'Death Proof': Las chicas son guerreras

'Death Proof': Las chicas son guerreras
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Antes que nada, si no habéis visto todavía Death Proof, no continuéis leyendo, por los spoilers que se puedan escapar. No me gustaría fastidiar a nadie ninguna de las sorpresas que esconde la película, que son de lo mejor.

Mis compañeros Chico Viejo y Beatriz han hablado ya extensamente del último film de Tarantino en sus críticas ('Death Proof', el genio y su universo, ‘Death Proof’, descerebre made in Tarantino) así que procuraré no repetirme, ya que el aspecto que quiero destacar es otro.

No son abundantes en Hollywood los papeles interesantes para las actrices, y Quentin Tarantino nos regala con Death Proof no sólo el gustazo de poder disfrutar de mujeres de verdad (todavía alucino con el fascinante y sensual baile de Vanessa Ferlito), sino un alegato contra el machismo en toda regla, tan sencillo y efectista, que ríete tú de las intenciones de Caótica Ana, de Julio Medem, por poner un ejemplo reciente.

Las chicas son las protagonistas absolutas, pero la auténtica clave está en el giro de 180º del personaje magistralmente interpretado por Kurt Russell, Stuntman Mike (Especialista Mike), que pasa como bien apuntaba Chico Viejo de cazador a cazado, de un asesino sin escrúpulos con cierto gancho, a un patético llorón que suplica que no le peguen porque se ha roto un brazo.

La esencia misma del maltratador en potencia, que se siente muy macho cuando domina la situación, pero que saca a relucir toda su inseguridad y cobardía en cuanto aparece alguien más fuerte.

Y en este caso las fuertes son ellas, Tracie Thoms, Zoe Bell y Rosario Dawson que no dudan ni un momento en darle a Especialista Mike su merecido, culminando la película con un final tan divertido como inesperado.

Acompañando la última patada, para que no quede lugar a dudas, de fondo suena "Chick Habit", la versión de April March de "Laisse Tomber Les Filles" (ver vídeo original), canción compuesta por Serge Gainsbourg y cantada por France Gall en el 64, en la que se advierte a los chicos que algún día llorarán por jugar con las chicas.

Por supuesto, la película es muchas más cosas de las que ya hemos hablado, buenos diálogos, una persecución de coches impresionante, homenaje a los especialistas, fetichismo de pies para parar un carro, etc. Pero este me parece un punto importante a su favor, que merece tenerse en cuenta.

Por no hablar del subidón de adrenalina que provoca empatizar con tan fantásticas heroínas. ¡Las chicas son guerreras! Y parece que Tarantino hace ya tiempo que se dio cuenta.

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