'Toy Boy': el inesperado fenómeno en Netflix que no funcionó en abierto tiene un par de asignaturas pendientes para la temporada 2

'Toy Boy': el inesperado fenómeno en Netflix que no funcionó en abierto tiene un par de asignaturas pendientes para la temporada 2

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'Toy Boy': el inesperado fenómeno en Netflix que no funcionó en abierto tiene un par de asignaturas pendientes para la temporada 2

Hay un curioso fenómeno que ya se ha repetido unas cuantas veces en la televisión: se estrena alguna serie en abierto, recibe unas críticas demoledoras y, cuando meses después entra en el catálogo de alguna plataforma para, presumiblemente, caer en el olvido, se convierte en una de las más vistas. Y justo eso es lo que ha sucedido con 'Toy Boy'.

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Los strippers que conquistaron Netflix

Apenas un par de semanas después de aterrizar en Netflix, ya se había colado en el Top 10 de su contenido más popular. El drama de strippers, estrenado el pasado septiembre en Antena 3 y vapuleado por la crítica, anotó mínimos históricos de audiencia en la cadena, habiendo capítulos que ni llegaban ni al 7% de cuota de pantalla. Tal ha sido el éxito de la primera temporada en la plataforma de streaming que ya está en marcha la producción de nuevos episodios.

Claro está que el argumento deja mucho que desear, y que las fuertes dosis de erotismo que prometía la serie han caído en saco roto como ya sucedió en su día con 'Cincuenta sombras de Grey' o, más recientemente y en televisión, como ha pasado con 'Instinto', la serie de Mario Casas para Movistar+. Pero la tibieza de sus escenas más prometedoramente calientes no es el único fallo que tiene 'Toy Boy'.

Otro de los errores más llamativos es el halo sexista que la recubre. Eso sí, en 'Toy Boy' el prisma ha girado y a quien se le trata como a un pedazo de carne y con menosprecio constante, es al hombre. A muchos de los hombres de la serie. A casi todos, de hecho.

Los personajes femeninos se presentan desde un principio como poderosos, fríos y sin escrúpulos, tomando estas características de roles históricamente masculinos. El ejemplo más claro es la relación que tiene el protagonista, Hugo (Jesús Mosquera) con las dos mujeres con más peso en la historia: Macarena (Cristina Castaño) y Triana (María Pedraza).

Toy Boy Espinof 3

Cristina Castaño da vida a una empresaria con gran influencia política y un ambicioso proyecto entre manos, y no está dispuesta a que el caso reabierto del asesinato de su marido siete años atrás "manche" su imagen actual.

Pedraza, por su parte, ha pasado en dos años de ser una alumna aventajada en Las Encinas, el lujoso instituto de 'Élite', a una abogada que antepone su trabajo a todo lo demás, dejándole claro a su cliente que no piensa implicarse personalmente en el caso y que ella solo aspira a ascender. Al otro lado tenemos a Hugo, un stripper recién salido de la cárcel, examante (enamorado y despechado) de Macarena y culpado de matar a su marido.

Hugo es un hombre atormentado, cansado de que solo le valoren por sus abdominales y nadie se preocupe por lo que hay detrás. Un tipo que sufre constantemente cada vez que alguien le insinúa que no es lo suficientemente bueno, ni listo, ni está lo suficientemente capacitado. Un hombre al que le dejan claro desde el inicio que el principal motivo para sacarlo de la cárcel ha sido la caridad, no una injusticia judicial por culpa de la corrupción.

'Toy Boy': ellas al poder, pero mal

Así que, viendo esto con un poco de perspectiva de género, es imposible que no cause cierta incomodidad entre las mujeres. Porque ¿no es acaso de lo que nos hemos estado quejando siempre? ¿No llevamos unos años poniendo sobre la mesa que los papeles femeninos están siempre encasillados como "mujer de" o relegados a un segundo plano?

Pues es exactamente igual de incómodo ver eso en un papel masculino, al igual que resulta forzado ver cómo las mujeres ejercen semejante comportamiento tóxico sobre él.

Toy Boy Espinof 2

Esta forma de plantear a los personajes y sus relaciones, acompañada además de unos actores que, en lugar de haber salido de una escuela de interpretación parecen haber sido elegidos a dedo en la sala de musculación de un gimnasio, hace que la fórmula 'Toy Boy' resulte forzada y poco creíble.

Siempre está bien que existan papeles femeninos fuertes y que en la pantalla veamos a mujeres con las cosas claras y no dependientes de nadie... pero, sinceramente, desde el punto de vista de la construcción de personajes es una torpeza. Se debería tratar de engrandecerlas a ellas, no de hacerlos a ellos más pequeños. Esperemos que esto se corrija en la temporada 2 de una serie que, por otro lado, solo ofrece entretenimiento sin pretensiones.

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