Entrevista a Coke Riobóo, director y animador español: "Todo lo que no sea fútbol, toros o ir a misa se va a convertir en misión muy arriesgada"

Entrevista a Coke Riobóo, director y animador español: "Todo lo que no sea fútbol, toros o ir a misa se va a convertir en misión muy arriesgada"
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Coke Riobóo es un animador, compositor y director español que logró ganar el Goya por ‘El viaje de Said‘ (2007), su último cortometraje estrenado hasta la fecha. El éxito del mismo le permitió una mayor libertad para elegir su próximo trabajo sin grandes ataduras, pero el panorama del cine español se ha deteriorado sobremanera en los últimos tiempos, lo que ha provocado que se haya visto obligado a recurrir al crowdfunding para conseguir la financiación necesaria para completar ‘El ruido del mundo‘, un cortometraje a partir de una poco usual técnica de animación en el que lleva varios años trabajando.

- Hablemos primero un poco de tus comienzos, ¿qué fue lo que te hizo querer dedicarte al mundo del cine?

Hasta el año 2001, me dedicaba a la música, soy batería y percusionista, y mi relación con el cine se limitaba a componer bandas sonoras para cortometrajes. Desde pequeño siempre me había apasionado el mundo de los cómics y la animación, aprendí a leer con los tebeos de Tintín y Asterix. En el verano del año 2000, me quedé en paro como músico, y decidí ponerme a hacer pruebas con una cámara de video hig 8 y un pegote de plastilina que tenía por casa. el flechazo fue instantáneo, a ver que aquello se movía como por arte de magia.

Empecé a construir muñecos cada vez mas completos y decorados de cartulina para ambientar mejor mis historias, estuve todo el verano sin salir de casa, poseído por aquella técnica maravillosa, editando con un video VHS y grabando la música en directo mientras se volcaba la edición. Eran historias muy bizarras y bastante básicas, ademas mi conocimiento del lenguaje cinematográfico era bastante escaso.

Le enseñe todas esas pruebas a mi primo Sergio Cata, con el que colaboraba componiendo la música de sus películas, y decidimos rodar un cortometraje un poco más elaborado pidiendo ayuda a gente con más experiencia en el mundo del cine, con guión, dirección de fotografía, y unos decorados más elaborados. así nació ‘La tele espectadora’, un corto bastante gore y pseudo pornográfico. Decidimos enviarlo a diversos festivales sin mucha esperanza y para nuestro asombro ganó bastantes premios.

A partir de ahí pensé que la animación me llamaba, que me permitía contar historias de una manera distinta, y cubría todas mis necesidades creativas. Después vinieron ‘Que las noches sean son‘ (un videoclip para el grupo El Combolinga), ‘Se abre el telón‘ (una serie de 26 capítulos para Plus.es, la página de internet de Canal Plus), ‘Teatruras‘ (una colaboración animada para una obra de teatro infantil), y por último ‘El viaje de Said’, corto ganador de un Goya y 40 premios nacionales e internacionales, con el que definitivamente, pude dedicarme de lleno a la animación.

- Imagino que después de ganar un Goya te llegarían ofertas de todo tipo, ¿fue el caso o recibir el premio más importante del cine español no tuvo especial trascendencia?

Recibir el Goya supuso que ‘El viaje de Said’ tuviese mucha más repercusión, sobre todo a la hora de participar en otros festivales y recibir premios que nos ayudaron a poder pagar la producción.  A nivel personal, me permitió poder dedicarme a la animación a tiempo completo, pues hasta ese momento compaginaba mi trabajo de maquinista y regidor teatral con la animación. También me ayudo a poder realizar algunos anuncios para campañas publicitarias y continuar con mi labor de docente, realizando cursos y talleres por muchos países.

- ¿Qué es lo que te llevar a querer rodar ‘El ruido del mundo’?

Dos años después de ‘El viaje de Said’, y cuando acabaron los festivales y promociones, empece a buscar una historia que me llamase lo suficiente como para poder dedicarle otros 2 o 3 años de trabajo. Lo que me dio fuerzas para poder terminar el corto anterior, fue conocer la historia de la inmigración marroquí de cerca, tengo bastantes amigos de Marruecos que han estado en situaciones extremas cruzando el estrecho, y sentir que podía acercarme de una manera sincera a ese drama y tratarlo con cariño y un toque de humor.

Empecé trabajando con una historia muy bonita que tocaba el tema de la cooperación internacional pero situada en el Pais Dogón, en Mali. A pesar de que estuve de viaje por allí 15 días, para recabar información y hacer muchísimas fotos, cuando me puse a trabajar sobre la historia, no me sentía con derecho de hablar sobre una cultura que conocía tan poco, y no quería hacer el típico corto europeo con toque Africano, pues solemos pecar de paternalismo y obviando que África es enorme, no tiene nada que ver la cultura Dogón, con la cultura Swahili, por poner un ejemplo simplón, aunque a nuestro ojos , todo se parezca, así que aparque esta idea, que espero poder retomar más adelante cuando conozca a fondo esta cultura.

Después de muchas vueltas decidí buscar en lo que a mi me afectaba, y como mal guionista que soy, encontré una historia cercana, con un toque autobiográfico. Rescribí la historia con ayuda de un buen guionista como Sergio Catá, que es colaborador habitual e indispensable en mis películas. También me apetecía experimentar con otras técnicas de animación, y sobre todo poder trabajar solo en casa, ya no disponía de presupuesto y equipo humano para volver a realizar algo con muñecos, lo que requiere mucho espacio y mucha gente en el equipo, ademas quería expresarme con otro lenguaje. Así encontré esta técnica, la plastilina sobre cristal iluminado y después de un año de pruebas, decidí lanzarme, sin saber el esfuerzo que me iba a llevar contar esta historia. 

- ¿Cuándo empiezan a torcerse las cosas y qué es lo que te lleva a recurrir al crowdfunding?

En ningún momento se torcieron las cosas, simplemente nos lanzamos a rodar sabiendo que no íbamos a tener dinero para acabar el corto, pero con mucha confianza en poder pagarlo una vez estrenado, como hicimos con ‘El viaje de Said’. El tema del crowfunding fue cogiendo cuerpo a medida que íbamos viendo el resultado del corto y el apoyo que estábamos recibiendo a través de las redes sociales, y también viendo como empezaba a funcionar con otros proyectos.  Creo que esta es una nueva manera de producir maravillosa, que nos permite poder decidir que nos apetece ver, oír o leer y apoyarlo directamente para que salga adelante.

El Estudio

- Has participado también como compositor para películas de varias nacionalidades, ¿has notado alguna diferencia o no hay cambios reseñables entre la forma de hacer cine de esos países?

Por supuesto, cada cultura y cada país tiene su forma de hacer cine, y eso es lo más interesante, poder trabajar con distintos directores, para tener que variar en la forma de componer, empaparse de la música de cada país, beber de su cultura, para poder componer algo acorde con cada película.

- ¿En algún momento te has planteado o incluso intentado trabajar como animador en alguna película española?

Las películas españolas de animación que se producen, son sobre todo en 3D, y esta es una técnica que desconozco en absoluto. Las pocas cosas que se hacen en stop motion, suelen tener su equipo ya formado, además, me gusta trabajar de manera independiente, creando y dirigiendo mis propias películas. También es importante decir que al ser autodidacta, me faltan algunos conceptos básicos a la hora de trabajar como animador “standard”, no tengo una forma de animar muy al uso, y eso imagino que puede ser un problema a la hora de trabajar con producciones más o menos comerciales.

Imagen de

- Has comentado que el éxito de ‘El viaje de Said’ te permitió dejar tus trabajos como maquinista y regidor teatral  ¿Qué fue lo que te llevó a dejar de ejercer como profesor?

En ningún momento he dejado de ejercer como profesor de animación, es una de mis grandes pasiones, me encanta enseñar y transmitir todo lo que he ido aprendiendo con mi experiencia, si ahora no doy clases no es por gusto, si no por varias razones, por un lado la falta de alumnos en la ECAM, nos ha obligado a suspender primero de animación, por otro los recortes salvajes en cultura y educación que está haciendo este gobierno, ha hecho que no haya presupuesto en colegios y embajadas para proyectos culturales, lo que ha reducido casi a cero la posibilidad de desarrollar cursos y talleres.

La política del gobierno actual ha reducido un 70% el presupuesto de AECID (Agencia española de cooperación internacional y desarrollo), cortando de raíz casi todos los proyectos culturales que se estaban desarrollando en el extranjero, y convirtiendo a la Agencia de Cooperación Española en un mero agente comercial, que sirva de avanzadilla para saber en que países conviene invertir a las empresas españolas.

De las mejores experiencias en mi vida, han sido los talleres que hice en sitios como Senegal, Irán, Guinea Ecuatorial, México, India, Egipto, Marruecos o Venezuela.

- Ya habéis llegado a la cantidad mínima que pedíais para conseguir sacar adelante el corto, pero también comentas lo que harías en caso de llegar a los 8.000 o los 10.000 euros, ¿esperabas tan buena aceptación o esos objetivos adicionales eran poco menos que un sueño inalcanzable?

Hemos llegado al objetivo y estamos felices de ver tanto apoyo de la gente, conseguir más dinero del fijado en un principio, supondría poder llevar a cabo los proyectos paralelos que queremos hacer con la película, una exposición con todas las planchas de plastilina que he ido guardando a lo largo de estos tres años, y poder editar un cómic-dvd con todas las cosas que se quedaron en el tintero sobre la historia de ‘El Ruido del Mundo’. Además nos ayudaría a pagar a todos nuestros colaboradores mucho antes de lo que habíamos pensado. El sistema de Verkami de “todo o nada“ nos hizo ser prudentes a la hora de fijar el dinero a conseguir

Manifestación

- Una de las cosas más llamativas del sistema del crowdfunding es el sistema de recompensas en función de la cantidad que dones, ¿en base a qué criterios elegiste los que ofrecéis vosotros? 

En base a lo que podíamos ofrecer y gestionar, solo somos dos personas en el equipo de producción, y ahora, una vez conseguido el objetivo, nos hemos juntado con 126 mecenas, a los que tenemos que enviar sus recompensas, tarea nada fácil, pero que haremos gustosamente, pensando en todo el apoyo recibido.

- ¿Volverías a embarcarte en una proyecto así sin tener garantizada la financiación para poder acabarlo?

No conozco otra forma de hacer cortometrajes que no sea “tirarse al barro” sin saber si lo vas a poder financiar y acabar. De lo que si estoy seguro, que el siguiente será con otra técnica de animación que no suponga tanto esfuerzo.

- Llevas varios años entregado por completo a ‘El Ruido del Mundo’, ¿se te ha ocurrido alguna otra historia que contar en ese tiempo que hayas tenido que aplazar o directamente descartar o no ha habido tiempo para pensar en nada más?

En  mi cabeza surgen ideas constantemente, en estos casi 4 años de trabajo, me han surgido buenas ideas que he apuntado, pero no he desarrollado en absoluto, pues si que es verdad que ‘El Ruido del Mundo’ ha copado casi toda mi energía y mi capacidad mental, pero me ha sido imposible no pensar en nuevos proyectos, que espero vean la luz una vez haya descansado y recobrado las ganas de embarcarme en otra odisea animada. Es muy difícil sacar adelante proyectos de animación independiente, y lo va a ser más a partir de ahora, viendo la política cultural de este gobierno, todo lo que no sea fútbol, toros o ir a misa se va a convertir en misión muy arriesgada.

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