'Luz de luna': la mítica serie de los 80 con Bruce Willis y Cybill Shepherd que, increíblemente, aún no podemos ver en streaming

'Luz de luna': la mítica serie de los 80 con Bruce Willis y Cybill Shepherd que, increíblemente, aún no podemos ver en streaming

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'Luz de luna': la mítica serie de los 80 con Bruce Willis y Cybill Shepherd que, increíblemente, aún no podemos ver en streaming

La Nostalgia TV de hoy nos lleva a una serie que muchos recordamos con gran cariño. Una propuesta que tenía que versar, como tantas otras, sobre casos detectivescos en los que robos y asesinatos vendrían a protagonizar los capítulos, pero en la que la presencia de un sello muy autoral y de dos grandes actores como Bruce Willis y Cybill Shepherd, consiguieron ofrecernos una especie de romance-intriga-humor cuya estela todavía se vislumbra en las series que se ponen en pie cada día.

'Luz de luna' ('Moonlighting') es una serie creada por Glenn Gordon Caron (que también fue responsable de 'Remington Steele' o de la más reciente 'Medium') para la cadena ABC. Llegó a la pantalla norteamericana en 1985 y a la española en 1986, aunque después fue repuesta por Antena 3. Las cinco temporadas de las que constó, con un total de 66 episodios, colocan a la serie entre las más añoradas por la audiencia.

Una premisa poco detectivesca

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‘Luz de luna’ nos habla de la agencia de detectives Luna Azul. La modelo Maddie Hayes (Shepherd) ha de hacerse cargo de esta ruinosa agencia de investigación después de que su contable haya hecho un tremendo desfalco con todos sus bienes. La agencia no era otra cosa que una tapadera para evadir impuestos y, al frente de ella, se encontraba el vividor y despreocupado David Addison (Willis).

A lo largo de los primeros capítulos, Addison convencía a Hayes para llevar el negocio de detectives entre los dos, como socios. El curioso nombre con que llaman a la agencia hace referencia, ni más ni menos, que al champú que Hayes habia anunciado en televisión y al que debía gran parte de su fama como modelo.

Uno de los elementos con los que la ficción supo jugar y sacar un rendimiento máximo fue la tensión sexual entre sus protagonistas, un clásico que raras veces falla. Hayes se preocupa por el trabajo, Addison es un holgazán, los dos tienen que unirse frente a la adversidad y arrimar el hombro para sacar adelante su empresa y, nunca está de más, los dos son muy atractivos.

La relación amor/odio entre los protagonistas alimentó las tramas horizontales de la serie, hasta el punto que muchos achacan la posterior bajada de audiencias que sufrió ‘Luz de luna’ al hecho de que los protagonistas habían resuelto esa tensión comenzando una relación, por lo que las tramas habían perdido cierto interés.

Comedia, misterio y referencias clásicas

La serie se considera como una de las primeras dramedias o comedias dramáticas de la televisión. Como sabéis, el término se refiere a una mixtura del género dramático con ciertos descargos cómicos que alivian la tensión y ayudan a empatizar con las situaciones. Además, el uso de unos diálogos divertidos, picados e inteligentes sirvieron para hacer brillar a muchas de las escenas de esta ficción.

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El propio Gordon Caron ha llegado a explicar que la inspiración para poner en marcha la serie vino de una representación de ‘La fierecilla domada’ de la que fue testigo en Central Park, protagonizada por Meryl Streep y Raúl Juliá. En la serie se pueden encontrar ciertas referencias al escritor inglés, la más evidente, en el episodio de la tercera temporada ‘Shakespeare Atómico’.

Otras influencias que no pueden ser pasadas por alto son las de las comedias de Howard Hawks y, más concretamente, de 'Luna nueva' y ‘La fiera de mi niña’, principalmente, por lo que se refiere al uso del diálogo y a la puesta en escena de los protagonistas, personajes que no parecen tener mucho en común pero que viven una irresistible atracción que les lleva a pasar del odio al amor.

El éxito de la serie fue primordial para los dos protagonistas. Sheperd venía de ciertos altibajos en su carrera cinematográfica que ayudó a encauzar con ‘Luz de luna’. Respecto a Bruce Willis, la serie lo desveló como un galán con esa ternura tímida de los hombres duros “de verdad”. Fue su primer éxito y un trampolín para lo que después le convertiría en una estrella de la gran pantalla.

Otros elementos importantes

La serie contaba con otros alicientes, como la presencia de Agnes Topisto (DiPesto en la versión original) como la recepcionista de la agencia. Casi podría representar la figura del espectador trasladada a la ficción, pues vivía como un culebrón la relación o no de sus jefes y se alegraba o apenaba con sus peripecias como cualquiera de nosotros.

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El personaje de Agnes estaba un poco a merced de ser el receptor de las dudas y asuntos varios de los dos protagonistas, pero en la tercera temporada, la inclusión de un nuevo personaje influyó del todo en ella. La aparición de Curtis Armstrong como Herbert Viola, un aprendiz de detective que ayudaba a Hayes y Addison, trajo para ella una trama sentimental, que se vio completada con la presencia de MacGillicudy, otro empleado de la agencia.

Un recurso que convirtió a ‘Luz de luna’ en referente para otras ficciones fue la ruptura de la cuarta pared, ese elemento que viene del teatro. A menudo se podía ver a los protagonistas hablando a cámara, aludiendo directamente al espectador, explicando o sacando conclusiones respecto a lo que acababa de ver. La autorreferencia entra también en este saco, con numerosas intervenciones relacionadas con el hecho de que los productores o guionistas “obligaban” a que determinada escena sucediera o que la cadena (ABC) no podía permitir ciertos giros.

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Algo de lo que no nos podemos olvidar es del famoso capítulo (mencionado en muchas listas recopilatorias) 'La secuencia del sueño siempre llama dos veces', en el que se jugó totalmente con la vanguardia televisiva. Había momentos de ensoñación, imágenes en blanco y negro, guiños a la fantasía… La propia ABC no estaba conforme con un capítulo tan “de autor” y en el prólogo del mismo obligó a que se explicara la disconformidad de la cadena. Los productores contaron con, ni más ni menos, que Orson Welles para hacer esa introducción.

Y muchas más curiosidades rodean a esta serie: la inclusión de números musicales interpretados por los protagonistas; el crossover con ‘Remington Steel‘; y, sobre todo, la manifiesta aversión que sufrían Willis y Sheperd el uno hacia el otro en la vida real, que convertían su suspirante tensión sexual en una guerra abierta en la grabación de la serie.

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