'R3sacón', flojo regreso a Las Vegas

'R3sacón', flojo regreso a Las Vegas
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Tal era la confianza de Warner en el éxito de ‘Resacón en Las Vegas’ (‘The Hangover’, Todd Phillips, 2009) que ni siquiera esperaron hasta su estreno para empezar a trabajar en una segunda entrega. Su fenomenal éxito dio la razón a los ejecutivos que tomaron esa decisión, pero, por desgracia para nosotros, ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’ (‘The Hangover Part II’, Todd Phillips, 2011) estuvo muy lejos de ser una comedia tan satisfactoria como su predecesora. De hecho, el esquema era el mismo, sólo que cambiando el lugar donde se desarrollan los hechos y cediendo ante todos los excesos imaginables con escasa fortuna.

Era cuestión de tiempo que se diese luz verde a ‘R3sacón’ (‘The Hangover Part III’, Todd Phillips, 2013), aunque el hecho de vendernos la idea de que la historia siempre había estado planteada como una trilogía sonaba a clara jugarreta comercial para arrastrar de nuevo al cine a todos los que acabamos muy decepcionados con ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’. La competencia directa de ‘Fast & Furious 6’ (id, Justin Lin, 2013) ha provocado que su éxito inicial haya sido mucho menor al esperado, pero lo que a nosotros realmente nos interesa son sus virtudes como comedia y entretenimiento, y mucho me temo que ‘R3sacón’ también se queda muy lejos de poder competir en eso de tú a tú con su primera entrega.

Desmarcándose de la fórmula

La manada regresa en

Uno de los principales problemas de ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’ es que pensaron que era suficiente con volver a darnos más de lo mismo, es decir, un viaje alocado que desemboca en una noche mítica de la que sus implicados no recuerdan nada cuando se despiertan a la mañana siguiente, teniendo que hacer una investigación muy peculiar para descubrir lo que pasó la noche anterior. Eso es algo que se obvia en ‘R3sacón’, ya que Todd Phillips y Craig Mazin deciden que la película realmente tiene que ser el cierre de algo, por lo que no dudan en echar mano de los acontecimientos de sus dos anteriores entregas, en especial de ‘Resacón en Las Vegas’, para crear una historia en la que a menudo el suspense prima sobre lo cómico, algo que no hace ningún bien a ‘R3sacón’.

La clave es que la manada de amigos no va a Las Vegas por propia voluntad, sino que se ven forzados a ello por Marshall —correcta sin más la incorporación de un desaprovechado John Goodman—, el jefe del traficante al que compró las drogas Alan en la primera entrega y que está convencido de que sólo ellos pueden localizar a Chow, ya que éste le ha robado la friolera de 21 millones de dólares en oro y quiere recuperarlos y, de paso, vengarse.

John Goodman es el villano de

Esto se traduce en que la línea argumental de la historia son sus intentos de atrapar a Chow y salvar así a Doug, que es el rehén de Marshall. La pega es que el suspense nunca llega a resultar convincente —la muerte de cierto personaje está bastante fuera de lugar por mucho que esté pensada para reforzar esto— y la comedia queda reservada a golpes de efecto en los que tiende a mostrarse unas carencias de timing e ingenio bastante preocupantes. A cambio Phillips consigue una mayor consistencia que en la segunda entrega al haber una sensación de armonía en la evolución de la historia, pero eso no sirve para mucho si esa chispa que hizo que muchos disfrutásemos tanto con ‘Resacón en Las Vegas’ brilla por su ausencia.

¿Una comedia?

Hasta tal punto llegan los cambios que ni siquiera estoy demasiado convencido sobre la conveniencia de llamar comedia a ‘R3sacón’, ya que además hay una grave descompensación en la utilización del humor, quedando reservado casi en exclusiva para Alan, el personaje que lanzó a la fama a Zach Galifianakis y que aquí culmina su transición de genial secundario a protagonista a caballo entre lo descacharrante —Galifianakis tiene un talento natural para la comedia— y lo lamentable —detalles como lo de la jirafa provocan más vergüenza ajena que cualquier otra cosa—.

De hecho, podríamos hablar de ‘R3sacón’ como si fuera una especie de terapia de choque para que Alan evolucione hacia la madurez, aunque, eso sí, ésta será también tan peculiar como lo es él. Es ahí donde la película aporta ciertos matices sobre el personaje que dan un puntito adicional de interés a ‘R3sacón’, algo que también ayuda a que varios de los gags más inspirados coincidan también con esos momentos

Ken Jeong en

El único personaje que realmente aguanta el tipo en términos humorísticos a Alan es Chow, otro gravísimo error, ya que la genialidad de sus apariciones en la primera entrega queda reducida aquí a excesos alocados —y hasta cierto punto repetitivos— cuya efectividad es inferior al mínimo exigible en la gran mayoría de las ocasiones. Se ve que Ken Jeong está condenado a esto, ya que le pasó exactamente lo mismo dando vida al señor Chang en la televisiva ‘Community’ (2009-En emisión). Hay personajes que están condenados a ser claramente secundarios para mantener su encanto, pero su éxito fue tal que Phillips y Mazin no han resistido la tentación de potenciarlo más de la cuenta.

Por lo demás, la escena que tiene lugar a mitad de los créditos finales, la cual ha sido calificada por Todd Phillips como la forma que ha tenido de responder a sus críticos, es el único momento en el que Bradley Cooper y Ed Helms realmente tienen la ocasión de sumarse a la fiesta —del simple cameo de una anodina Heather Graham mejor no decir nada—, ya que sus personajes quedan reducidos durante demasiado tiempo a ser meros contrapuntos de Alan, una especie de voces de la razón que simplemente quieren que todo salga según lo previsto. Ambos tuvieron más oportunidades en las dos entregas previas, en especial Helms por las locuras cometidas durante una noche de desenfreno que aquí sencillamente no existen. Un ‘R3sacón’ sin resacas.

Los protagonistas de

‘R3sacón’ no es un bodrio y tampoco una absoluta pérdida de tiempo —hay varios gags que realmente consiguen hacerte reír—, pero sí es un cierre bastante vulgar para una trilogía cómica que empezó con muy buen pie, pero que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias en sus dos siguientes entregas. Para ver en casa en una tarde de mucho aburrimiento.

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