'La suerte en tus manos', segundas oportunidades

'La suerte en tus manos', segundas oportunidades
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La música, el póker y el alfabeto hebreo son metáforas a través de las que Daniel Burman nos narra la amena comedia de amor que compone ‘La suerte en tus manos’. Jorge Drexler interpreta a un divorciado paranoico que no cree que pueda encontrar de nuevo el amor. Valeria Bertuccelli es una antigua novia que regresa de Europa tras la muerte de su padre y se cruza con él mientras hace un viaje para acompañar a su madre, encarnada por Norma Aleandro. Todo parece idílico en este rencuentro que les brinda una segunda oportunidad, salvo por la mentira en la que él ha basado toda su identidad y que podría echar su nuevo noviazgo a perder.

He criticado para Blogdecine varias películas de Daniel Burman y siempre con enorme admiración y calificaciones muy elevadas. En el caso que nos ocupa, no puedo estar igual de a favor, a pesar de que el tono, es matiz tan difícil de lograr, sí me parece el acertado. La peripecia de ‘La suerte en tus manos’ es mucho más convencional y menos interesante que la que ocupaba las otras. Y sobretodo porque aquella madurez y capacidad para profundizar en los problemas y psicologías de los personajes parece haberse disipado a cambio de otros valores que no me conmueven por igual.

El guion juega con las casualidades, pero, por una vez, estas no son trampas de los guionistas, Sergio Dubcovsky y el propio Burman, ya que el fondo del film trata sobre eso: en un diálogo acerca del juego de cartas, el protagonista y un rabino plantean si existe el azar o si la suerte está en tus manos. Sigue todos los pasos que la estructuración clásica requiere, incluyendo ese concierto –póngase en su lugar una función del colegio de los niños o una festividad anual…– en el que se enmarca el clímax final para dar sensación de conclusión apoteósica a una resolución poco impactante.

Sin embargo, el mayor problema no es la convencionalidad, sino la ausencia de conflicto. Que el primer giro de inflexión llegue tarde suele ser un lastre, pero aquí resulta favorable, ya que, hasta que no se ven, el film podría ir por cualquier lado y el no saber qué se va a plantear mantiene cierta intriga. Pero una vez se rencuentran y ella está dispuesta a volver, ambos se muestran disponibles, se quieren… no hay ninguna traba. Para situar la mentira como el conflicto primordial, habría de ser otro tipo de engaño o este misma, pero presentado de otra forma. Siempre digo que en las comedias románticas no pasa nada por estar esperando el desenlace consabido. Pero eso es distinto a percibir la reconciliación como hecho consumado. En general, sabes que los protagonistas van a acabar juntos, pero hay tantos impedimentos que la curiosidad que te engancha es la de ver cómo los sortean, no tanto los protagonistas, sino los guionistas, para que lleguen a ese anticipado final. Aquí, no hay nada que sortear y si el desenlace ocurre más tarde en lugar de más temprano es para que la película tenga la duración necesaria.

Burman director

A Burman le gusta realizar las películas con una cámara inquieta –tal vez demasiado en este caso porque puede ser hasta mareante–, con teleobjetivos que dejen los fondos desenfocados y en el montaje recurre a los cortes discontinuos. Todo ello confiere a ‘La suerte en tus manos’ gran fluidez, mucho ritmo y un aire de propuesta apetecible, que nunca cae en la pesadez. Un buen ejemplo de esta elección es la primera secuencia (a la que pertenece la fotografía anterior), la mejor del film en mi opinión. En ella, que las declaraciones del protagonista ante su médico –esa broma tan argentina de desahogarse con el urólogo como si fuese el psicólogo es el mejor hallazgo cómico del libreto– se fragmentan o incluso cabalgan sobre el negro de los títulos de crédito. El mismo esfuerzo ha puesto el director para reflejar las partidas de póker, pero eso no impide que quien no sea aficionado a este juego puedan encontrar todos estos interludios tediosos y como parones de la progresión argumental.

La gran actriz que es Norma Aleandro y a la que hemos visto en películas tan conseguidas como ‘El hijo de la novia’ (2001), aparece aquí en un papel muy disinto, lo que no le impide expresarse con la ternura a la que nos tiene acostumbrados cuando se le deja tiempo e intimidad a su personaje. En cuanto a la pareja de enamorados, Jorge Drexler y Valeria Bertuccelli, encuentro que podrían haber estado mejor, no porque sus interpretaciones no sean buenas, sino por la poca empatía que despiertan con respecto a su relación amorosa. Otros intérpretes de físicos más llamativos podrían convertir en más atractiva la cinta.

Conclusión

Me pasa ahora como me ha ocurrido muchas veces cuando uno de los directores a los que admiro firma un trabajo que no me convence: que temo que muchos espectadores comiencen a conocerlo por aquí y lo descarten de inmediato, perdiéndose, por ende, las buenas obras que estos autores son capaces de ofrecer –sucedió no hace mucho con ‘El Havre’, de Kaurismaki y ya allí lo advertí–. Quien quiera conocer a Burman, que no comience por este film, que busque ‘El abrazo partido’ (2004) o ‘El nido vacío’ (2008) e incluso la no tan bien recibida ‘Dos hermanos’ (2010), por ejemplo, para iniciarse con lo mejor de este director. Y, si veis ‘La suerte en tus manos’ recordad que su autor tiene trabajos superiores que no habría que dejar pasar.

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