Ha pasado ya una semana del final de 'The Acolyte' pero el recuerdo perdura todavía en la serie de Star Wars en Disney+. Y es que esos últimos minutos momentos en los que cerraban trama y plantaban semillas para una hipotética temporada 2 no solo tuvo un par de cameos sino un momento bastante tierno que podía haber ido a más.
Si recordáis, la serie termina con Osha (Amandla Stenberg) pasada al lado oscuro y como nueva aprendiz de The Stranger/Qimir (Manny Jacinto). En esos minutos finales les vemos mirando al horizonte y dándose la mano. Una escena que, de hecho, no era la originalmente prevista.
Según desvela Jacinto en Vulture, grabaron una versión de la escena en la que su personaje y Osha se besan. Algo que, en palabras del actor, no parecía apropiado ya que ese momento no habría sido ganado:
«Hubo una versión que grabamos en la que Osha y el Stranger se besan. Pero sentimos que podía no haber sido demasiado ganado en ese momento. Pienso que era demasiado pronto. El Stranger mató a muchos de sus amigos y ella acaba de matar a su figura paterna. Para ellos, tener este momento sensual simplemente no parecía apropiado. Está en el suelo de la sala de montaje. Pero sugerí, "quizás no el beso, pero y ¿si nos damos la mano?" Algo así como querer consolar, algo de carácter físico que exprese que se preocupa por ella y la acompaña y que están en esto juntos. Eso es algo que, si hacemos temporada 2, quizás podamos trabajar... si los fans quieren.»
La seducción del sith
Y es que, si bien ha habido mucho juego de seducción por parte de Qimir, eso no implica que de repente sean amantes... iba a ser un gesto más de alineación, de ver que los dos tienen los mismos propósitos e ideales, de llevar a Osha a la seducción del mal, de tal manera que sus actos surjan más de ella que de lo que le diga el sith:
«En el episodio seis, nunca quisimos que pareciera que Osha estaba atrapada, que estuviera ahí en contra de su voluntad. Incluso digo "Si quieres irte espera hasta que la marea baje y podrás irte". Siempre fuimos conscientes de que esto nunca fue una situación de prisionera. Incluso al ponerse la máscara: hubo una versión de ello en la que yo le pongo la máscara o se la presento. Pero, ensayando, descubrimos que era mucho más poderoso si ella fuera la que se viese atraída hacia la máscara e hiciese la decisión por sí misma. Estaba siendo seducida, pero la mayoría de esas decisiones se hicieron por su voluntad.»
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