'Rosas rojas', una comedia insulsa.

'Rosas rojas', una comedia insulsa.
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Rosas rojas’ es una película de la que se puede hablar poco. No causa acritud, porque no es mala; pero tampoco te deja ninguna impresión especialmente favorable porque apenas pasan cosas en todo su metraje. Se puede alabar, únicamente, la normalidad con la que trata una relación lésbica y se puede decir que tiene sus momentos divertidos. Pero globalmente es un tanto insulsa.

Casi se podría decir más sobre lo mal traducido que está, de nuevo, su título: ‘Imagine you and me’ es el nombre original, como el principio de la canción ‘Happy Together’, de The Turtles. Curiosamente, esta canción también sirvió como título para otra película que trataba sobre la homosexualidad: la de Won Kar Wai, ‘Happy Together’. No he analizado la letra y no sé si tendrá algo gay entre sus líneas, pero sería cuestión de mirarlo. Pues eso, que el título español es vulgar y malo, de esos que, cuando pasen unos años se confundirá con otras cien películas que se llaman algo parecido. Porque una de las personajes sea florista no hay que ir a lo más evidente.

La película presenta en seguida la trama que va a ocupar todos sus minutos. Desde la primera mirada, ves que las dos mujeres se han enamorado. Entonces, a partir de ahí, como ya no hay nada nuevo que contar, se van dilatando las situaciones y va transcurriendo sin que pase nada. Por lo tanto, aunque tiene el mérito de no conseguir aburrir, tampoco engancha ni emociona. Simplemente vas viendo la película sin más. Esto se debe a que, por guión, se establece que el amor de verdad se siente en el primer instante en el que se ve a la persona amada. Por lo tanto, no tienen más remedio que mostrar que ellas se han enamorado en una de las primeras escenas. Si no fuera así, o bien contradirían su propia teoría o bien tendrían que retrasar el momento en el que se conocen tanto que también se haría aburrido. Así que es un problema de concepto lo que les lleva a esta imposibilidad de evolución. Simplemente, con que hubieran prescindido de esa teoría y hubieran utilizado otra, ya no tendrían ese problema.

Otra de las cosas que más destacan en la película es que, como dijo Summers, ‘To er mundo e güeno’. Es decir que no hay ningún personaje que esté en contra de ellas, nadie se enfada demasiado, nadie se toma a mal la situación. Ni siquiera el propio marido -- recién casado y abandonado, casi en el altar -- se enfada con su mujer o con la amante de ésta. Por un lado, esta visión es de agradecer porque ya hay tantas películas que muestran las dificultades de las cosas, lo mala que es la gente, lo en contra que está todo el mundo de todo, que viene bien como aire fresco. Pero, por otro lado, es absolutamente falso. Como mínimo, el marido se habría enfadado.

‘Rosas rojas’ es una comedia de la Ealing, productora que sacó títulos tan memorables como ‘El quinteto de la muerte’ (‘The Ladykillers’, 1955), de Alexander Mackendrick; ‘Oro en barras’ (‘The Lavender Hill Mob’, 1951), de Charles Crichton; ‘El hombre del traje blanco’ (‘The man with the white suit’, 1951), también de Mackendrick. Después de 43 años de inactividad, en 2002 volvieron con ‘La importancia de llamarse Ernesto’ (‘The Importance of Being Earnest’), una adaptación de la obra de teatro de Oscar Wilde, protagonizada por Rupert Everet. También han hecho ‘Valiant’, que no resultó nada del otro mundo. Acaban de producir otras dos películas: ‘Alienautopsy’ y ‘Fade to Black’, un thriller dirigido por Oliver Parker y protagonizado por Paz Vega, entre otros; ambas aún por estrenar. Ninguna de estas tres producciones ya estrenadas está ni muchísimo menos a la altura de las antiguas, pero le deseamos buena suerte a los Estudios Ealing en sus futuros proyectos.

'Rosas rojas' la ha dirigido Ol Parker, que no es el mismo que Oliver Parker, otro director, que también trabaja para la Ealing. Ol es diminutivo de Oliver, o sea que los dos se llaman igual. Supongo que se harán un poco de lío a la hora de pagar los cheques.

A Lena Headey la habíamos visto en ‘El secreto de los hermanos Grimm’, una película bastante entretenida, aunque con un final algo decepcionante. Y en ‘Lluvia en los zapatos’ (‘The Man with Rain in His Shoes’, 1998), de la directora española María Ripoll, que tampoco estaba mal. En ‘Rosas rojas’ interpreta perfectamente su papel y resulta tan atractiva que casi comprendes a Piper Perabo, famosa por ‘El bar Coyote’ (‘Coyote Ugly’, 2000), de David McNally, película que se notaba mucho que partía de una idea escrita por una chica, pero en la que su productor, Jerry Bruckheimer, había introducido el tema erótico para hombres, con lo que la mezcla resultaba un poco imposible. Lo que es más difícil de entender es que Headey se enamore de Perabo, una chica que, aunque sea mona, resulta tan ñoña y con una personalidad tan diferente a la suya. La motivación podría ser que buscaba alguien complementario. El actor protagonista, como ya decía Teresa en su post sobre los estrenos de la semana, es el mismo que ya soportó cuernos en ‘Match Point’, de Woody Allen: Matthew Goode. En esta película, Goode fue lo que más me gustó, sin embargo, en ‘Rosas rojas’, su papel es tan sosito que se queda en nada.

En el anuncio de TV dicen que es de los productores de 'Brokeback Mountain', pero yo no he conseguido encontrar ningún nombre coincidente en los equipos de producción de ambas películas.

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