El libro 'Kate, la mujer que Hepburn fue' trata de desvelar los secretos de la actriz

El libro 'Kate, la mujer que Hepburn fue' trata de desvelar los secretos de la actriz
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Si no la más, Katharine Hepburn, para mí es una de las actrices más carismáticas de la historia del cine, con películas maravillosas como ‘Historias de Filadelfia’, ‘La fiera de mi niña’ o ‘La Reina de África’, que hace ya décadas dejaron el listón de las comedias románticas tan alto que nada de este género puede llenarnos si nos acordamos de aquellos títulos.

Consiguió su primer Oscar con ‘Gloria de un día’ pero tras este éxito trabajó en producciones de menor calibre lo que hizo que muchos creyeran que estaba acabada. Afortunadamente no fue así, Katharine Hepburn compró los derechos de la obra ‘Historias de Filadelfia’ (que ella misma interpretó en Broadway) y más tarde se los vendió a un estudio.

En el rodaje de ‘La mujer del año’ conoció a Spencer Tracy, el que sería el gran amor de su vida. Kathy se había divorciado de su marido, pero las creencias religiosas de Tracy no le permitían hacer lo mismo con su mujer. A pesar de todo su relación se mantuvo durante muchos años y llegaron a hacer nueve películas juntos.

Ganó 4 Oscars; el primero el antes mencionado, el segundo por ‘Adivina quién viene a cenar esta noche’, el tercero por ‘El león de invierno’ y el cuarto por la película ‘En el estanque dorado’. Las otras ocho nominaciones, siempre en la categoría de mejor actriz, fueron por las películas ‘Sueños de juventud’, ‘Historias de Filadelfia’, ‘Woman of the Year’, ‘La Reina de Africa’, ‘Locuras de verano’, ‘El farsante’, ‘De repente, el último verano’ y ‘Larga jornada hacia la noche’.

Murió el 29 de junio de 2003, tras sufrir durante muchos años de Parkinson. William J. Mann ha sacado un libro titulado ‘Kate: The Woman who was Hepburn’ que trata de mostrar el lado más oscuro de la actriz. Relata episodios como los malos tratos sufridos en su infancia, el presunto suicidio de su hermano a los 15 años, la bisexualidad de la andrógina estrella o la de todas sus parejas masculinas, incluído Tracy. Mann se aplica a desmontar todas las historias corroboradas por una larga lista de biográfos complacientes y por la propia Hepburn en su autobiografía ‘Me’ (‘Yo’) para poner en evidencia que, al margen de sus extraordinarias cualidades artísticas y personales, Katharine Hepburn fue una mujer fría, calculadora y tremendamente manipuladora que supo moldear el personaje que mejor vendía.

Biógrafo tras biógrafo —entre ellos Garson Kanin, A. Scott Berg y Barbara Leaming— han tratado de empaquetar e inmortalizar la mística de Hepburn. Incluso Hepburn (la autora de ‘Me') no era nada de torpe a la hora de vender la historia de Hepburn. Su historia se cruzó con las de George Cukor, John Huston, John Ford, Howard Hughes, Leland Hayward y David O. Selznick. Su relación fuera de la pantalla con Spencer Tracy era tan bien conocida como sus películas. Por ello, Mann tiene el objetivo de examinar razonablemente las diferencias en los modos en que Hepburn decidió presentarse a sí misma y los actos de su vida.

"La brillantez y singular devoción que dedicó a la creación y mantenimiento de su imagen pública debería inspirar sobrecogimiento, especialmente cuando ves todo lo que había detrás", escribe.

La primera parte del libro tiene que ver con los años formativos, empezando con la juvenil encarnación de Hepburn de un niño de pelo corto llamado Jimmy. El libro ve esa presencia masculina como una parte fija de su identidad, y quizás la parte más importante.

"No creció para ser el tipo de mujer que es madre", escribe Mann. "Katharine Hepburn creció para ser el tipo de hombre que es padre".

‘Kate' disecciona el mito de la fogosa y combativa familia Hepburn y encuentra algo menos generoso. Sobre el temperamento de su padre, un amigo de Hepburn, Max Showalter, dijo una vez: "Kate cuenta muchas historias de su infancia en que la vemos subiendo a la copa de los árboles, negándose a bajar. ¿Te has preguntando que la hacía hacer eso?"

Aunque ‘Kate' se basa en nuevas e inusuales fuentes e investigaciones y cuenta con numerosas notas, el origen de esta afirmación no aparece especificado. Pero hay que mencionar que Mann renuncia a los materiales que no ha podido confirmar con fuentes cercanas.

'Kate' deduce que las relaciones posteriores de Hepburn con los hombres reflejaron el matrimonio de sus padres: una mujer aparentemente fuerte e independiente como la sumisa cuidadora de un hombre dominante. Y ve la auto-destrucción y la confusión sexual de su hermano mayor, Tommy (que murió a los quince, aparentemente por suicidio), como cualidades que moldearon los vínculos posteriores de Hepburn.

Mann atribuye bisexualidad a casi todos los hombres con los que Hepburn estuvo relacionada alguna vez. También otorga gran importancia a un hombre llamado Scotty, que gestionaba una gasolinera cerca de la casa de Cukor y dispensaba más que gasolina. Scotty dice incluso que Spencer Tracy fue una de sus parejas sexuales. El libro trata esas revelaciones con más curiosidad que lascivia. Mann sostiene plausiblemente que su verdadero interés es cómo se esculpió y mantuvo la gran fábula del romance Tracy-Hepburn.

”El pulpo en el garaje”, como lo describe el autor, es por supuesto el afecto de toda la vida de Hepburn por las mujeres. Desde su temprana amiga Laura Harding, que se describía a sí misma como ‘el marido de la señorita Hepburn', a Phyllis Wilbourn, una acompañante de 40 años sobre la que Hepburn dijo: "Phyllis y yo somos una sola", las mujeres figuran prominentemente en la mente de Mann. Su objetivo es menos detectar relaciones lésbicas que reiterar la enorme divergencia entre la imagen pública y privada de Hepburn.

En su tercera parte, el libro describe la larga vida en el escenario de Hepburn después de que sus días de glamour en Hollywood habían terminado. "Las personalidades cinematográficas van y vienen, pero Khatahrine Hepburn tenía la intención que quedarse más tiempo", escribe. "El único modo de hacerlo era convirtiéndose en una institución". Si no hubiese decidido aparecer tan estratégicamente en ‘La reina de África' (The African Queen) —o, en otros momentos, ‘León en invierno' (The Lion in Winter), ‘Adivina quién viene esta noche' (Guess Who Is Coming To Dinner) y ‘En el estanque dorado' (On Golden Pond)—, su historia habría sido bastante más corriente.

Vía: Pan y cine

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