'El Fin del Mundo en 35 mm', Carpenter y la obsesión por el Cine

'El Fin del Mundo en 35 mm', Carpenter y la obsesión por el Cine
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Indudablemente John Carpenter, junto con Joe Dante, ha sido el mejor de los directores reclutados para la serie 'Masters of Horror', y entre los dos es el que actualmente goza de mayor prestigio entre los aficionados del género. Aunque alguna que otra vez ha metido la pata, es imposible no acordarse de películas como su nada desdeñable ópera prima, 'Dark Star', los ya clásicos 'Halloween', '1997: Rescate en Nueva York' o 'La Cosa', a los que habría que añadir otras maravillas, como 'Starman' o 'El Príncipe de las Tinieblas'. En 'El Fin del Mundo en 35 mm', deleznable, y demasiado reveladora, traducción de 'Cigarette Burns', se nos narra la historia de un coleccionista de películas únicas, obsesionado con encontrar la única copia existente de un film maldito, cuyo visionado provoca un viaje sin retorno a la maldad y violencia más desagradables.

Con un ritmo perfecto, y sólo achacable el hecho de que cierta llamada telefónica esté demasiada forzada, Carpenter nos relata ese infernal viaje con una elegancia y sobriedad dignas de su mejor cine, y logrando algo verdaderamente difícil con una historia de estas características, arriesgada hasta la saciedad: que sea totalmente creíble. De esa credibilidad nace nuestro propio miedo en un film originalísimo, en el que además se pueden hacer varias lecturas, yendo desde la obsesión que todo cinéfilo ha sentido alguna vez por una película que no daba encontrado, hasta el retrato de la violencia como si de un relato de Lovecraft se tratase. Con algunas escenas de lo más desagradables, pero nunca gratuítas, este episodio es de los mejores de la serie. Imprescindible.

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