'Moontide', Fritz Lang la empieza, Archie Mayo la termina

'Moontide', Fritz Lang la empieza, Archie Mayo la termina
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Justo entre las impresionantes 'Un Hombre Atrapado' y 'Los Verdugos También Mueren', Fritz Lang dedicó buena parte de su tiempo a preparar 'Moontide', la cual empezó a rodar, y de repente a los cuatro días de rodaje abandonó el proyecto. Fue sustituido por un especialista en sustituir a directores que abandonaban, o les hacían abandonar, los rodajes. Archie Mayo era su nombre, un artesano que hizo infinidad de películas en los años 30 y 40. Mayo llegó a tomar el relevo de directores tan grandes como John Ford, Robert Florey o Michael Curtiz, aunque por supuesto no fue conocido sólo por eso. Sin ser uno de los grandes, era un director bastante solvente. Suyas son, por ejemplo, 'El Bosque Petrificado' o 'Una Noche en Casablanca' (probablemente la mejor película protagonizada por los Hermanos Marx en su etapa de decadencia).

'Moontide' narra la historia de Bobo, un vividor borrachín y mujeriego que un día amanece en un pequeño puesto de venta de cebos. Convencido por el dueño se queda allí a trabajar, y sospechando que su última noche de borrachera ha sucedido algo trágico y no lo recuerda con claridad. Un hombre ha sido estrangulado, y Bobo podría haber cometido el crimen. Conocerá a una joven mujer a la que salva de querer suicidarse, enamorándose de ella, y suponiendo para Bobo un cambio en su vida, sentar la cabeza y ser alguien decente.

Lang levantó el proyecto, pero sólo rodó durante cuatro días, por lo que la mayor parte de lo filmado pertenece a Mayo. De todos modos, es muy difícil certificar con total seguridad cuáles fueron las secuencias que rodó Lang y cuáles Mayo. Todo queda a la imaginación del espectador, o mejor dicho a sus deseos, el que tal o cual secuencia le hubiera gustado que fuera dirigida por uno u otro director. Personalmente pienso que ciertas secuencias nocturnas, en las que se ve un tratamiento en la fotografía excelente, y sus dramáticas situaciones parecen sacadas de cualquier otro film de Lang: un personaje enfrentándose a su inevitable destino.

'Moontide' intentó ser un vehículo para que el conocido actor francés Jean Gabin tuviese su espacio en el cine estadounidense, pero la película fue un fracaso. Tuvo un intento más al año siguiente con 'El Falsario', film made in Usa dirigido por Julien Divivier, pero el resultado fue el mismo, por lo que Gabin terminó por volver a su patria querida en la que aún hoy es uno de los actores más admirados de todos los tiempos, admiración que, subrayo, se extendió a todas partes del mundo. Probablemente Gabin era un actor demasiado francés, demasiado europeo, como para cuajar en el todopoderoso starsystem de Hollywood, pero Charles Boyer también lo era, por poner un ejemplo de la misma época, y cuajó perfectamente. Gabin compone un personaje muy a su medida, un perdedor por naturaleza cuyos máximos sueños son estar agarrado a una botella y olvidarse de lo puñetero que puede ser el mundo. Como contrapunto, una preciosa Ida Lupino, como tabla de náufrago, la única cosa por la que nuestro protagonista es capaz de cambiar radicalmente su triste vida. Ambos actores se compenetran a la perfección. El personaje de Gabin está lleno de multitud de matices, y la Lupino puede que irrumpa en la acción un poco forzosamente, y luego tal vez no tenga motivos demasiado claros para permanecer en el relato más allá de enamorar al personaje central, pero más tarde está muy bien aprovechada.

En aquellos años, concretamente 1942, era normal ver en una película a dos o tres secundarios de los considerados inmortales. En 'Moontide' tenemos a un Thomas Mitchell dando vida a un personaje realmente despreciable cuya forma de ser queda muy clara desde el inicio del film, y el genial Claude Rains (el eterno secundario por excelencia, tanto que la única vez que hizo un papel protagonista, era invisible) al otro lado con un personaje bondadoso, en cierto modo un ángel de la guarda del personaje de Gabin.

'Moontide' queda como una magnífica película de lo mejor rodado por Mayo, a pesar de haber sustituido a un grande como Lang, que sólo trabajó los cuatro día mencionados y dejó un material que prácticamente nadie podía estropear. Aún así Mayo tuvo que filmarlo, logrando un film cuasi perfecto, bastante desconocido que por supuesto no está disponible en dvd, así que ya sabéis lo que tenéis que hacer en caso de que os interese. Supone todo un bálsamo para los cansados de la actual oferta cinematográfica.

En Blogdecine | Fritz Lang, Jean Gabin, Ida Lupino

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