Cómic en cine: 'Supergirl', de Jeannot Szwarc

Cómic en cine: 'Supergirl', de Jeannot Szwarc
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Muy utilizado en los últimos tiempos por todas esas series de televisión surgidas a la sombra del éxito de alguna anterior —véase por ejemplo 'Friends'(id, 1994-2004) y 'Joey' (id, 2004-2006) o 'Cheers' (id, 1982-1993) y 'Frasier' (id, 1993-2004), por poner dos de los ejemplos más llamativos de los muchos que se han dado en el mundillo de la caja tonta— el término anglosajón spin-off viene como anillo al dedo para introducir el filme al que hoy dedicamos nuestra atención en este especial de Cómic en cine.

A fin de cuentas, el mundo del noveno arte siempre se ha mostrado muy proclive a la hora de sacar partido a los personajes superventas de las editoriales, encontrando a lo largo de las décadas abundantísimos ejemplos de esta práctica tanto en las dos grandes —para quién no lo sepa, DC y Marvel— como en los innumerables sellos independientes que pueblan el panorama estadounidense: y si a Lobezno le inventaron un hijo secreto y en los ochenta podíamos encontrar dos alineaciones diferentes de los Vengadores, una para cada costa de Estados Unidos, ¿quién decía que el superhéroe por antonomasia no podía tener un pariente vivo en alguna parte del universo?.

Supergirl, la última superviviente de Krypton

Supergirl comic

Hasta que apareció el número 252 de 'Action Comics', Superman era el único superviviente de la explosión que había provocado la desaparición de su planeta natal. Pero hete aquí que, para conseguir atraer a un espectro de público más amplio, y en una jugada muy parecida a la que ya habían usado con Mary Marvel, la hermana del Capitán Marvel —o Shazam, como es más conocido el personaje de Fawcett—, DC decidió sacarse de la manga un pariente cercano de Kal-el, alterando así por completo la eterna soledad del hombre de acero.

Kara, prima de Kal-el, había sobrevivido a la destrucción de Krypton gracias a que su ciudad, Argo, no pereció a la muerte del planeta, y terminó vagando por el espacio. En peligro por la letal kriptonita, los padres de Kara decidirán enviar a su hija a la Tierra para que Superman la proteja, escondiéndola primero bajo la personalidad de Linda Lee para, en última instancia, guiarla hacia su conversión en superheroína.

Recibida con entusiasmo por el público de la época —miles fueron las cartas que se recibieron en la redacción de DC aplaudiendo la creación del personaje— Supergirl tendría un protagonismo muy especial en la mítica 'Crisis en las tierras infinitas', hito "ochentero" en la historia del Universo DC ya que mediante esta maxiserie, la editorial reorganizaba/reiniciaba todas sus series, no volviendo a aparecer el personaje original hasta las recientes convulsiones en el seno de la casa que la vio nacer iniciadas con 'Crisis infinitas' en 2006.

'Supergirl', las equivocaciones se pagan caras

Supergirl 1

Para no tener que repetir lo que escribí en su momento cuando repasé para Cine en el Salón 'Superman III' (id, Richard Lester, 1983), os conmino a pasaros por el citado artículo antes de seguir leyendo el análisis de aquello que los entresijos de Hollywood terminaron deparando para la prima de Superman. ¿Ya? Comencemos pues.

Con el personaje en tierra de nadie tras haber rechazado la Warner que la joven tuviera participación en la olvidable tercera entrega de las aventuras cinematográficas del hombre de acero, Alexander e Ilya Salkind, que se habían hecho con los derechos del personaje al mismo tiempo que habían adquirido los de Superman, decidieron que, si no era posible hacerlo de otra manera, ellos mismos levantarían la producción de 'Supergirl' (id, Jeannot Szwarc, 1984).

Y aunque la financiación de la cinta salió completamente de los bolsillos de los productores, Warner aún mantenía el control sobre la distribución del filme, lo que terminó jugando un papel fundamental en el aciago futuro comercial que le esperaba a la película. Pero no nos adelantemos.

Supergirl 2

Aunque nombres como los de Brooke Shields, Demi Moore o Melanie Griffith fueron barajados para interpretar a Kara en la gran pantalla, la decisión de los Salkind de volver a contar con una desconocida para protagonizar el filme fue la que llevó al hallazgo de Helen Slater, una bellísima joven de 19 años cuya experiencia profesional se reducía a su aparición en un capítulo de 'ABC Afterschool Specials' (id, 1972-1995) y cuyo aplomo en las pruebas de casting fue más que suficiente para hacerse con el que debería haber sido el trampolín a la fama que todo actor busca denodadamente.

Elegida pues para interpretar a la prima de Superman, los Salkind fueron completando el reparto de la cinta casi por un proceso de prueba y error, ya que los papeles que inicialmente habían sido pensados para Dudley Moore y Dolly Parton terminaron siendo encarnados por Peter Cook —el inolvidable cura de 'La princesa prometida' ('The Princess Bride', Rob Reiner, 1987)— y una Faye Dunaway que, en la piel de la bruja Selina, la villana del filme, se adentra en las simas más oscuras de su trayectoria.

Con Brenda Vaccaro, Hart Bochner y Mia Farrow —en una fugaz aparición de nula relevancia— completando el reparto y Peter O'Toole haciendo las veces del Marlon Brando de la cinta, una de las primeras y más dolorosas evidencias de 'Supergirl' es lo desatinado de la práctica totalidad del elenco interpretativo: salvándose sólo de la quema la inocencia irradiada por Slater, no hay ni un sólo actor en la cinta que sea digno de mención desde el elogio, haciéndose acreedores tanto Bochner como Dunaway del más merecido de los escarnios.

Supergirl 3

Pero claro está, cuando el guión que se tiene entre manos es un subproducto salido no se sabe muy bien de qué rincón de la imaginación de David Odell —un escritor capaz de pasar de 'Cristal oscuro' ('The Dark Crystal', Jim Henson & Frank Oz, 1982) a ('Masters of the Universe', Gary Goddard, 1987) no es de fiar— poco puede hacer el más brillante de los intérpretes para suavizar el sinsabor que deja el desaguisado.

Y es que el libreto de 'Supergirl' es un cúmulo de decisiones erróneas, sinsentidos, estupideces, diálogos carentes de chispa y situaciones ridículas montado sobre una trama que da como resultado un objeto digno de estudio para su aprendizaje en negativo. Tantas son las ideas que aquí podríamos apuntar acerca de su desorbitada cualidad de "no hay por donde cogerlo" que, sinceramente, no sé muy bien por dónde empezar: no sólo es que no haya quien se crea a la heroína, es que si un personaje es tan bueno como lo es su antagonista, entonces quizás la responsabilidad de que 'Supergirl' no termine funcionando tendríamos que buscarla en esa bruja con ansias de controlar el mundo que es Selina, un personaje de paupérrima definición que, en esencia, se enzarza en una pelea de gatas con la joven protagonista para llevarse a la cama al maromo de turno.

Como suele pasar, lo poco que los actores pueden defender un guión indefendible termina convirtiéndose en un cáncer que afecta a toda la producción, y ni la dirección de Szwarc —correctita y poco más—, ni los por momentos conseguidos efectos visuales, ni la partitura de Jerry Goldsmith —que vuelve a demostrar que incluso para el peor de los filmes, el maestro lo daba todo— son capaces de hacer que el interés del espectador supere la constante barrera de la vergüenza ajena.

Decía más arriba que el papel que jugó la Warner en 'Supergirl' fue uno de los determinantes que, unido a la mediocridad de la cinta, provocó su ulterior fracaso comercial: habiendo supervisado todo el proceso de producción, los estudios terminaron por dejar de lado la distribución del filme en Estados Unidos después de la decepción tanto a nivel crítico como de taquilla que fue 'Superman III', llegando la cinta antes a los cines de Europa que a los de su país de origen. Unido a esto, se rumorea que la distribución ilegal de copias "pirata" de la cinta en territorio "yanqui" fue la que terminó de preparar el terreno para el gélido varapalo que le esperaba a la película una vez cruzó el charco de vuelta.

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