De 'X-Men' a 'Logan': la evolución de Lobezno en el cine de los mutantes

De 'X-Men' a 'Logan': la evolución de Lobezno en el cine de los mutantes

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De 'X-Men' a 'Logan': la evolución de Lobezno en el cine de los mutantes

Desde finales de los 70 y principios de los 80, Lobezno (Wolverine) ha sido uno de los superhéroes más carismáticos de los cómics de Marvel. Es significativo en este aspecto que fuera el primer mutante en tener una serie regular para él solo. En el cine, su presencia se ha ido diseminando a lo largo de las películas de X-Men y su propia trilogía. Aunque ha sido un personaje querido, durante más de 15 años no se había sacado todo el jugo al personaje; el Lobezno cinematográfico era otra especie.

Puede gustar más o menos, tener la cara de Hugh Jackman y momentos en los que se ha parecido un poquito a la idea de él que tenían los fans del cómic, pero lo cierto es que ha sido un camino accidentado, con una evolución de prueba y error que ha llegado a buen puerto, por fin, en ‘Logan’ (2016). Pero ¿qué ha dado de sí el personaje en el cine? Echemos un vistazo a su presencia, los aciertos, los errores y las vueltas de tuerca de un personaje que acaba un ciclo con más luces que sombras a través de sus apariciones en el cine, cronológicamente.

‘X-Men’ (2000)

Brian Singer nos presentó a Lobezno como un vagabundo que no tiene recuerdos de su vida pasada aparte del nombre Logan. En esta se une a los X-Men, sirviendo de guía para el espectador al mundo de mutantes y al estigma social que los rodeaba. Jackman era un actor desconocido, en realidad, demasiado alto para el papel, pero nadie se preocupó una vez que lo vio en acción. Su trabajo era correcto, otra cosa es el principal escollo con el que se encuentran los fans. Era un Lobezno blando, aguado, una versión casi juvenil modelada para la pantalla.

‘X- Men 2’ (2003)

Considerada por muchos, la mejor versión de la patrulla X en el cine, esta, a lo sumo, correcta entrega empeoraba las sospechas del tratamiento del personaje. Su enfoque con la atención puesta en él le separaba aún más de su imagen para convertirlo en un héroe más, un Jon Doe del fantástico que podría tener cualquier cara. Singer ahondaba en su pasado desaprovechando el brutal material de partida de ‘Arma-X’. Puede resulte interesante para quién fuera ajeno al material de base, pero a todos los efectos fue una simplificación burda.

La prueba de ello es ese clímax con otra villana con garras, un remedo pobre del antagonismo con dientes de sable que descuidaba lo mejor del personaje: su representación de su fobia a la autoridad y su carácter independiente. Es cierto que la película era sólida y tenía una buena escena cuando se vuelve loco, pero el personaje se resiente de una dramatización excesiva y representada por la necesidad de confrontarle con su creador, una vaga reminiscencia de temas Shellenianos que no mejoraban con el interés de jugar con su atracción con Jean Grey.

‘X-Men: La decisión final’ (X-Men.The Last Stand, 2006)

Considerada unánimemente la peor de la franquicia, el gran problema de la película era su argumento absurdo y las libertades para con los personajes y sus destinos. La muy pobre transformación de Jean Grey en fénix oscura hace difícil defenderla, pero lo cierto es que la película de Ratner tiene el honor de ser el primer filme que logró tocar la verdadera fibra de equipo de la patrulla X, especialmente en las escenas de acción.

La bola especial de Lobezno y Coloso es uno de esos momentos de orgasmo geek que recuperan un poquito de la sensación que transmitían los cómics en su edad dorada. Su naturaleza trash es más disfrutable, en realidad, que la rigidez solemnizada de Singer. Precisamente, cuanto más desagrada es cuanto más trata de mostrar vulnerable a Logan. Aunque fue el único personaje que tendría una conclusión a la altura.

‘X-Men Orígenes: Lobezno’ (X-Men: Origins: Wolverine, 2009)

Cuando el mundo mutante no parecía poder caer más bajo, la película que exploraba el origen de Lobezno, que parecía la oportunidad de oro para verlo en su mejor momento, resultó ser un desaborido amago de película de acción con todos los personajes mutantes de apoyo destrozados. La secuencia de apertura de James (nombre original de Logan) y Dientes de Sable peleando en cuatro guerras era lo mejor, pero ni que decir tiene que dando el protagonismo a Lobezno, intentaron acercar más su imagen a la de un héroe estereotipizado para todas las audiencias.

‘X-Men: Primera Generación’ (X-Men. First Class, 2011)

La mejor de las películas sobre el grupo de mutantes no contaba con Lobezno, salvo un pequeño cameo. Una pequeña línea de guion que, además de ser la escena más divertida de toda la película, tiene más del Lobezno que nos habría gustado ver en pantalla que todas las anteriores. Una socarrona actuación de Jackman que demuestra que si el personaje no había volado antes no era por su culpa. Menos de un minuto que resumía a la perfección todo lo que había que cambiar si quería volver a la pantalla.

‘Lobezno: Inmortal’ (The Wolverine, 2013)

Un pequeño avance sobre la primera parte de la saga spin-off que adaptaba la serie limitada de Chris Claremont y Frank Miller de 1982. Lobezno estaba más salvaje especialmente en la edición extendida y por primera vez había cierta distancia real con los elementos relacionados con los X-Men en su vida, haciendo que esta historia fuera verdaderamente autónoma. Todo pintaba bien pero el tercer y caricaturesco acto parecía recortado de otra película y nos volvía a dejar cabizbajos.

James Mangold desaprovechaba muchísimo el material original y el mismo reconocía que el intento de direccionar la película a una audiencia, literalmente, jodió la película, llegando a alcanzar momentos ridículos. Pese a ser superior a la anterior, dejaba el mismo sabor de boca. Lobezno es más que un personaje que sufre y que tiene heridas. De nuevo, nada que objetar a Jackman. Sencillamente se iban perdiendo las esperanzas de que a estas alturas pudieran hacer algo verdaderamente representativo del espíritu original con su versión del personaje.

‘X-Men: Días del futuro pasado’ (X-Men: Days of Future Past, 2014)

Tanto si estás de acuerdo o no con la decisión de dejar que Lobezno retroceda en el tiempo en lugar de Kitty Pryde en el cómic original, Logan resultó un gran puente entre las películas originales y la nueva generación. Las escenas de acción son las más impresionante del personaje y su look, con las garras de hueso en vez de adamantium eran una macarrada acorde a su potencial.

Aunque la película no estuviera al nivel del nuevo “reboot”, por primera vez Singer parece entender al personaje y su posición de coprotagonista le da el balance perfecto entre miembro importante para el desarrollo de la trama y recurso cómico socarrón y secundario con el que los cómics lo encumbraron. Jackman ya estaba completamente mimetizado en el papel y lo conoce mejor que nosotros.

‘X-Men: Apocalipsis’ (X-Men: Apocalypse, 2016)

De nuevo, sólo un cameo .¡Pero qué cameo! La aparición del proyecto Arma-X nos da una imagen del nacimiento de Lobezno, como tal, mejor que las mostradas en su propio spin off, e incluso que en la previa versión de Singer. La saga volvía a volar bajo, pero hasta ese momento, esta visión salvaje del personaje es la que más se acercaba a la esencia de Logan.

‘Logan’ (2017)

Una adaptación libérrima de la historia de ‘Old Man Logan’ y ‘X-23’ permite a James Mangold, por fin, hacer la película que Lobezno merecía. Una despedida que encuentra a todos los Lobeznos que han pasado por la saga y los unifica en un Logan viejo, descreído, acabado y cabreado. Bien. Desde luego, influye el tono mucho más oscuro que las anteriores películas de la franquicia y la violencia le sienta como anillo al dedo. Por fin Lobezno corta, decapita, rasga.

Una película que da sentido al resto de apariciones e incluso ayuda a mejorarlas por su capacidad retrospectiva. Su estilo noventero, con ecos de western moderno plantea una nueva plataforma para el cine de superhéroes y mezclando el género con las estructuras de road movie con notas preapocalípticas, hace que sus dos horas y pico pasen en un suspiro. Una despedida casi perfecta para la versión de Jackman, que sirve de milagro redentor, dentro y fuera de la pantalla, a toda su trayectoria.

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