'Hotel Transilvania 2', más de lo mismo pero mejor

'Hotel Transilvania 2', más de lo mismo pero mejor

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'Hotel Transilvania 2', más de lo mismo pero mejor

El cine de animación pasa actualmente por un gran momento, ya que su popularidad provoca que se produzcan más títulos que nunca y además todos los años se estrenan varias películas que merecen mucho la pena. De hecho, creo que ‘Del Revés (Inside Out)' es lo mejor de 2015 hasta ahora y también nos han llegado entretenimientos muy disfrutables como ‘La oveja Shaun: La película’ (Shaun the Sheep Movie) o ‘Los Minions’.

Este próximo viernes 23 de octubre es ‘Hotel Transilvania 2’ la que lleva a los cines españoles avalada por su gran éxito en Estados Unidos. Lo cierto es que tampoco tenía muchas esperanzas en la secuela de un digno pasatiempo familiar y sus responsables no han dudado en apostar por más de lo mismo, pero a cambio el resultado final es algo mejor, principalmente por ser más divertida que la primera entrega.

’Hotel Transilvania 2’, sin grandes novedades

Dracula, Mavis y Dennis en 'Hotel Transilvania 2'

Imagino que recordaréis que el eje argumental de la primera entrega estaba en las dificultades que tenía Drácula para aceptar que su hija Mavis tuviese una relación sentimental con un humano. Eso ya ha quedado atrás en su secuela, hasta el punto de que su hotel también está abierto para las personas, pero en cambio vive obsesionado con la necesidad de que su nieto sea un vampiro y que no haya salido a su padre, pero también en el hecho de que Mavis está sopesando seriamente mudarse para que Dennis pueda jugar con más niños normales.

Ya os aviso de que ‘Hotel Transilvania 2’ vuelve a ofrecer un marcado mensaje sobre la aceptación y que en ningún momento oculta su apuesta por un tono más infantil. Vamos, que el corazón de la película es el mismo y el único cambio real está en los detalles sobre la forma de transmitirlo al público. Por ello, hay que prestar especial atención al detalle de que Adam Sandler –voz de Drácula en la versión original- también ejerce como guionista, acompañado para la ocasión por Robert Smigel, uno de los autores del libreto de la primera entrega.

Seguro que eso servirá para ahuyentar a muchos, pero lo cierto es que el resultado final presenta, dentro de unos límites, una mayor atención a la evolución de la historia –en la primera había demasiadas desconexiones para incidir en lo singular de la propuesta- integrando mejor los gags –más numerosos e igual de efectivos que en su predecesora-, su querencia por el humor slapstick y los homenajes al cine de terror clásico en la misma. Sobre la moraleja, pues bueno, un peaje inevitable que al menos encaja con lo visto hasta entonces y en el que gran damnificado es Vlad –Mel Brooks en inglés y Arturo Fernández en España-, ya que los comentarios previos a su aparición invitaban a esperar mucho más.

Efectivo pasatiempo familiar

Escena de 'Hotel Transilvania 2'

La primera entrega ya cumplía con corrección su objetivo de ser un digno entretenimiento para todos los miembros de la familia, ya que es cierto que el tono estaba encaminado a los más pequeños de la casa, pero la animación –y la imaginación de Genndy Tartakovsky en su planteamiento y ejecución, pero también en dar la agilidad adecuada para que las limitaciones de su guión se noten menos- y los detalles, desde la mera idea de estar protagonizados por monstruos clásicos –y los simpáticos homenajes- hasta ciertos chistes sueltos aquí y allá.

Lo que sí está claro es que la propia premisa daba para mucho más, sobre todo en lo referente al choque entre monstruos y humanos, que es cierto que da pie a algún gag divertido, pero era ahí donde realmente podía diferenciarse y al final todo queda supeditado a un mensaje de aceptación en la línea de la primera entrega. Era de esperar, pero cumple de forma adecuada con lo que quiere ser, siendo la pena que sea una fórmula ya algo pasada de moda y que raro será –por no decir imposible- que sirva de base para una gran película y no para un pasatiempo tan efectivo como inofensivo.

En definitiva, ‘Hotel Transilvania 2’ pierde la fuerza de la -relativa- novedad y se mantiene en todo momento dentro de terreno seguro confiando en que lo que tuvo ya éxito una vez, lo logre de nuevo. A cambio, es más divertida y con una estructura más efectiva sin por ello sacrificar su componente alocado. Si os gustó la primera, también deberíais disfrutar con su secuela, pero de lo contrario será mejor que os mantengáis alejado de ella, porque esa mejora a la que aludo es dentro de unos estrechos márgenes que no permiten milagros.

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