'Amanecer de los muertos', feroz debut de Zack Snyder

'Amanecer de los muertos', feroz debut de Zack Snyder
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El infierno está desbordado, y Satán nos envía sus muertos. ¿Por qué? Porque tenéis sexo fuera del matrimonio, matáis bebés nonatos, tenéis relaciones homosexuales, matrimonios del mismo sexo. ¿Cómo pensáis que Dios os juzgará? Bueno amigos, ya lo sabéis. Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra.

Cuando hoy en día se habla de remakes, y se buscan ejemplos de buenos ejercicios de revisión o reinterpretación cinematográfica, películas cuyo valor va más allá del simple objetivo de llenar los bolsillos de aquellos que desean reducir el cine a un negocio puro y duro, siempre se destaca la actualización de ‘Amanecer de los muertos’ (‘Dawn of the Dead’, 2004), ópera prima de un realizador curtido en publicidad, adorador de la cámara lenta, llamado Zack Snyder. Hasta hace poco, y a falta de ver la reciente y vapuleada ‘Sucker Punch’ (2 sobre 10 en RottenTomatoes, 3,3 en Metacritic), no tenía claro qué película de este cineasta me gustaba más, su celebrado debut, que parece ser el título favorito de la mayoría, o su siguiente trabajo, la adaptación del cómic ‘300’, el mayor éxito de Snyder hasta la fecha. Hoy escribo con la duda resuelta, me quedo con la segunda.

Y eso que siento especial debilidad por las tramas apocalípticas y los relatos que giran en torno a la aparición de muertos vivientes, me entretienen con facilidad (de hecho escribí alguna cosa cuando estudié audiovisuales, soñando con construir el guion definitivo sobre el tema), pero cuando uno ve ‘Amanecer de los muertos’ después de ‘300’, resulta evidente (o al menos me lo resulta a mí) que Snyder se muestra más seguro y libre con la segunda. Pese a no encuadrarse en lo que comúnmente llamamos cine de autor, detrás de ambos trabajos hay alguien que está mostrando sus pasiones, sus intereses, sus habilidades, sus debilidades y sus torpezas; cuando tuvo la oportunidad de volver a rodar, con más medios y más tiempo, Snyder pudo planificar con más detalle, depurar los errores de su debut, y demostrar más claramente qué puede ofrecer al público. Lo que no cambió fue su voluntad de impactar al espectador, de no dejarlo indiferente, de destruir las expectativas, y ofrecer su propia visión de las cosas. ‘Amanecer de los muertos’ es el trabajo de alguien que está dispuesto a comerse el mundo. Nunca mejor dicho…

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Al igual que ocurría en ‘La noche de los muertos vivientes’ (‘Night of the Living Dead’, 1968), la película de Zack Snyder no explica la repentina resurrección de los muertos, lo cual es un alivio, muchas películas mejorarían si sus guionistas hubieran descubierto las ventajas de lo misterioso, de los enigmas sin resolver, cuando en bastantes ocasiones es ilógico que la solución esté en manos de los protagonistas. La película presenta un día aparentemente corriente (hay indicios de lo que está a punto de ocurrir, pero lógicamente nadie presta atención) en la vida de una joven enfermera; a la mañana siguiente, se ha desatado un auténtico infierno y hay que luchar por sobrevivir. ¿Puede ser más aterrador y al mismo tiempo más realista? Nadie nos va a avisar de algo así, y tampoco lo creeríamos, confiados en nuestra cómoda rutina. Pero entonces pasa algo como el desastre de Japón. Vaya, ¿qué civilización? Viendo las imágenes, uno casi espera que de pronto, en medio de las ruinas, aparezcan los primeros zombies, arrastrándose por el suelo, alzándose, ansiosos por algo que no pueden entender. Qué más da el porqué y el cómo, lo importante es que cada vez son más numerosos, y van a despedazar a los vivos, no hay salvación.

Esa sensación de pánico y desesperación que se apodera de la gente, enfrentada a la devastación de la sociedad y la aparición de feroces caníbales, es fundamental en un relato de terror como ‘Amanecer de los muertos’, y por fortuna está conseguida. Puede que para George A. Romero (que aún sigue extendiendo su saga sobre muertos sin reparo alguno) y sus más fieles seguidores sea un ultraje que los zombies de este remake corran (hay debates sobre eso, por absurdo que parezca), pero Snyder y su equipo, en el que hay que destacar al guionista, James Gunn (Scott Frank y Michael Tolkin no aparecen acreditados), hacen una apuesta por la energía y la agresividad de unos seres rabiosos, casi se diría que furiosos con los que aún siguen vivos, unos frenéticos monstruos similares a los infectados de ’28 días después’ (‘28 Days Later’, 2002). Como marcan los cánones, solo se frena a los muertos vivientes destruyendo su cerebro; lo raro es que, en 2004, todavía nadie supiera que había que hacer eso. A ningún personaje se le ocurre, ¿ninguno lo había visto antes en una película? Supongo que es posible, lo bueno es que no te lo planteas durante el (primer) visionado.

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Curiosamente, quien da la clave sobre disparar a la cabeza de los muertos es un sheriff que aparece en televisión (imitando las entrevistas de las películas de Romero) interpretado por Tom Savini, autor del remake de ‘La noche de los muertos vivientes’ de 1990 y uno de los actores que intervinieron en ‘Zombi’ (‘Dawn of the Dead’, 1978), la película original que se versiona aquí; no es el único guiño, el telepredicador que habla de un castigo divino por tanta depravación también lo encarna un actor que estuvo en ‘Zombi’, Ken Foree. La película de Snyder rinde el justo homenaje a sus raíces, pero uno de sus mayores aciertos es que no se limita a ser una mera repetición, con actores actuales y estética moderna; sigue el esquema argumental, un grupo de supervivientes resisten en un centro comercial una invasión de zombies, pero a partir de ahí se libera y va a dónde quiere, sin más límite que el presupuesto (exprimido al máximo, sorprendiendo con unos efectos especiales y de maquillaje extraordinarios). Uno de los aspectos más interesantes de ‘Amanecer de los muertos’ es que en cierto modo es un collage donde Snyder incluye una serie de referencias cinéfilas que van más allá de Romero y su saga; hay ecos de ‘El resplandor’ (‘The Shining’, 1980), ‘El exorcista’ (‘The Exorcist’, 1973), ‘Pink Flamingos’ (1972) o ‘El álamo’ (‘The Alamo’, 1960) en su primera película.

El director también está muy acertado con la selección musical; en los audiocomentarios del DVD, el productor Eric Newman reconoce que en principio todos estaban en contra de incluir algunas de las canciones sugeridas por Snyder. Sin duda, su mejor idea fue incluir el tema ‘When the man comes around’ de Johnny Cash en los créditos iniciales, acompañando un excelente montaje sobre el fin del mundo. Unos créditos que aparecen después de una de las secuencias más dramáticas y salvajes que se han filmado en mucho tiempo, con la aparición de la niña zombie y la protagonista huyendo en su coche mientras todo a su alrededor parece derrumbarse, y su novio, ya muerto, la persigue como si fuera el T-1000 de ‘Terminator 2’ (1991). Cabe destacar asimismo la estupenda labor del reparto (Sarah Polley, Ving Rhames, Michael Kelly, Matt Frewer, Ty Burrell…) dando vida a un abanico de variopintos caracteres de manera muy convincente, demostrando una inusual química en la pantalla y viviendo intensamente cada escena; flojea el personaje de Andre (Mekhi Phifer), en especial por cómo afronta la situación de su esposa. Sangrienta, contundente, divertida, no cambiará la vida a nadie, pero cumple su principal objetivo: tener al espectador pegado al asiento durante una hora y media.

3,5

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