La importancia de llamarse Nathan Young

La importancia de llamarse Nathan Young
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Tengo un poder sobrenatural, sé que lo tengo, puedo sentirlo en mis pelotas…

O le odias o le amas, no hay término medio. ‘Misfits’ es una serie que puede llegar a ser definida por su personaje principal, Nathan, y hay quien incluso ha llegado a odiar la historia por su culpa. Bien es cierto que existen otros cuatro personajes dentro de la serie, pero nadie negará que Nathan es a ‘Misfits‘ lo que Tony (o Cook) es a ‘Skins‘: el cabecilla del grupo, el líder destacado, aunque no por ello el más inteligente.

Nathan Young es un auténtico gilipollas, un idiota, un imbécil con ideas de bombero retirado incapaz de guardarse lo que piensa. Su propósito en la vida es chinchar a la gente, y le da igual si el que tiene al lado es su compañero inadaptado social o el dueño de unos grandes almacenes. Si puede hacerles la vida imposible y sacarles de sus casillas, ten por seguro que lo hará. ¿O por qué crees que Nathan acabó prestando servicio a la comunidad? No es porque sea un vándalo, sino porque es un estúpido de cuidado.

Ahora bien, ¿los estúpidos nacen o se hacen? ¿Nathan es así por voluntad propia o es producto de lo que sus padres le han enseñado (o mejor dicho, le han dejado de enseñar)? Se ha criado sin padre, y a pesar de que esconde sus sentimientos, podemos deducir en él un total aborrecimiento por la figura paterna y todo lo que ello representa, hasta el punto de rechazar su ayuda cuando fue detenido en la bolera que, más tarde, le llevaría a prestar servicio a la comunidad.

Y tanto es el odio, que su propia madre tuvo que optar por echarle de casa ante la actitud del joven con sus novios. Sabemos que Nathan es muy divertido al otro lado de la pantalla, pero a ver quién es el guapo que lo aguanta día a día metido en casa. A mi siempre me pareció fatal la actitud de su madre ante esta situación, al fin y al cabo un hijo es un hijo y por él se hace lo que sea, pero también hay que verse en la situación. Y desde entonces, sin dinero y sin familia, no tiene más remedio que alojarse en el centro comunitario.

Nathan vive el día a día. Cualquiera en su situación se hubiera venido abajo, pero como él mismo dice: “Sólo existe un ahora“. Vive la vida como nadie, cumpliendo su “condena” durante el día y robando dulces y refrescos de la máquina expendedora por la noche. Todo ello mientras poco a poco se va sintiendo atraído por una “choni” de acento indefinible con la que no puede mantener secretos. Ella es capaz de leer el pensamiento, y aun a pesar de las barrabasadas que se le pasan por la mente a Nathan, también se siente atraída.

Porque debajo de esa fachada se esconde un jovencito adorable, alguien que sólo necesita un poco de cariño y paciencia (sobre todo paciencia) y capaz de hacer cualquier cosa por la gente a la que quiere. Lo vimos mientras defendía a su madre del hombre-perro que se había echado por novio, y lo vimos también al final de la primera temporada, cuando no dudó en coger una pistola (de agua) para sacar a sus amigos de la “maldición” a la que habían sido sometidos.

Somos jóvenes. Se supone que debemos emborracharnos, que debemos portarnos mal y follar hasta perder la cabeza. Estamos diseñados para irnos de juerga, es así. Sí, algunos tendrán una sobredosis o se volverán locos, pero Charles Darwin dijo que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos, y de eso se trata: ¡de romper huevos! Somos un desastre, yo soy un desastre y pretendo seguir siéndolo hasta los veintitantos, tal vez hasta los 30, y dispararía a mi madre o a cualquier otra persona que quisiera quitarme eso

Todo este discursito se marcó el joven Nathan antes de precipitarse al vacío sin querer y quedar atravesado por una verja de hierro. Muerto, Nathan Young estaba muerto y enterrado. Pero, ¡oh sorpresa!, al igual que todos sus compañeros, él también tenía un poder; ya lo había avisado, podía sentirlo en sus pelotas. No era la telequinesia ni la proyección astral, sino la inmortalidad, pero para cuando vino a darse cuenta ya era demasiado tarde y se encontraba a dos metros bajo tierra. Cualquier otro se hubiera muerto de miedo, pero él desde luego que no.

Así que se cogió su Ipod y se puso a escuchar música, a la espera de que en algún momento alguien se acercara y pudiera desenterrarle. Al fin y al cabo es inmortal, no le va a pasar nada por estar ahí abajo un ratito más. ¿Conseguirá salir Nathan de la la tumba en la segunda temporada? Para los que se estén haciendo esta pregunta, el canal E4 británico estrena esta misma noche los nuevos capítulos de ‘Misfits’. Si tú, como yo, adoras a Nathan Young y al resto de vándalos, estoy seguro de que no te los perderás. En unos días lo comentamos.

En ¡Vaya Tele! | La importancia de llamarse Cathy Jamison

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