Richard Donner: 'X-15', 'Sal y Pimienta' y 'Twinky', titubeantes comienzos (y II)

Richard Donner: 'X-15', 'Sal y Pimienta' y 'Twinky', titubeantes comienzos (y II)
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Pintaba decorados, trabajaba en la edición como asistente, conducía camiones mintiendo acerca de que sabía hacerlo y hacía anuncios y documentales. Richard Donner

Habíamos dejado a Donner en manos del Rat Pack y la firme convicción de Sammy Davis Jr. y Peter Lawford de que en el realizador habían encontrado la persona idónea para filmar un proyecto que ambos se traían entre manos: una suerte de spoof de James Bond con el Londres de la época de telón de fondo en el que dilapidar una cuantiosa cantidad de dinero pasándoselo bomba en la capital británica. Y ya de paso, rodar una película.

La experiencia del rodaje y del tiempo pasado en la ciudad del Támesis fue utilizada por Donner para poner en práctica sus dotes de ligue con la ayuda del perro de su amigo Alan Ladd Jr. —"si ese perro hablara", llegó a afirmar el directivo de la Fox—. Pero, bromas aparte, Donner ya era un profesional de los pies a la cabeza, y sus constantes escarceos amorosos no supusieron impedimento para que desarrollara su labor como director de forma precisa. Harina de otro costal era, no obstante, la disoluta vida de la pareja protagonista.

Sal y pimienta 1

Peleados a causa de la misma mujer, lo que obligó a suspender el rodaje durante dos días mientras Davis y Lawford dirimían diferencias, y comenzando las jornadas de filmación tarde o muy tarde dependiendo de la intensidad de la juerga que ambos se hubieran corrido la noche anterior, la producción de 'Sal y Pimienta' ('Salt & Pepper', 1968) supuso para Donner un calvario continuo, haciendo la pareja de intérpretes lo que les venía en gana, cuando les venía en gana, que era casi siempre.

Tanto es así que finalizado el rodaje los cómicos decidieron hacerse cargo del montaje de la cinta cuando Donner trataba de eliminar algunas de las bromas más soeces del metraje; y a la que la United Artists vió el desastre que les había quedado, éstos no tardaron en hacer responsable al cineasta. Y todo para un filme que, girando en torno a los propietarios de un club nocturno del Soho londinense que se ven envueltos en una trama de espionaje internacional, pretende ser gracioso por acumulación y no lo es ni por asomo, y en el que la labor de Donner queda completamente anulada merced a las injerencias de unas estrellas que carecen de la menor idea de lo que es hacer cine...o reir, algo que pareció no importar mucho cuando la cinta generó una secuela dirigida por Jerry Lewis que, directamente, podríamos calificar como basura.

'Twinky'

Fascinado por la cultura que exudaba cualquier rincón de Londres, nuestro intrépido cineasta no se lo pensaría dos veces cuando, al año siguiente, Charles Bronson le ofrecía la oportunidad de dirigir un filme de bajo presupuesto de título inicial 'Child bride', una vuelta de tuerca a la 'Lolita' de Nabokov, en el que el rudo actor interpretaría a un maduro escritor de novelas pornográficas que se enamora de una colegiala de dieciséis años.

Twinky cartel

Y si bien Susan George da el pego como alocada nínfula, ni Bronson es James Mason, ni su Scott es Humbert Humbert ni, por supuesto, Donner es Kubrick, sin que con esto último esté poniendo en tela de juicio la validez a prueba de bombas que el cineasta neoyorquino demostrará a partir de su siguiente filme.

Con dos partes muy bien diferenciadas, donde 'Twinky' brilla con toda la intensidad que Donner es capaz de extraer del guión de Norman Thadeus Vane es en su primer tramo, cuando la acción se desarrolla en Londres y el cineasta echa mano de cuantos recursos narrativos diferentes se van poniendo a su alcance, sean estos cámara lenta, stop-motion o unos divertidos flashbacks que mantienen muy entretenido al espectador e inciden en el festivo carácter del arranque de la historia.

Pero en cuanto el tono de la misma va adquiriendo cierta gravedad y la localización se traslada a las calles de Nueva York, la cinta comienza a perder fuelle tanto por la notoria incapacidad de Bronson de dotar de veracidad dramática a su personaje, como por la inexistente química que termina destapándose entre la pareja protagonista, toda vez el ritmo se ha ralentizado y el peso descansa sobre el trabajo de ambos. Con todo, 'Twinky' resulta un filme simpático que, como ya apuntaba, no sirve ni de remoto antecedente de lo que Richard Donner no traerá siete años más tarde.

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