La miniserie 'It (Eso)' está infravalorada: razones para reivindicar la adaptación de Stephen King

La miniserie 'It (Eso)' está infravalorada: razones para reivindicar la adaptación de Stephen King

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La miniserie 'It (Eso)' está infravalorada: razones para reivindicar la adaptación de Stephen King

La ola de revisionismo ochentero y noventero a la baja no cesa. Películas y series que nos encantaban hace unos años, ahora son machacadas sin piedad. Antes eran referentes, pero las aparcamos y las vamos desplazando al olvido sustituyéndolas por nuevas. Si en los cincuenta la moda del terror de monstruos Universal, convertía al Drácula de Lugosi en el rey de los vampiros de cine, en los noventa se le despachaba como una versión aburrida y muy teatral.

La tendencia de ese tipo de repasos suele tener un denominador común. Se suele comparar lo antiguo con lo nuevo, pero no frente a sus referentes, su coyuntura y sus tiempos. Y ahora que la nostalgia está en tela de juicio, no faltan los gurús de las redes, con complejo de emperador, que se animan como idiotas a desacreditar aventuras infantiles como ‘Los Goonies’ (The Goonies, 1985) y tratan por todos los medios poner la etiqueta “sobrevalorado” en todo aquello que no haya envejecido tan bien como el cine de Carpenter o Scorsese.

It Eso1

La última víctima de esta redada contra los falsos mitos, en la que la policía suele ser un personaje de internet mirándose más a él mismo que al contexto de las películas, es la versión televisiva de ‘It (Eso)’ (Stephen King’s It, 1990) que dirigió el eficiente Tommy Lee Wallace. Como en la adaptación actual, un primer plato encargado de la dirección, como George A. Romero, abandonó el proyecto cuando las condiciones de la producción no se ajustaron a su visión, dejando en manos de un artesano como Wallace la titánica tarea de adaptar lo inadaptable.

Y es que la novela de King no se puede fusionar correctamente en solo tres horas. Vaya por delante que, en ese aspecto, esta ‘It’ es y será una decepción imposible de salvar. Pero el cine (en este caso la televisión) y la literatura son dos medios diferentes, por lo que ese escollo debe ser mirado bajo otra óptica. Sobre todo, porque lo que pudo ser y no fue no es lo que se está juzgando aquí. Es la calidad de una película hecha para televisión que horrorizó a toda una generación. Las razones que siguen pueden discutirse, pero sirvan hoy como una pequeña defensa.

La TV de los 90 no es la de ahora

Un niño o adolescente en los 90s no tenía en televisión ‘Dexter’, ‘Breaking Bad’ o ‘The Walking Dead’. No había efectos especiales como los de ‘Avatar’ (2009). No hay disponibilidad constante de Netflix o Youtube para la tableta. Una noche ese chico ve esta extraña película o miniserie con un payaso diabólico, que es algo mucho más siniestro, contra niños, como él, y nunca, nunca ha presenciado una construcción narrativa igual, donde se muestra los mismos personajes de niños y adultos. Tampoco una película sobre una ciudad entera embrujada.

Sangre

La miniserie fue revolucionaria en muchos aspectos. No se parecía a otras adaptaciones de King y en el contexto sus efectos especiales eran creíbles y perfectamente funcionales. Es más, iba por delante de la mayoría de productos de su estilo hechos para televisión hasta tal punto, que parecía (y parece) cine. En ese aspecto se mantiene bastante fresca gracias a su fotografía, su variedad de localizaciones y sus muchos abundantes planos en exteriores.

Más fiel de lo que piensas

Claro, la televisión de aquella época no permitía la sangre, sexo y locura que describe la novela original, pero Wallace se las ingenia para sustituir el gore por secuencias inquietantes, que giran sobre miedos infantiles, nanas y sonidos de un tipo de terror que se desarrolla bajo la piel. Escenas como la del leproso de la mansión en la calle Neilbolt se sustituye por la de Eddie en las duchas, con esa transformación de Pennywise que quedó para los anales. Algunas escenas extras de visiones no están, pero en general se siguen muchas al pie de la letra del texto.

It Eso Zombi

La estructura de flashbacks, idas y venidas, vueltas y recuerdos separados por personajes es, de primeras, acorde a la narración del libro. Si volvemos al factor de duración, apenas hay un tercio de la extensión total del manuscrito, por lo que, técnicamente, no es una buena adaptación, pero tampoco un mal aperitivo para los que quieran adentrarse en el universo de la novela. Cualquiera que la haya leído puede pensar que no es fiel. Pero tiene muchas descripciones y líneas del texto puestas en pantalla casi literalmente.

¿Versión infantil?

Desde luego. Las limitaciones televisivas del momento dejan claras las intenciones de un terror relativamente amable, pero que, en realidad no lo es tanto. Es cierto que la forma de presentar el texto es muy clásica de su momento. Un tono afable y casi aventurero, que recuerda a la manera de tratar el terror de series como ‘El club de medianoche’ (Are you afraid of the Dark? 1990-2000) de ese mismo año. Una serie que como la saga de ‘Pesadillas’ de R.L Stine trata el terror desde una óptica infantil, pero nunca. Jamás de forma pueril.

It Eso Losers

El de esas series es un tipo de horror, de hecho, que se mantiene muy fresco por que huye del manido cliché de slasher para incrementar atmósferas, leyendas, y crear escalofríos sin sangre. Por ello, esta versión de ‘It’ podría ser una de aquellas series cada vez más reivindicadas, pero por el contrario, sigue muy denostada. De todas formas, la presencia de la sangre y los maquillajes grotescos tampoco estaba nada mal. Permitiéndose su uso con bastante comodidad, porque esta era abundante, pero nunca se mostraba brotando de personas.

'It (Eso)': ¿sobrevalorada o sobreconocida?

Se tiende a valorar muy al alza todo lo que solía ser producido directamente para televisión. Además de que el rango de edades ha permitido que ‘It’ se convierta en un fenómeno intergeneracional (La veían los niños y la vieron los mayores), el hecho de la emisión televisiva suele crear fenómenos nostálgicos con máxima difusión que suelen calar con más ahínco en el subconsciente colectivo. Evidentemente están sobrehinchados por su facilidad de distribución, y a veces se “sobrevalora” por ello. ‘It’ en ese aspecto, suele ser tratado de forma desigual.

El hecho de que todo el mundo pueda verlas de golpe y comentarlas el día siguiente en el colegio o el trabajo, ha creado estelas míticas en series como ‘The Twilight Zone’, ahora sagrada entre el fandom, pero en algún momento denostada cuando se comparaban su diseño de producción con los avances del momento. Por no hablar de las patadas a las adaptaciones literarias que hacía Sterling en algunos de sus producciones. Toda pasión conlleva una inmediata reacción de opuestos. El caso de ‘It’ tiene exactamente los mismos síntomas.

It Eso Final

La miniserie de Tommy Lee Wallace, con sus efectos de stop-motion y sus superposiciones rudimentarias, pertenecen al mundo de la televisión. Pero en aquellos días, verla era como ver la jodida ‘True Detective’. Es injusto pretender que con ciertas formas de producción pudiera dar mucho más que lo que da. Buena o mala adaptación, fue un evento televisivo que traumatizó a un buen puñado de niños y mayores, y aún lo sigue haciendo. Dejó huella y logró llegar más lejos que cualquier otra miniserie posterior de King, lo cual hace que aunque “el libro sea mejor” merezca algo más de respeto.

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