda y apoyado en la argumentación racional, como suele ser habitual de los personajes de Arana para el cine de Trueba. En esa coherencia formal que caracteriza sus películas, un relato aparentemente sencillo desvela una segunda capa humanista sobre la incertidumbre y la toma de decisiones en una cómoda posición de ventaja.
'Volveréis', estructuras habituales, elementos recurrentes
En línea con el conjunto de su obra, 'Volveréis' repite la fórmula de sus últimos trabajos, que comparten elementos narrativos habituales y también inquietudes vitales, especialmente con sus más recientes 'La virgen de agosto' y 'Tenéis que venir a verla', en su reflexión sobre los nuevos comienzos, la paternidad desde la duda y lo no convencional, la idea de la ciudad y la celebración de los pequeños momentos.
También una obra metalingüística, siguiendo lo habitual en los relatos de Trueba, que lleva la idea de cine dentro del cine a su mayor expresión, con un argumento basado en esa idea revolucionaria de celebración de la separación de la que siempre habla el padre de uno de ellos: nada menos que el grandísimo Fernando Trueba, que con su cameo y sus lecturas obligadas (como 'La repetición' de Sören Kierkegaard) añade la mejor aportación de la película.
Una comedia romántica ligera como el verano y de ese estilo madrileño-francés tan intrínseco a Jonás Trueba, que recoge los elementos más interesantes de sus más recientes trabajos, con una mayor presencia del humor no estridente del trío Trueba-Arana-Sanz en la que podría considerarse la más redonda de sus ficciones desde 'La reconquista'.
Actualización: 'Volveréis' ha dado una alegría al cine español con su triunfo en Cannes, alzándose con el premio a la mejor película europea en Quincena de Realizadores.
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