Ver cortos en el cine

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El cine breve tiene un techo natural. Permite el puñetazo, pero no el desarrollo de una película al uso

David Planell, director de cine

Interesante entrevista publicada en El País, Cortometrajistas y corredores de fondo, en el que Daniel Sánchez Arévalo, David Planell y León Siminiani mantiene una interesante conversación. De David Planell hicimos una entrada colgando sus tres trabajos más conocidos. Del mismo modo de Daniel Sánchez Arevalo os hemos ido colgando casi la totalidad de sus cortometrajes, y en breve haremos lo mismo con León Siminiani. Pero volviendo al meollo de la entrevista, destaco estos tres párrafos, muy interesantes por lo que comentan.

Daniel Sánchez Arévalo: Yo estoy en contra de esa obsesión de que el cortometraje se vea más. Creo que el corto se ve mucho, hay muchos festivales, que es su medio natural, pero también se editan DVD y se proyectan en las televisiones, aunque sea en horario nocturno. El que quiera ver un corto lo va a encontrar, y, ahora mismo, con Internet, ni te cuento. Yo no quiero que los proyecten en la sala antes de las películas, a no ser que me avisen y yo pueda decidir. No quiero ver un corto que no he elegido ver.
León Siminiani: Yo pienso que es bueno que haya muchos festivales. Para nosotros es positivo porque nos da más ventana. Además, se mueve dinero en el circuito. Si hay 200 certámenes y una media de 5.000 euros en premios por festival, significa que hay un dinero que se está moviendo. Y eso hace que la gente haga cortos.
David Planell: Creo que el cortometraje tiene un techo natural. Puede ser imaginativo, brillante, expresivo, libre... todo lo que quieras, pero tampoco da para hacer el desarrollo de historias al que está acostumbrada la percepción del espectador medio, que está preparado a ver películas de hora y media, hora y cuarenta minutos. Permite el puñetazo, el lado poético, una altura expresiva equis, pero no el desarrollo que una hora y media convencional. Llega un momento que el corto no traspasa al grueso de la población, acostumbrada a formatos de gran desarrollo.

Bien es cierto que los festivales es el medio natural para los cortos, y también que están alejados del espectador medio, que ni conoce estos trabajos ni los entiende muchas veces. También es cierto que no deben obligarnos a ver los cortometrajes cuando decidamos ir al cine a ver una película, pero son las salas las que deben acercar estos trabajos al público medio. Y ojo que no tiene que incluir cualquier cortometraje.

Es cierto que Internet permite ver la gran mayoría de estas películas. ¿Por qué no nos va a interesar ver antes de la película de tal director uno de sus trabajos como cortometrajista? En ese caso, sí sé lo que voy a ver, y puede interesarme. Es decir, al final depende de la promoción que quiera hacer la distribuidora de la película. Curt Ficcions selecciona de su concurso 6 trabajos que estrena en sus salas antes de los pases de las películas. ¿Puede incomodar? Seguro, pero las estrena en salas donde el público ya tiene su paladar trabajado (y son todos muy buenos trabajos).

Pongo unos ejemplos. ¿Alguien se queja de qué Pixar decida estrenar junto a sus películas, un corto animado? Es más, incluso lo promociona junto a ella, y la gente encantada. ¿Por qué me debo tragar toda esa gran variedad de trailers antes de la película que he decidido ver? Todos esos trabajos ya están en Internet, en muchos casos los conocemos de memoria, y la mayor parte de las veces es para hablar de películas que no pensamos ni ver. Y por último, ¿que de malo habría en ver '15 días', el multipremiado trabajo de Rodrigo Cortés, antes de su película 'Concursante'? Ninguno.

Mucho para reflexionar en este sentido, porque si damos la vuelta al asunto, ¿qué pasa si el cortometraje es mucho mejor que la película? ¿Pagaría el público la entrada para ver la película, sólo por ver el corto? Curioso dilema, ¿no?

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