'RED', añorando viejos tiempos

'RED', añorando viejos tiempos
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Esta semana llega a nuestras carteleras ‘RED’ (id, Robert Schwentke, 2010) tras ser un éxito en los cines norteamericanos allá por el mes de octubre. Si cuando os hablaba de ‘Los amos de Brooklyn’ (‘Broklyn´s Finest’, Antoine Fuqua, 2009) pensaba en cuál difícil debía ser, debido a su retraso en el estreno nunca producido, para nuestros distribuidores el vender una película con un reparto conocido encabezado por Richard Gere, quisiera saber ahora qué oscuras razones se esconden tras la demora en el estreno de ‘RED’, film protagonizado por Bruce Willis, Morgan Freeman, Helen Mirren, John Malkovich, Mary-Louise Parker, Brian Cox y Karl Urban, y en el que hay explosiones, tiros y persecuciones por doquier, tres elementos que caracterizan las exigencias del espectador de hoy. Que una película que ya puede comprarse en Blu-ray al otro lado del charco, llegue a nuestros cines con tanta dilación sigue siendo de juzgado de guardia.

Pero dejemos las quejas para otro día, que van a seguir sin hacernos caso. El distribuidor español es una especie de extraño ser, de una sola neurona, que no entiende de arte ni de las necesidades de un público harto de sus meteduras de pata. Centrémonos en el film en cuestión, que no dudo será uno de los más taquilleros en los próximos días. ‘RED’ es una cinta de acción, basada en el cómic de Warren Ellis y Cully Hamner, que no he tenido oportunidad de leer, y que ha servido de soporte a una especie de reflexión sobre el cine de acción.

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‘RED’ da comienzo con la interesante relación que se establece entre Frank Moses (Bruce Willis) y la teleoperadora Sarah Ross (Mary-Louise Parker). Ambos se sienten atraídos conociéndose sólo por el teléfono, y cuando Moses le plantea el verse personalmente ocurre algo inesperado: es atacado en su casa por un equipo de asalto del que Moses se libra con la eficacia de un verdadero profesional. Las cartas se ponen sobre la mesa, no estamos viendo una típica película romántica —es lo que parece hasta el asalto en casa de Moses—, estamos metidos de lleno en una operación de espionaje que hará que agentes inactivos desde hace años salgan a “operar” de nuevo. No obstante, la relación entre la pareja principal sigue en el ambiente, pues el film también tiene tiempo para reflexionar irónicamente sobre las dificultades del amor.

Moses sospecha que alguien importante desea eliminarle, por ello decide volver a su antigua vida de agente secreto, recuperando en su misión personal a antiguos conocidos para intentar descubrir quién le quiere ver muerto. De esta forma, Moses comandará un improvisado equipo de agentes secretos, con distintas habilidades cada uno: Marvin Boggs (John Malkovich), un experto en camuflaje obsesionado con el hecho de que todo el mundo les está siguiendo; Joe Matheson (Morgan Freeman), veterano agente que curiosamente es el personaje peor tratado de todos y eso que recae en un gran actor; Victoria (Helen Mirren), experta en miras telescópicas, e Ivan Simanov (Brian Cox), agente ruso con el que Moses tiene una cuenta pendiente —mató a su hermano en una misión—, y que mantuvo una relación amorosa con Victoria.

Mary-Lousie Parker en la piel de Sarah, es una especie de invitado, algo así como el alter ego de un espectador que asiste sorprendido a las andanzas de los protagonistas, mientras sentimos cierta admiración por ellos, o tal vez que deseamos en algún momento ser ellos. Ésta suele ser una de la principales características del cine de espías, que todos en un momento dado hemos deseado ser un espía que viaja por el mundo entero realizando misiones que mejoran un poco más este asqueroso planeta. En ‘RED’ se suprime por motivos evidentes, el lado glamouroso del trabajo de agente secreto, ofreciéndonos los verdaderos peligros de serlo. Estar solo en el mundo, no confiar en absolutamente nadie y tener la muerte a cada vuelta de esquina son las únicas garantías que Moses posee, el único pago que le han hecho por su trabajo. El personaje se mueve entre el anhelo de tener una vida normal y la añoranza de los viejos tiempos en el espionaje.

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Y es el segundo punto el que ofrece un mayor interés en ‘RED’. Por eso la presencia de Ernest Borgnine en el reparto no me parece una casualidad. El excelente actor de 94 años de edad da vida al encargado de una sección en la sede de la CIA que, literalmente no existe. Borgnine dio vida a héroes crepusculares en cintas como ‘Grupo salvaje’ (‘The Wild Bunch’, Sam Peckinpah, 1969), ‘Doce del patíbulo’ (‘The Dirty Dozen’, Robert Aldrich, 1967) o ’1997: Rescate en Nueva York’ (‘1997: Escape from New York, John Carpenter, 1981), habla sobre los viejos tiempos en su entrañable encuentro con Moses, probablemente el mejor instante del film. Que alguien como Borgnine, antiguo héroe de acción, alabe las buenas maneras de Willis, otro héroe de acción con unos cuantos años a cuestas, indica bastante bien por dónde van los tiros en ‘RED’. Hablamos en cierto modo, de un ejercicio de nostalgia. Al menos sobre el papel.

Robert Schwentke, director alemán de cierta solvencia, no termina de explotar todas las posibilidades del relato, y de vez en cuando cae en todo tipo de concesiones al espectador —el destino de Matheson o algunas secuencias de acción—, pero al menos sabe dotar de cierta densidad al conjunto y logra un producto, más que una película, entretenido. Para ello, una vez más, los pequeños detalles son de gran ayuda: A la relación entre Moses y Sarah hay que sumar la de Ivan y Victoria, que alude a los viejos romances entre agentes enemigos. El hecho de que el enemigo no sea otro país, sino los propios Estados Unidos, reflejo de los miedos actuales en esa sociedad. El personaje de Urban y la relación con su familia, y algunos apuntes más, son suficientes para salvar de la quema un película que por otro lado adopta una postura de parodia sobre el infravalorado género de acción. Una moda que se está extendiendo a marchas forzadas. La decisión es muy respetable, pero ¿ya nadie sabe hacer cine de acción serio y crudo?

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