Hoy en TV, una obra maestra que trasciende a su género y que continúa siendo material para las peores pesadillas medio siglo después de su estreno

Con 'El exorcista', William Friedkin firmó la que, probablemente, sea su gran obra maestra

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Después de alquilarla en no pocas ocasiones durante mi adolescencia, intentando enfrentarme a ella para verme obligado a abandonarla antes de que arrancase su segunda mitad, conseguí ver 'El exorcista' de una sentada justo después de superar la mayoría de edad. Desde entonces, han sido varios los visionados —un par de ellos en cine— de la que, probablemente, sea la obra maestra del desaparecido William Friedkin, y todos y cada uno de ellos han sido tan sobrecogedores como el primero.

Terror en estado puro

Está claro que ser catalogada como "la película más terrorífica de todos los tiempos" y mantener ese estatus desde un ya lejano 1973 no es fruto de algo casual. La adaptación de la igualmente magnífica novela de William Peter Blatty prescindió de algunas de las conversaciones más profundas del original para centrarse en ofrecer una experiencia tremendamente visceral y hostil que trascendió hasta convertirse en un icono imperecedero de la cultura pop, en parte, gracias a su capacidad para no discriminar en base a la fe del respetable.

Y es que si algo brilla en esta sombría producción más allá de lo técnico, de lo formal, de esa leyenda negra que rodeó a su convulso rodaje y de un reparto en el que la jovencísima Linda Blair  logró eclipsar talentos como los de Max von Sydow, Ellen Burstyn o Jason Miller, es el modo en que se las apaña para retorcer las entrañas del espectador, independientemente de sus creencias y su espiritualidad; transmitiendo la sensación de estar ante un largometraje profano que no debería existir.

Además de sus obvios resultados estrictamente cinematográficos, si algo ha conseguido mantener el prestigio de 'El exorcista' es el modo en que rompió esquemas en unos Premios de la Academia que siempre han tendido a ningunear al género, cosechando 10 nominaciones —incluyendo las de mejor película y dirección— y llegando a rascar los Oscar al mejor guión adaptado y el mejor sonido, y conquistando el Globo de Oro a la mejor película de drama.

Desde su estreno, y a través de sus múltiples pasos por salas de cine, los 12 millones de dólares que invirtió Hoya Productions se han traducido en 441 millones en todo el mundo; 193 de los cuales llegaron a raíz del estreno original y 112 del reestreno del montaje del director en el año 2000. Cifras de vértigo para una de las mejores películas de la historia, independientemente de su género, que esta noche puede verse en BeMad a las 22:55h.

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